Reportajes especiales

Organización pide que ciudades inteligentes se construyan desde una visión feminista

Indican que las ciudades se han construido históricamente desde la visión masculina, por lo que ello debe cambiar con la transformación de éstas hacia lo digital.

La construcción de las ciudades inteligentes debe hacerse desde la visión del feminismo, pues antes todas las ciudades se construyeron pensando sólo en los hombres, advierte la organización Centro-i, que dirige María Elena Estavillo, excomisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Dicha organización señala que las civilizaciones son ecosistemas que han sido diseñados bajo el sesgo exclusivo y excluyente de la dominación masculina, y afirma que su evolución estuvo marcada por la exclusión sistemática de las mujeres de las ciencias, de las artes, del desarrollo tecnológico, de la política y del ejercicio de gobierno.

Centro-i advierte que la revolución generada por la crítica feminista permite entender que éstas son producto inequívoco del sesgo y la subyugación que han dominado el devenir histórico, por lo que aseguran que “la ciudad inteligente será feminista, eficiente, resiliente y digital, o no será”.

Una ciudad inteligente es aquella que hace uso de recursos tecnológicos para hacerla más eficiente, segura, amigable con el medio ambiente y cuyos servicios están conectados a la banda ancha para que los ciudadanos tengan una mejor calidad de vida.

Un reporte de Centro-i señala que la sola mención del término feminista genera animadversión y un océano de descalificativos; sin embargo, ello ocurre por el sistema de valores impuesto durante milenios por la hegemonía patriarcal.

Agrega que “los cromosomas del diseño y la construcción del espacio urbano son XY, tienen un ADN masculino. La ciudad es de los hombres y recibe a las mujeres en calidad de huéspedes sujetas a un toque de queda espacio temporal que las confina en lugares previamente asignados y horarios acotados”.

Incluso, el diseño masculino de las ciudades ha hecho que de manera desproporcionada recaiga toda la responsabilidad del trabajo no remunerado en las mujeres, por lo que urge un cambio de paradigma en la construcción o transición hacia las ciudades inteligentes.

Leonardo Martínez Flores, investigador senior de Centro-i, advierte que enfrentar y sortear cotidianamente la acumulación de barreras que la ciudad les impone, exige de las mujeres una gran cantidad de energía y un desgaste físico y emocional.

“La baja proporción de mujeres ejerciendo las profesiones de arquitectura, ingenierías y planificación urbana, y la todavía más baja participación que ellas tienen en puestos de decisión, son indicadores que muestran claramente las desigualdades estructurales en los mercados laborales relacionados con el diseño físico-espacial y con la construcción de las ciudades”.

“Pero es importante recordar que, si bien es una condición necesaria, el simplemente agregar mujeres al ejercicio de esas profesiones no desafía per se el dominio patriarcal. Se requiere además reunir las condiciones que aseguren la transformación”, comenta Martínez Flores.

Seis principios generales para construir ciudades feministas en México

 Centro-i propone seis acciones que deberían seguir los involucrados en la construcción de las ciudades para que éstas sean inteligentes desde la perspectiva feminista.

 1. Eliminación de sesgos y barreras estructurales que impiden igualar las oportunidades y posibilidades universales de acceso, uso y aprovechamiento de los espacios públicos (igualdad de derechos y oportunidades para mujeres, niñas y otros grupos discriminados; erradicación de roles que confinan a las mujeres a los espacios privados).

2. Transformación del esquema de zonificación de usos del suelo en otro que flexibilice los usos y que incluya a las necesidades de las mujeres, niñas y niños, personas con discapacidad y adultos mayores en la determinación de los efectos ecosistémicos de primer orden (reconocimiento explícito de la importancia y de los efectos ecosistémicos de la economía de los cuidados en el funcionamiento económico de la ciudad).

3. Rediseño de sistemas de transporte público incorporando criterios que atiendan las necesidades de las mujeres, niñas y niños, personas con discapacidad y adultos mayores (consideración de la importancia de la economía de los cuidados en la rentabilidad económica y social de los sistemas de transporte).

4. Creación de redes físicas de protección y refugio de mujeres y niñas frente a situaciones de violencia bajo criterios de máxima accesibilidad (componente físico-espacial de las estrategias de protección de mujeres y niñas frente a todo tipo de violencias de género).

5. Construcción de redes de guarderías, de estancias infantiles y de centros de atención de enfermos y adultos mayores bajo criterios de máxima accesibilidad universal (componente físico-espacial de las estrategias de apoyo a la economía de los cuidados).

6. Transformación de espacios de apoyo colaborativo entre mujeres (edificaciones y barrios que comparten áreas comunes).

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