Tener la oportunidad de iluminar sus casas, hacer tareas con Internet, cocinar, planchar, ver televisión y hacer un sinfín de trabajos necesariamente indispensables en un hogar, mediante obras de electrificación es, literalmente, una “luz de esperanza” (y de vida) para los habitantes de varias comunidades en México. Esa cotidianeidad de contar con luz, no es para todos, es decir, usar un foco, una licuadora o refrigerador no es normal en algunos casos, por la simple razón de que no hay electricidad. Ahí, donde parece que no hay vida, todo y todos se guardan una vez que el sol se apaga, las casas deben ser iluminadas con lámparas, velas y hasta ocote. Y para cubrir esa brecha social nace el proyecto Luces de Esperanza, que dotará de energía a comunidades con esta necesidad. Será auspiciado por Iberdrola, en sociedad con Iluméxico y los gobiernos de San Luis Potosí y Oaxaca, lugares donde el grupo empresarial, dedicado a la producción, distribución y comercialización de energía, tiene presencia.
Un boquete complicado de cerrar
En México, 268 mil 863 hogares aún no tienen acceso a la energía eléctrica y en San Luis Potosí esta cifra alcanza 11 mil 142 viviendas, según el Censo de Población y Vivienda 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Según bancomundial.org, en la primera década del Siglo XXI, la cobertura eléctrica nacional llegó a 96.6% en México. Sin embargo, suministrar luz eléctrica a alrededor de 3.5 millones de personas que aún no tenían acceso (60% de las cuales pertenecen a comunidades indígenas), parecía una tarea particularmente difícil. En gran medida, esto se debía a que la mayor parte de estas personas vive en comunidades pequeñas, en lugares alejados, que enfrentan otras dificultades graves en servicios e infraestructura básica: como caminos, agua, telecomunicaciones, escuelas y atención de salud. Por ello, el Gobierno reconoció que, debido al crecimiento demográfico, la cantidad de personas sin acceso a electricidad aumentaría 20% en los siguientes 10 años, transformándose en una cuestión urgente.Les cambia la vida
Por esa razón Luces de Esperanza brinda a los beneficiados (con la instalación de cableado eléctrico tradicional) el “sueño” de usar aparatos como electrodomésticos, televisores, celulares o computadoras, pero también disfrutar de la luz eléctrica en las noches, permitiéndoles extender sus actividades productivas y recreativas. “Iberdrola México puso en marcha el proyecto Luces de Esperanza que es una alianza que hicimos entre Iberdrola e Iluméxico para llegar a las comunidades más remotas del país, ahorita estamos enfocados a los estados de San Luis Potosí y Oaxaca”, declara Alejandra García, coordinadora de Proyectos Iluméxico.“Esta alianza con el gobierno del estado, surge a partir de la necesidad que detectamos de electrificar comunidades que no tienen acceso a la red convencional. Iberdrola hace una planeación para poder invertir a lo largo de cinco años y alcanzar a muchas familias mexicanas”, cuenta.En tanto, Álvaro Velázquez, coordinador de Gestión de Activos de Iberdrola, explica que este programa consiste en instalar paneles solares, en lugares que no tienen (los residentes de esas comunidades) luz eléctrica. “Iberdrola se ha caracterizado por impulsar este tipo de proyectos, precisamente por la creación de fuentes de empleo, y con el crecimiento regional que hay con ese tipo de proyectos; además de fomentar las energías renovables”.
Cifras potosinas
En 2019, se identificaron 48 viviendas, un centro de salud y un centro comunitario, que formaron parte de la primera etapa del programa en las comunidades de Tamazunchale y San Martín Chalchicuautla, en San Luis Potosí. En ese tenor, en la primera etapa del programa, se instalaron 48 sistemas solares autónomos en viviendas y tres en espacios comunitarios de la población de Zicuilapa, municipio de Tamazunchale. Los habitantes de ese lugar, recibieron energía eléctrica por primera vez en su historia. Ya en marzo de 2021, arrancó la segunda fase, aquí la inversión total fue de 7 millones de pesos.Ahora Oaxaca
Posteriormente, en 2020, el programa llegó al municipio de San Pedro Pochutla, en Oaxaca. Ahí, se electrificaron 95 viviendas, beneficiando a 500 personas. Los paneles solares utilizados dotan de 850 watts a los hogares donde no existía el servicio de luz eléctrica. En el proyecto se contempla invertir, a lo largo de cinco años, un total de 30 millones de pesos en este estado.“Es muy importante apostar por las energías renovables, la instalación de paneles en casas que están muy alejadas de la comunidad y sobre todo evitando la emisión contaminante y apoyando el medio ambiente”, destaca Martín Díaz, empleado de Iberdrola México.En tanto, Olivia Barriento, habitante de San Pedro Pochutla, Oaxaca, revela que, “la verdad ha sido de gran ayuda (la luz), porque no teníamos luz desde muy tempranito cuando comienza a esconderse el sol, ¿que qué hacemos para cocinar?, pos tempranito hacemos las cosas a mano, bueno, hacíamos porque ahorita con la luz, ya hasta nos comparamos una licuadora”. “Teníamos metate para hacer mole, moler los chiles, ya en la nochecita, en la tardecita como le digo prendemos velas o a veces hasta ocote para iluminarnos, pues es una costumbre acá en estos lugares, pero que bueno que ya hasta en el doctor llegaron más servicios por la luz. Sí, la vida cambia, porque cuando no hay luz, no puedes hacer nada, también los niños; se aburren, pero ya podrán iniciar actividades, ya se pueden poner a hacer la tarea y nosotros también actividades que nos ayuden a avanzar con nuestro trabajo, ya hasta despierto más tempranito”, concluye. En números:
- En Oaxaca, se han instalado 95 sistemas de iluminación a lo largo de nueve comunidades; 380 personas se han beneficiado; serán 30 comunidades que contarán con este servicio y se invertirán 30 millones de pesos en los siguientes cinco años en el estado.
- Según Conapo, 7 millones de mexicanos que viven en comunidades aisladas carecen de servicios básicos como electricidad.