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Permanece viva la memoria de Javier Valdez

Este año se cumplirán 5 años del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas, cofundador y editor del semanario estatal Ríodoce, excolaborador de La Jornada. Pese al paso del tiempo y el impacto que causó el homicidio del periodista sinaloense, la violencia hacia comunicadores y comunicadoras no ha cambiado, por el contrario se ha recrudecido y prevalecen las condiciones de criminalidad e impunidad, denunció Ismael Bojórquez Perea, director de Ríodoce, a Once Noticias.

El homicidio de Javier

Fue el 15 de mayo de 2017 cuando Javier se dirigía al semanario y fue abatido. Todo pasó muy cerca de las instalaciones de lo que era su segunda casa; fueron doce impactos de bala los que le arrebataron la vida. Su cuerpo y sombrero –característica de la indumentaria del periodista– quedaron inertes sobre la calle Vicente Rivapalacio, en la colonia Jorge Almada, en Culiacán, Sinaloa. El homicidio ocurrió pasado el mediodía, pero bastaron algunos minutos para que la noticia inundara a la ciudad, a los medios nacionales e internacionales. El asesinato de Javier apuntó siempre a su ejercicio periodístico; su ávida pluma siempre tuvo por impulso escribir sobre lo que lastima a su ciudad, al país: sobre la violencia y el cataclismo que deja a su paso el narcotráfico.

El amigo y periodismo en Sinaloa

A un amigo como Javier se le rinde memoria con la práctica, la escritura y la crítica. Para Ismael su colega está en todos lados, a todas horas: en las paredes de la oficina, en múltiples fotografías, en las portadas y ediciones. ¿Cómo no acordarse de él? Cuando mataron a Javier, su amistad tenía 25 años. A Ismael y a Javier los hermanaban los gustos musicales –Javier le regaló unos discos de Real de Catorce, uno de los grupos favoritos de Bojórquez–, la ideología, las interminables charlas en los bares, los cumpleaños de los hijos, el tiempo. Se conocieron cuando trabajaban juntos en un periódico local, pero se hicieron más cercanos cuando en la locura de desempolvar un proyecto decidieron unir pluma e ideas y crearon, junto a otras amistades, el semanario Ríodoce. Tenían incertidumbre en el proyecto, pero se lanzaron al ruedo. Iniciaron la aventura, pese a que tenían miedo de que pasara algo así, “aunque piensas que va a ocurrir, igual piensas que no va a ocurrir nunca. Trabajas divirtiéndote, soñando que la cosa puede cambiar, soñando que la gente puede vivir en una sociedad más tranquila”, relató el director del semanario a Once Noticias. El director criticó que la situación, después del asesinato de Javier, no ha cambiado. Y es que sólo en 2017, según datos de la organización Artículo 19, se registraron 12 asesinatos de periodistas. Javier Valdez fue el quinto. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) se registraron 47 asesinatos; en la administración de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) que se registraron 48 comunicadores asesinados. En lo que va de este sexenio suman 30 periodistas que han sido asesinadas, de ellos, cinco durante 2022. En lo que respecta a la natal Sinaloa de ambos, se documentaron seis asesinatos, de 2004 a 2017. El director de Ríodoce dijo que el ejercicio periodístico de manera local, el que se hace en su entidad, debe hacerse bajo la conciencia de que todo apuntala al narco, por lo que siempre hay un riesgo, porque atraviesa a todos los sectores:
“Si investigues un tema económico conduce hacia el narco, si es un tema político, electoral, religioso también (hay muchos curas que reciben dinero del narco), si investigas temas de educación o culturales, también. Por ejemplo, ya lo he dicho, la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Sinaloa fue construida con dinero de Miguel Ángel Félix Gallardo. Si investigas, todo te conduce al narco”.
El director del semanario señaló a Once Noticias que con la exacerbación de la violencia hacia periodistas, él ve más solidaridad y empatía en el gremio. Considera que ese contexto ha hermanado. Por otro lado, criticó que los mecanismos de protección que brinda el Estado no han funcionado y que las pruebas se remiten a que las cifras se han mantenido a la alza. El periodista recordó que cuando asesinaron a Javier Valdez, autor de diversos libros como Miss Narco (2007), Huérfanos del narco (2015) y Con una granada en la boca: heridas de la guerra del narcotráfico en México (2014), el impacto que causó fue muy fuerte y mucha gente pensaba que ya no habrían más asesinatos de personas por su ejercicio periodístico.
“Mucha gente pensaba que no habría más. Que sería el último, que el gobierno tomaría medidas para proteger a los periodistas, pero no. Nosotros sabíamos que no. Existen condiciones objetivas para que no se detenga esta ola de agresiones, hablamos de […] un contexto de criminalidad que a la vuelta de cinco años se ha extendido más en el país, se ha profundizado […] Por otro lado, niveles de impunidad, dicho por las autoridades, de más de 98% […] El sello de esos crímenes es que prácticamente no hay justicia. Ahora son cinco [periodistas] en mes y medio y desgraciadamente las condiciones no cambian”, reflexionó Ismael Bojórquez.

Justicia

Ismael recordó que hasta ahora se han condenado a dos personas por el homicidio de su colega y amigo Javier Valdez, aunque continúa pendiente la condena del autor intelectual. En el año 2020, se condenó a 14 años a Heriberto Picos Barraza, alias “El Koala” por complicidad –manejaba el auto que trasladó a los sicarios–. Un año más tarde Juan Francisco Picos, alias “El Quillo”, recibió una sentencia de 32 años por ser coautor material del homicidio. Ambos son familiares, según lo comunicó la Fiscalía General de la República (FGR). No obstante, el autor intelectual, según las evidencias reunidas por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), apuntaron a que Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, hijo de Dámaso López Núñez, apodado “El Licenciado”, fue quien ordenó el asesinato de Valdez. El móvil del crimen se relacionó con unas publicaciones que realizó el periodista contra los Dámaso que, en ese momento, sostenían una disputa con Jesús Alfredo e Iván Archivaldo, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, por el liderazgo del Cártel de Sinaloa. En 2017, “El Mini Lic” se entregó a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Ha sido, junto a su padre, una pieza clave para las autoridades estadounidenses con respecto al caso de “El Chapo”, por ser un testigo (protegido) que ha denunciado en contra de este último y en el caso de Ema Coronel, sentenciada este año. Actualmente, pese a que el gobierno mexicano ha pedido su extradición, López Serrano se encuentra en prisión en el Distrito Sur de California, en San Diego. Enfrenta cargos por tráfico y distribución de drogas. Al respecto, Griselda Triana, esposa del periodista, ha manifestado en diversas ocasiones que mantiene la esperanza de la extradición de Dámaso Serrano, pero que no será posible llevarla a cabo hasta que cumpla su sentencia en Estados Unidos, según le han informado las autoridades.
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