En medio de un cuarto pequeño, Ana María MF, Ariadne López y Victoria Sámano están sentadas tomando café alrededor de una mesa. Sus ojos apenas pueden encontrarse porque las sillas en las que reposan tienen distintos tamaños, pero sus risas se hallan cuando narran las anécdotas de la noche anterior.
Todas ellas integran actualmente Lleca: escuchando la calle, una colectiva que brinda vivienda a personas de la comunidad LGBTI, en particular a mujeres transgénero, que se encuentran en situación de calle, debido a que huyeron de contextos violentos, albergues en condiciones precarias u hogares agresivos.
Para ellas, Lleca es un espacio seguro, incluso si a veces sólo comen huevo, frijoles o arroz. Se conforman con los muebles que tienen: un colchón, cobijas, un sofá, sillas, una mesa, y otros, y laboran casi todas las noches a fin de juntar el dinero necesario para conservar su departamento y pagar los servicios.
Los gastos más fuertes, contaron en entrevista a Once Noticias, los sustenta Victoria, quien es la fundadora de Lleca. Ella es originaria de Morelos, pero vive en Ciudad de México desde los ocho años. Hace un par de años, cerca del Metro Revolución, Victoria comenzó a platicar con las trabajadoras sexuales en situación de calle. Este fue el inicio de Lleca.
Desde 2021 hasta ahora, Lleca brindó hogar a más de 10 mujeres trans en situación de calle; las ayudó a recibir atención médica en “Clínica Especializada Condesa”, iniciar sus tratamientos antirretrovirales, solicitar papeles en instancias de migración, recibir terapia psicológica y tener un sitio donde bañarse, descansar o dormir.
En México, de acuerdo con el Censo de Población Callejera 2017-2018, había 6 mil 754 personas en situación de calle. De éstas, se estima que 87% eran hombres y 12.73% mujeres, según la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Lleca también permite que las mujeres realicen cualquier actividad sin tener que reportar sobre ello, ya que buscan crear una red de apoyo, en donde ellas se sientan con la confianza de iniciar su transición y desarrollar plenamente su identidad de género.
Estos servicios, comentó Victoria, hacen frente a la violencia que las mujeres trans viven en los centros de salud o instituciones de gobierno, por ejemplo comentó, pueden referirse a ellas en masculino, incluso si sus papeles tienen otro nombre escrito, y retrasan los trámites legales por los cambios de identificación.
“Este es el caso de cuatro chicas que se fueron. Venían de Veracruz, Guatemala y El Salvador. Se fueron en el tren, “La Bestia”, pues migración no les resolvía nada.”, contó la también defensora de derechos humanos.
De acuerdo con la especialista del Instituto de Investigación Jurídicas (IIJ) de la Universidad Autónoma de México (UANM), Alethia Fernández de la Reguera, las personas trans son a quienes más se les niega el derecho a la identidad (permitir que cambien su nombre), lo que afecta su acceso a otras garantías, como la salud, protección social, trabajo, entre otras.
En México hay 13 entidades que cuentan con una ley de identidad de género: Ciudad de México, Coahuila, Colima, Chihuahua, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Tlaxcala.
“Ésta soy yo. No estoy pidiendo permiso”
Ariadne López partió de su natal Aguascalientes después de 33 años porque se hartó del machismo y la nula existencia de servicios de salud. Llegó a Ciudad de México en 2021, encontró a Lleca, comenzó su transición médica, pero las agresiones aumentaron, lo que la hizo desarrollar aún más su resiliencia.
“Soy ésta, no te estoy pidiendo permiso. No me acostumbro a la violencia, pero sé que soy un ser humano. Tú no me quieres ver, pues hazte a un lado. Tengo que hacer mi vida normal. Estoy viva”, enfatizó Ariadne, quien viste pantalón de mezclilla, blusa azul y un chaleco negro que deja a la vista un tatuaje de rosa en su mano izquierda y otro con su nombre en el pecho.
En opinión de Ariadne, el miedo es la principal causa que detiene a las mujeres trans para comenzar su transición, por ello, Lleca se convirtió en su segunda familia, que la llena de fortaleza.
Con ella coincidió Ana María, quien llegó a los 18 años a CDMX, después de que su familia no la aceptará. Comenzó a vivir en la calle porque en los trabajos la agredían: le pedían vestir “como hombre”, cortarse el pelo y no hablar de cierta forma, esto la llevó a introducirse en el trabajo sexual.
Ana María dice que nunca pensó en ser trabajadora sexual, pero se dio cuenta que las mujeres trans no viven, sino que sobreviven. “Si no lo hago, no como. La gente dice: es que a ustedes les gusta, pero no. Es nuestra única alternativa y corremos un doble riesgo al ser mujeres trans. Dos veces fuí víctima de abuso sexual”, agregó.
Frente a este contexto, concluyeron, es necesario un cambio cultural respecto a la identidad de género y la comunidad LGBTI, impulsar el respeto a los derechos humanos de todas las personas, exigir al gobierno mejores albergues y eliminar la cultura de violencia contra las mujeres trans.
El monitoreo Transgender Europe, reveló que México se posicionó como el segundo país con más asesinatos de personas trans en el mundo en 2021; el Proyecto de Monitoreo de Homicidios de Personas Transgénero documentó que los asesinatos de personas trans aumentaron 6% en 2020, 98% de los cuales fueron contra mujeres trans.
Hogar para la diversidad
Hoy este hogar se encuentra en riesgo tras una petición de desalojo, por ello, lanzaron la campaña lanzaron la campaña “Apoyo Lleca”, para poder encontrar un nuevo lugar antes del 23 de mayo.
Para saber más de este hogar para la diversidad y hacer donaciones puedes consultar el siguiente link: https://donadora.org/campanas/lleca-un-hogar-diversidad