A raíz de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara el fallo histórico sobre el derecho al aborto, el pasado 24 de junio, diversas han sido las voces que se han pronunciado tras la decisión.
Crystal Pérez Lira, integrante de Bloodys, una ONG de Tijuana, México, que forma parte de una red transfronteriza que apoya gratuitamente a mujeres que deseen abortar, afirma que ante este escenario es importante recalcar dos temas que no han sido abordados ni se les ha dado tanta visibilidad.
“Hablamos sólo del acceso al aborto y el acceso al medicamento, esto es sólo la punta del iceberg; pero hay dos temas más abajo, que considero que es la base de ese iceberg”, dice en entrevista con Once Noticias.
Los temas a los que la experta se refiere son: la libertad sexual de las mujeres, cuando ésta se ejerce bajo el consentimiento; por otro lado, están los embarazos que se dan por una situación de violación. Ella considera esta parte muy grave porque recae en un embarazo no deseado y, de ahí, en el aborto y la búsqueda de algún medicamento.
“Pero estamos hablando sólo del contexto, y lo ideal sería ver que se está reprimiendo la libertad sexual de la mitad de la población humana, y de eso no se está hablando”.
Crystal Pérez Lira considera que se está eludiendo que las mujeres tengan la capacidad de decidir cómo, cuándo y con quién vivir su sexualidad.
“Esa es una de las bases. Si nos vamos más arriba (del iceberg), es para (analizar) que las mujeres consideren el aborto como una opción, y ver cómo consiguen el medicamento, es un tema aparte”.
¿Cómo funciona Bloodys?
Esta ONG, cuyas actividades arrancaron en 2016, ha enviado tratamientos médicos para el aborto a estados como Oklahoma, Texas o Georgia, desde 2019, y ya anticipa mayores solicitudes tras el fallo del máximo tribunal estadounidense.
“Es algo que se ha venido dando desde antes. Lo único que va a suceder ahora es que se está creando mayor atracción del tema, con más restricciones y estigma porque, independientemente del contexto legal que se tenía, hace falta esa Promoción Activa del Aborto”, señala la integrante de Bloodys.
Ante ello, continúa, las mujeres van a buscar otras opciones y entre ellas, van a considerar a México, sobre todo, porque va a sobresalir el hecho que para el acceso al derecho a interrumpir el embarazo no se requieren clínicas, profesionales de la salud ni una inversión grande.
“Esto ya se puede realizar en casa, con la correcta información y con el acompañamiento que venimos haciendo nosotras, aquí el mayor reto sería el acceso al medicamento en Estados Unidos, ese también lo estamos organizando haciendo el envío a México”.
Bloodys, desde sus inicios, se enfocó al contexto local inmediato, aunque han recibido casos de todo el continente americano. La ONG se sostiene de diversas formas y canales.
“Hay organizaciones que nos acompañan (en este objetivo), con más trayectoria, que se han dedicado a la salud sexual y reproductiva de las mujeres y se dedican a canalizar recursos para que el tema siga avanzando”, afirma.
El colectivo feminista también recibe aportaciones o donaciones en efectivo y especie, así como apoyo de organizaciones más grandes y consolidadas.
Al cuestionar a Crystal Pérez en qué porcentaje o cantidad reciben a mujeres latinas o de origen estadunidense, la experta apunta que, la ONG no cuestiona el estatus legal de sus clientes.
“No hacemos esas preguntas, sólo nos enfocamos en saber cosas muy específicas de ellas, para el contexto del aborto, pero más allá no sabemos”.
Bloodys declaro que desde el 24 de junio pasado ha llegado a recibir bastantes llamadas locales. “Pero sabemos que sí habrá más llamadas de mujeres de Estados Unidos, sobre todo, porque llevamos encaminando una agenda muy específica en territorio estadunidense”.
La ONG desea incidir en otros estados y “movilizarnos para (tener) más capital, sabemos que va a incrementar (la solicitud de ayuda) y estamos listas”, concluye.