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Morir o transformarse, así sortearon la pandemia los gimnasios locales

Hay quien la última noticia que tuvo sobre un gimnasio fue la posibilidad de apertura con horario sin restricciones en Ciudad de México. A un año del cierre de estos establecimientos muchas cosas han cambiado; unos han cerrado y otros se han renovado. Todo ha dependido de las condiciones en las que esta circunstancia los agarró. “El gasto más fuerte es el alquiler de espacios, seguido del pago de nómina. Después viene el mantenimiento y demás dinero que se debe desembolsar”, cuenta Sergio Gutiérrez, gerente del recién abierto gimnasio Steel Fit México, al poniente de Ciudad de México.

Este dato se cruza con el llamado que hizo la Asociación Mexicana de Gimnasios y Clubes en enero de este año a los gobiernos, tanto federales como locales, a abrir, pues había riesgo de quiebra entre los 4 mil gimnasios que tenían registrados. 

Un mes después se dio a conocer la cifra que mostraba los embates de COVID-19: 45 mil empleos perdidos en el sector de gimnasios y clubes debido al cierre de diversas unidades deportivas en el Valle de México.

La ambigüedad de la pandemia, al no comportarse de manera estable ni lineal, han dejado al sector con grandes pérdidas, al mismo tiempo que aprendizajes. Al tener claro que dependen de las condiciones del semáforo epidemiológico para abrir, e incrementar el aforo, el sector tuvo que empezar a mostrar dos comportamientos muy definidos: la vía legal y la ilegal, la de la clandestinidad: “Desde el inicio de la pandemia, y pese a las supervisiones que se sabía que hacía el Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México, muchos gimnasios se jugaban la vida de su negocio abriendo de manera clandestina

La gente accedía por otros lados, lo hacían de manera discreta, indiscutiblemente, con las medidas de protección sanitarias, pero violando las leyes. Aun así, la gente que asistía era baja, sólol 5%, más o menos con respecto a los inscritos de manera regular. Muchos se negaban a ejercitarse sin cubrebocas o con las demás medidas de higiene, preferían dejar de ir. Eso lo observaba porque llegué a ir alguna vez bajo estas condiciones a mi gimnasio de toda la vida.

“Lidiar con la pandemia cuando uno se ha dedicado toda la vida a esto, sí fue un reto, pero también una oportunidad. En mi caso, me dediqué a vender aparatos y accesorios para hacer ejercicio. Sorprendentemente se empezó a incrementar de manera inmediata esta cifra. Me fue muy bien”, explica Sergio Gutiérrez, quien con 18 años en el sector, deja claro que, sea la condición que fuere, quien ha hecho ejercicio durante la pandemia ha sido la mejor decisión: “Además de evitar padecimientos que podrían agravar las afectaciones de COVID-19, está comprobado que mantenerse activos evitó diferentes causas que vinieron con el confinamiento; desde ansiedad, hasta diferentes síntomas de estrés”, destaca.

Pese a que México aún no presenta indicios de una tercera “ola” de COVID-19, la advertencia internacional permanece y a un año de pandemia hay síntomas “extraños” que no dejan visualizar exactamente el alcance de las afectaciones, y menos en qué países podrá impactar más o menos en un corto, mediano o largo plazo. Frente a ello, Gutiérrez afirma que sí ha visto un cambio en los mexicanos: “Definitivamente la gente ahora se muestra más interesada en mantener actividad física

Además, en México se lucha contra los enormes índices de obesidad y diabetes que se suman al coronavirus. Esto parecería haber hecho reflexionar a quien no practicaba. “Hay otras personas que se hicieron de sus equipos me cuentan que ya no volverán a los gimnasios, se sienten más resguardados en su casa y hasta están en mejores condiciones. Y los que practican, han cambiado los ejercicios; optan por los más cardiovasculares antes que pesas. También muchos se han ido a las calles a correr o hacer bicicleta”, agrega el especialista en hipertrofia muscular.

El destino del sector de los gimnasios y clubes aún está echado al aire. Hasta que no se decrete el final de la pandemia, no podrán cantar victoria los que hayan sobrevivido. “En este momento lo importante es que la gente empiece o siga activándose, ya sea fuera o dentro de un gimnasio. Lo que definitivamente también deben buscar es la personalización de la rutina. No todos necesitan y menos aguantan un mismo ritmo. Lamentablemente eso no se logra en la calle, sino de la mano de especialistas. En los gimnasios tenemos esa ventaja del acompañamiento. Eso es lo que, ahora y más que nunca, se debe buscar al momento de decidir en qué lugar se quiere hacer ejercicio para estar más sanos y darle guerra al COVID-19 que no sabemos hasta cuándo debamos tenerle miedo”, concluyó el encargado de Steel Fit.

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