Reportajes especiales

Muerte de humedales y ajolote, la amenaza latente en Xochimilco

En plena lucha contra el cambio climático, Xochimilco ve agonizar a sus humedales y a las escasas especies de ajolotes

Xochimilco, alcaldía situada al sur de Ciudad de México, tiene conflictos de toda índole, sin embargo, por tratarse de una zona meramente ecológica y chinampera, el problema más significativo y latente es la extinción de sus humedales y del ajolote. Los humedales son ecosistemas donde el agua, el vital líquido de cualquier ser viviente, es el protagónico, junto con las plantas que lo acompañan. El ajolote es ese anfibio que ha sido considerado por nuestros ancestros “hermano gemelo de Quetzalcóatl”. Esa especie resulta ser una bandera principal en la investigación nacional y mundial de regeneración de tejidos. Ambos, humedal y ajolote, podrían desaparecer pronto de seguir la contaminación extendiéndose, así como la urbanización en Xochimilco.

Retrato de la zona ecológica

Según la página web de ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el paisaje de Xochimilco contemporáneo está cambiando a gran velocidad, es decir, sus emblemáticos canales y chinampas tienen cada vez más cascajo y basura, en vez de ajolotes y alcatraces. Este panorama se pinta o enmarca gracias a diversos procesos asociados a la urbanización, como el crecimiento de una Ciudad de México que busca nuevas zonas para establecerse; así como el transporte de agua de los manantiales en Xochimilco para surtir de agua a la zona Metropolitana del Valle de México, a cambio de aguas tratadas para llenar el humedal.

Un humedal, fuerte rival del cambio climático

Según el Instituto de Ecología (Inecol), una de las definiciones más conocidas para la palabra humedal, es la usada por la convención RAMSAR, un convenio internacional (iniciado por Ramsar Irán en 1971), cuya prioridad es proteger a los humedales. Este acuerdo define a los humedales como todas aquellas extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de agua, ya sean éstas de régimen natural o artificial, de forma temporal o permanente, de forma estancada o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluyendo las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de 6 metros. Como podemos ver, esta definición es bastante amplia, lo cual resulta indeterminado. Ana Lilia Romero Urquiza, bióloga marina por la UNAM, describe a los humedales como, el “motor de la vida ecológica”. “Exactamente como la palabra lo dice, se trata de algo húmedo; es como imaginarnos un sitio húmedo, lugares que se encuentran impregnados o llenos de agua, ¡la pura vida! También se les denomina charqueras, pantanos o manglares a los ubicados en la costa”, precisó la experta.
“Los humedales, como en el caso que usted pregunta, de la alcaldía Xochimilco, son lugares donde hay una columna de agua sobre la superficie del suelo, esa es la definición digamos que oficial; uno de sus componentes extra y que es muy relevante, es la vegetación; imagínese usted que grandioso espectáculo; o qué combinación, agua y vegetación, para la situación que vivimos no solo en México, sino en el planeta entero”.
“Me parece una verdadera aberración lo que ha sucedido en el caso específico de un humedal en Cuemanco, donde la poca sensibilidad de las autoridades del Gobierno capitalino, hizo que ese humedal desapareciera; era el pulmón principal de esa área conurbada, con mucho vehículo y contaminación. Aunque claro, no es el único caso al que se ha hecho caso omiso”. Para José Luis Marín y María Elizabeth Hernández del Instituto de Ecología (Inecol), los humedales son reconocidos por estas bondades:
  1. Sirven de hábitat, porque brindan refugio para una gran variedad de fauna acuática, terrestre y de aves
  2. En éstos, se puede producir materia prima para construcción, recursos alimenticios, medicinales y ornamentales, todos éstos, resultado de los procesos químicos y biológicos de los humedales
  3. Sirven de escenarios bellos y de aporte recreativo y educacional
  4. Regulan  procesos ecológicos esenciales para la vida, ejemplo de ello son los ciclos hidrológicos y de carbono

La salamandra que ve su ocaso

El ajolote, por su parte, ha visto reducir su número de ejemplares sin la menor preocupación de las autoridades, quienes, para compensar esa insensibilidad, incluyeron a la salamandra en los billetes de 50 pesos. Características únicas:
  • El ajolote es llamado también de forma curiosa “monstruo de agua”
  • Sus cualidades son únicas: puede regenerar sus propias extremidades si le hacen falta, también presenta la neotenia, es decir que conserva sus rasgos larvales por lo que mantiene su aspecto joven por siempre
  • Puede respirar a través de su piel, pulmones y branquias
  • Llega a medir hasta 30 cm y siempre parece tener una sonrisa
Número rojos:
  • En su Informe Global de Riesgos 2020, el Foro Económico Mundial, ejemplificó la “alarmante pérdida de biodiversidad en el mundo” con el caso del ajolote, situando a este animal como el cuarto con mayor riesgo a nivel global
  • De acuerdo con un censo realizado por el Instituto de Biología (IB), en 2004 había mil ajolotes por kilómetro cuadrado
  • En 2008, el número bajó a cien y en 2014 había sólo 36
  • Se trata de cifras alarmantes rumbo a la extinción de ese anfibio
  • Con base en un análisis de viabilidad poblacional realizado por expertos de la Máxima Casa de Estudios hace casi una década, se determinó que Ambystoma mexicanum, nombre científico de la salamandra, podría extinguirse en 20 años si no se hacía nada
  • De acuerdo a esa cifra, desde este año quedarían entre 7 y 12 años de vida silvestre para esos animales
“Del ajolote ya casi no hay (ejemplares); en un tiempo, el Laboratorio de Restauración Ecológica de nuestra casa de estudios, estaba trabajando en un programa para rescatar al ajolote y a los humedales; sin embargo, no es suficiente porque las autoridades no ponen de su parte, y ¿cómo es esto?, el dinero suficiente para el rescate; de hecho al Gobierno, y bien lo sabemos porque es del dominio público, lo que menos le importa es el apoyo a la ciencia e investigaciones; creen que con poner al ajolote y maíz en un billete es suficiente, no lo es”, asevera Romero Urquiza.

Urbanización, otra gran amenaza para Xochimilco

En 2018, Luis Zambrano, un experto del Instituto de Biología de la UNAM, analizó los problemas de esa urbe. Aseguró que no sólo la extinción del ajolote, por la mala calidad de agua y presencia de especies exóticas, estaba latente; sino que también la urbanización era otro conflicto imposible de detener. Y con pronóstico poco alentador vaticinaba que, “de continuar la tendencia de crecimiento de la mancha urbana de los últimos 30 años, para 2050 el Xochimilco que conocemos no existirá más. Para 2025 no habrá ajolotes si no se actúa para salvarlos”. Por estos, los actuales esfuerzos para su conservación se centran en la restauración de los canales donde vivían para poder reintroducirlos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button