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Piñateros perciben ligero repunte en sus ventas

“No quiero oro ni quiero plata, yo…”, parecen ser las notas que nos indican que ya está aquí la Navidad, esa época de arbolitos navideños y regalos. Sin embargo, aunque este año parece ser un poco más alentador, tanto para quienes vivimos la etapa decembrina como para los vendedores de artículos navideños, la recuperación en los bolsillos de los piñateros va lenta. En 2020, los vendedores de piñatas vieron castigado su negocio. Y es que, al suspenderse toda actividad festiva o reunión social, el panorama para el sector era poco alentador. Este año, sin embargo, el escenario ha cambiado un poco porque en lugares emblemáticos como La Merced, Jamaica u otros sitios de Ciudad de México ya se pueden asomar hileras y más hileras de figuras multicolores o papel metalizado con personajes como las princesas de Disney, Batman, el Hombre Araña, Mickey Mouse, Bob Esponja; la niña del Juego del Calamar. Aunque sin duda alguna la más buscada seguirá siendo la estrella de cinco o siete picos.

También le tocó al coronavirus

Como en botica, hay de todo. Por ejemplo, existen lugares donde tomó fuerza la piñata pandémica: una que simula un círculo en tono verde limón con una corona dorada y pinchos que apuntan en todas direcciones. Para algunos, los más susceptibles, podría parecer poco oportuna esta figura, tomando en cuenta que México registra más de 290 mil defunciones por COVID-19. Muchos vieron poco oportuna la “presencia” del coronavirus en el diseño de las piñatas. Pero otros como Natalia Gutiérrez, dedicada a la venta de piñatas desde hace 35 años y con un local llamado Piñatas y Sueños, en la alcaldía Gustavo A. Madero, es sólo una broma. “Y yo lo tomo como la oportunidad de darle de palazos al coronavirus. También cargaron contra (Hugo) López-Gatell y Susanadistancia porque todas las piñatas que hubo de ellos se vendieron bien desde el año pasado y parte de este”, dice a Once Noticias.
“El año pasado fue muy duro para nosotros, y éste, aunque hemos vendido más, resulta que los artesanos están cobrando más por los pedidos que hacemos de piñatas”, reprocha Natalia, quien ronda los 50 años.
Ella no fabrica sus piñatas; sin embargo, paga a 10 empleados. “Eso me quita mucho presupuesto. Entonces sí estamos vendiendo este año más porque, ya ve usted, sí va a haber posadas, pero los insumos están saliendo caritos, porque todo sube; diario amanecen nuevos precios y eso pega”, admite. Por su parte, Alicia Casasola, de Piñatas y Tomatillo, es parte de una tercera generación de ese negocio; tiene 15 años al frente del mismo. Cuenta que su familia ha subsistido a través de los años de ese oficio. “De aquí han salido doctores, ingenieros, yo tengo la carrera de psicología trunca, pero sí, este trabajo nos ha sacado adelante”. Su local se ubica en el corazón del mercado de La Merced. Dice que las figuras de sus piñatas se basan en los pedidos de la gente.
“De esa forma se le va haciendo el pedido al artesano; por ejemplo, ahora en Día de Muertos nos pidieron mucho el del Juego de Calamar y los tradicionales que venían siendo los de Halloween; pero gracias a Dios se vende todo el año por los cumpleaños; aunque en Navidad se venden más las estrellas”, reconoce.
Alicia sabe de etapas duras en su negocio. “Por ejemplo, desde que se nos quemó el mercado (en 2020), bajó bastante (la venta) y con la pandemia más nos apaleó, porque a los pocos que quedamos adentro nos surtían, pero no vendíamos. Ahora es al revés, hay poca producción porque todo subió. Tan sólo este mes nos han subido tres veces la piñata porque ya subieron el periódico. “Ese es otro problema, que la gente trabaja con periódico y está escaso, por ejemplo, el papel, ya van tres veces que lo suben. Y luego viene el problema con la gente que regatea; tú les dices: “(cuesta) 150 pesos y te dicen, ‘ah, déjemela en 120’, y digo: ‘¿cómo me regateas 30 pesos?’, si son 15 pesos para mí y 15 para el artesano. Cada artesano tiene su precio y también si yo le regateo, ya no me surten”, comentó. La vendedora revela que siempre esperan que llegue quincena para vender más porque los demás días la venta no ha sido como otros años. “Al día podemos vender hasta 4 o 5  piñatas, a pesar de que somos pocos en el mercado (de la Merced).
“Eso sí, sí le bajamos cuando nos regatean, si no, no vendemos; pero yo aprovecho su medio para decirles a todos que vengan a comprarnos pero que tengan esa comprensión de que no podemos bajarles porque no le ganamos mucho”. Además, agrega en tono de broma, “recuerden que sacan su furia al romper una piñata”.
Los precios de sus piñatas oscilan entre los 150 y 180 pesos, dependiendo el trabajo y el tamaño; también los había de 35, 30 20 y 15 pesos (pero los artesanos ya no les surtieron este tipo de piñata). En tanto, Tania Hernández, de Mundo Mágico de Piñatas, en la colonia Moctezuma II sección, dice que, “el negocio ya mejoró a comparación del año pasado. El año pasado tuvimos muchas pérdidas, la mayoría se quedó porque vendimos una cuarta parte. Pero desde el 25 de octubre comenzamos con la venta de catrinas calabacitas, brujitas; ahorita ya me solicitan las de 5 y 7 picos. La de 5 que va desde los 35 hasta los 70; y de 7, que cuesta entre 80 y 90 pesos”, declara. Contrario a Alicia, Tania sí produce sus piñatas aunque coincide en el aumento en precios de los insumos.
“Sí me han subido el (papel) metalizado, el pegamento, el papel china; pero aunque yo las produzco, sí pagamos a personal porque yo sola no podría hacerlas ya que hacemos en un periodo de tres meses, entre 10 y 15 mil piezas”, narra.
Desde octubre de 2021, su venta ha sanado levemente sus finanzas; no obstante, no es suficiente. Y para muestra un botón.

Cifras de empleo formal e informal

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