Junio cerró con dos trágicos eventos ocurridos en dos fronteras distanciadas por cientos de miles de kilómetros y un océano, pero unidas por la desolación y la sangre. Ambos eventos forman parte de un fenómeno que continúa y que pese a cualquier intento de endurecimiento de política migratoria, que busque frenar o contener, continuará sumando víctimas.
Estos eventos dejaron como saldo casi 80 personas muertas (en una cifra que resume el total, pero que podría ser más) y sucedieron cuando las personas intentaron cruzar los muros, para ir detrás de una promesa errante: el sueño de encontrar oportunidades para una vida digna.
Ante dicha situación, Alberto Cabezas, coordinador de comunicación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en entrevista con Once Noticias, señaló que uno de los componentes a considerar en el trabajo con los gobiernos es mejorar la gobernanza y el combate a los delitos de trata y tráfico de personas:
“Lo que implica que los gobiernos se comprometan a tomar medidas más audaces en contra de la trata y el tráfico de personas migrantes, que promuevan vías legales para que las personas migren sin poner en riesgo su vida”, expresó.
Estos eventos están ligados entre sí por el tráfico y la trata de personas, por la violencia que hay por parte de las autoridades, y en el caso de Estados Unidos-México, por actos de corrupción que se evidencian en un caso, pero que devela un trasfondo de dimensiones mayores.
Y es que las fronteras sí son físicas, visibles, y su objetivo es resguardar la idea jurídica de un territorio-nación, pero en ellas es la violencia lo que enmarca ese ideal. Hasta 2017, se contabilizaron 70 muros fronterizos construidos con el objetivo de frenar la entrada de personas inmigrantes, la entrada de traficantes o de enemigos.
Frontera de Ceuta-Melilla: vallas de sangre
El primer evento ocurrió el 24 de junio en la única frontera terrestre que divide África y Europa, en Ceuta (España) y Melilla (Marruecos).
Es considerado como uno de los episodios más cruentos en la historia de esta frontera –construida como una enorme valla de alambre de púas– debido al número de personas que perecieron y la forma –las imágenes de cuerpos apilados y rostros ensangrentados, pateados por autoridades, circularon por redes sociales e indignaron al mundo–:
Dos mil personas de origen subsahariano intentaran cruzar la valla de Melilla. En este intento perecieron al menos 23 personas y 76 más resultaron heridas, aunque la cifra, según lo han expresado organizaciones civiles, podrían ser más.
Además, las personas de origen africano que intentaban cruzar, fueron agredidas por funcionarios marroquíes mientras subían la cerca, que mide entre seis y diez metros de altura, según lo expuesto por las Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU).
Ante dicha situación Human Rights Watch (HRW), y al menos 50 organizaciones civiles españolas y marroquíes, hicieron un llamado para que se investigue, ya que también se ha denunciado que las autoridades marroquíes han realizado entierros masivos de forma apresurada –un par de días después–.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) publicó en redes sociales fotografías de tumbas que se estaban presuntamente cavadas para enterrar a las víctimas, en el cementerio de Sidi Salem, en las afueras de Nador, Marruecos, al otro lado de la frontera con Melilla.
Human Rights Watch señaló que era vital que las autoridades marroquíes preservaran, de una manera digna y adecuada, los cuerpos con el objetivo de permitir las autopsias y la verificación de la causa de su muerte. Asimismo, para devolver los cuerpos a sus familiares.
Estas organizaciones civiles denunciaron que se registraron también devoluciones de las personas que lograron llegar al lado español. Las fuentes oficiales señalaron que 500 personas llegaron a territorio español y que la Guardia Civil española devolvió a cientos y que sólo permanecieron 133 en Melilla.
Las autoridades han expresado que se realizaron devoluciones sumarias o “devoluciones en caliente”, sin posibilidad de solicitar asilo, por lo que esta práctica viola el derecho internacional y de la Unión Europea (UE).
Pedro Sánchez, presidente de España, responsabilizó de estos hechos a “las mafias y delincuentes que organizan acciones violentas contra nuestra frontera”. Dijo que las víctimas son las personas migrantes y también los cuerpos de seguridad de ambos países. A estos últimos externó su agradecimiento por su labor.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, ha pedido “una investigación inmediata” y recordó las obligaciones que impone el derecho internacional de “tratar a todas las personas migrantes con dignidad y priorizar su seguridad y los derechos humanos, así como abstenerse del uso excesivo de la fuerza”.
México-Estados Unidos: frontera como herida abierta
El segundo evento ocurrió a unos 250 km de la frontera que divide Estados Unidos y México, en la ciudad de San Antonio, Texas, cuando las autoridades estadounidenses hallaron a 67 personas migrantes al interior de un camión –bajo un arduo sol cuya temperatura osciló a casi 40 grados, sin ventilación, sin agua y sin ventanas– de ellas, más de 50 personas muertas y 16 con efectos derivados del calor.
Es considerado uno de los eventos más mortíferos registrados en esta frontera, en la historia reciente.
Hasta hora suman 53 personas que han muerto, así lo informó la oficina del médico forense del condado de Bexar, en Texas, el pasado 29 de junio.
Este macabro hallazgo ha cimbrado a ambos lados de los territorios divididos por un muro fronterizo, no sólo por el número de víctimas entre las que se encuentran personas menores de 18 años (cuatro de ellas fueran trasladadas al hospital), 22 eran originarias de México, 7 guatemaltecas y 2 hondureñas. El resto aún deben ser identificadas.
El gobierno mexicano informó hasta el 29 de junio que, según la investigación, el vehículo de carga pasó un punto de revisión de las autoridades fronterizas de Estados Unidos en su trayecto, entre Laredo y San Antonio.
La agencia ICE informó que hasta ahora hay cuatro personas detenidas como presuntas responsables de tráfico de personas y homicidio, entre ellas Homero “N”, conductor del camión, detenido tras intentar hacerse pasar por uno de las personas migrantes sobrevivientes. Por estos hechos, el conductor podría enfrentar la pena perpetua o de muerte.
Hasta ahora las autoridades señalan que tras este caso prevalecen actos de corrupción, dado que en Texas hay 15 puntos de revisión fronteriza, y dos de ellos se ubican en la presunta ruta que siguió el camión.
Dimensión de la gravedad
De acuerdo a Alberto Cabezas (OIM) y al Proyecto Migrantes Desaparecidos, de 2014 a 2022, al menos 6 mil 483 personas en las Américas perecieron en su tránsito migratorio. En África, son 11 mil 632 personas.
Este proyecto ha documentado a nivel mundial, 49 mil 353 muertes, desde 2014, y 21 mil 286 restos de personas que perdieron la vida en trayectos migratorios no han sido recuperados.
En lo que refiere a América, más precisamente al tránsito por la ruta de México y Estados Unidos, se han registrado 3 mil 950 muertes y/desapariciones.
Entre las principales causas de muerte están los ahogamientos (mil 750), mixtas o desconocidas (899) y por condiciones ambientales extremas –como falta de agua, comida o albergues– (861), asimismo, 850 están vinculadas a transporte peligroso o accidentes.
En lo que refiere a las fronteras de Europa, las principales causas de muerte son ahogamiento, violencia y muertes vinculadas a transporte peligrosos. En África, el panorama no es distinto: las causas de muerte son ahogamiento, condiciones ambientales extremas, mixtas y desconocidas y violencia.
“No sólo hay que fijarse en la migración sino en las causas: qué oportunidades las personas de vivir en paz, qué programas y opciones tienen, para no migrar. Cuáles son las opciones si las personas regresan a su comunidad, si la situación que los llevó a migrar cambia”, enfatiza Cabezas al medio.
Señala que no existen soluciones simples, “pero sí creo que con el paso de los años lo hemos identificado con un motivo de preocupación cada vez más mayor en OIM: aumentaron causas por cambio climático, desastres, sequías, las causas tradicionales de pobreza, el deseo de reunificación familiar y mejores oportunidades, pero también causas de violencia lo que provoca desplazamiento forzado”.
En el caso de México y de las América dijo que el destino continúa siendo Estados Unidos.
Con respecto al desplazamiento forzado, que se ha detectado en los últimos años en el caso de México, dijo que desde 2019 está reconocido, pero todavía no hay un marco legal que sustente atención a esas personas, por lo que subrayó que se precisa acelerar y tener esa legislación para atender esa situación, que pone a las personas en vulnerabilidad en su propio país.
Enfatizó que las situaciones a las que se enfrentan las personas al asumir un riesgo para migrar de manera irregular y que cobre vidas, debe ser preocupante para los gobiernos.
“La migración irregular implica riesgos a explorar rutas desconocidas y al engaño, las personas son vulnerables a los traficantes de personas que se mueven por un interés económico siempre y no tienen voluntad genuina de proteger a las personas”.
Dijo que desde la OIM sostienen diálogo con autoridades para apoyar las personas principalmente a las más vulnerables: niños, niñas, adolescentes, mujeres, población sexodiversa, dado que el fenómeno migratorio se ha diversificado.
“Sí existe un camino para migrar de forma que los derechos de las personas estén salvaguardados. La migración debe ser segura, digna y bajo condiciones humanas. Ojalá los países abracen esta idea de que la migración es por diversas causas legítimas y que deben tener apoyo de las autoridades, para construir un futuro alternativo […] debemos ser sensibles a ello”, concluyó.