Una de las tradiciones más importantes de estas fechas es la llegada de los Reyes Magos. Detrás de ella, sobresale la emoción de infancias que con anticipación escriben sus cartas, para pedir juguetes o deseos que se cumplen una vez al año.
No obstante, al mismo tiempo, detrás de esa tradición también hay una práctica extendida: las cartas son enviadas a través de globos, con la esperanza de que lleguen a los Reyes Magos.
Sin embargo, los globos no llegan a sus destinatarios, lo que ha preocupado a científicos y defensores del medio ambiente, ya tienen un final diferente y con impactos severos a los ecosistemas, al suelo y a la biodiversidad: terminan en océanos, ríos, bosques y en los estómagos de fauna marina o silvestre que muere al ingerir esos objetos.
Y es que los globos están hechos de plástico, cuyo material es una amenaza para la biodiversidad. Hay evidencia científica de que los globos son los desechos de mayor riesgo para la biodiversidad, dado que es 32 veces más probable que los animales que ingieren plástico blando mueran que al ingerir plástico duro.
Esa evidencia fue hallada por un grupo de expertos, dirigidos por Lauren Román, publicado en el año 2019, en la revista Scientific Reports. El estudio determinó que la principal causa de muerte en aves marinas fue por ingerir plásticos blandos que les provocó un bloqueo del tracto gastrointestinal, seguido de infecciones y otras complicaciones causadas por obstrucciones gastrointestinales.
Los científicos encontraron que, aunque los plásticos blandos representaron sólo 5% de artículos ingeridos, fueron responsables de más de 40% de las muertes de aves marinas. Los globos y fragmentos de globos fueron los desechos marinos que mataron a casi 1 de cada cinco de las aves marinas que los ingirieron.
El estudio fue realizado sobre procellariiformesun grupo de aves que son de las más amenazadas a nivel mundial y con la mayor frecuencia de ingestión de desechos marinos.
Otro estudio publicado en 2012 encontró que en los últimos 40 años el fulmar norteño ( Fulmarus glacialis ) aumentó su consumo de desechos plásticos. Entre 2009 y 2010, los científicos y científicas descubrieron que 92.5 % de fulmares habían ingerido un promedio de 36.8 piezas ó .385 gramos de plástico.
De acuerdo con una investigación de Miguel Rivas y Ornela Gareli, publicada por Heinrich Böll Stiftung, en México algunas de las especies afectadas por contaminación de plásticos son las tortugas marinas: en nuestro país habitan 6 de las 7 especies de tortugas marinas que existen en el mundo, y todas están bajo una categoría de riesgo (con la NOM-059-SEMARNAT-2010).
De acuerdo con un estudio de Global Change Biology, 1 de cada 3 tortugas muere a causa de plástico. Otra especie amenazada es el Tiburón Ballena (Rhincodon typus), que debido a su método de alimentación por filtración, se han encontrado aditivos plásticos como el Polibromodifenil éter (PBDE) en muestras de piel de esta especie, en el golfo de California.
Rivas y Gareli enfatizan que a nivel mundial la contaminación por plásticos provoca la muerte de más de 100 mil mamíferos marinos al año y afecta a 45 especies de mamíferos marinos mexicanos.
¿Porqué los globos representan un problema?
Los globos están hechos de diversos materiales: látex, poliuretano, poliamida o microfoil. Estos últimos se reconocen porque están hechos de polímeros sintéticos y son muy brillantes.
Los globos de poliuretano son los más conocidos y es uno de los plásticos que más se utilizan en la vida cotidiana.
Nick Leopold, director de la campaña Océanos Sin Plásticos que impulsa Oceána México, una organización internacional dedicada a proteger los océanos del mundo y creada en 2001, señaló a Once Noticias que el problema de los plásticos es que no se reciclan y generan una gran cantidad de basura, con impactos negativos para la naturaleza y seres vivos.
“Los plásticos se convierten en microplásticos y eso no se puede degradar en el suelo. Se rompen en pequeños pedazos al estar expuestos a las condiciones naturales. No hay tecnología para limpiarlos. Una vez que llegan a fragmentarse a un tamaño muy pequeño se vuelve un problema de contaminación”, dijo Nick Leopold al medio.
“Esos microplásticos tienen efectos en la salud y es muy preocupante”, dijo. Agregó que se estima que en promedio los seres humanos respiran 5 gramos de microplásticos, lo que equivale a respirar el peso de una tarjeta de débito.
Rivas y Gareli señalan que los plásticos representan alrededor de 6% de las emisiones totales por uso del petróleo. Sin embargo, para el año 2050, se calcula que su producción representará hasta 20% del petróleo utilizado en el mundo, lo que contribuirá a agravar la emergencia climática.
Nick Leopold dijo que muchos plásticos comienzan a venderse como biodegradables, pero no se especifica el proceso de biodegradación, dado que los plásticos requieren procesos tecnológicos más complejos para degradarse.
“Requieren temperatura y humedad o factores externos muy específicos y se necesitan plantas especiales. Nos dicen que es biodegradable para convencernos de que se irá al medio ambiente y se degradará por sí solo, pero la realidad es otra. No es culpa de los consumidores, sino de las industrias, que buscan convencernos de consumir esos objetos innecesarios”, compartió al medio.
Al respecto, Rivas y Gareli señalan que cuando se desechan los productos plásticos continúan emitiendo gases de efecto invernadero, como el metano o el etileno, cuando están a la intemperie expuestos a la luz solar.
“El etileno utilizado en las bolsas de las tiendas de conveniencia es uno de los gases más contaminantes que resultan de usar estos productos llamados commodities”, señala la investigación de Gareli y Rivas.
Leopold dijo que el objetivo es que las personas conozcan los impactos de los plásticos y tengan información, aunque dijo que buscan luchar en contra de los plásticos innecesarios como los globos, empaquetados que usa el comercio electrónico, bolsas de plástico y otros.
Aunque en 29 estados, que incluye a CDMX, se prohíben las bolsas de plástico no es así con el plástico que usa el comercio electrónico, por lo que Oceana México busca la regulación de esas industrias y compañías.
Nick señaló que al adquirir productos de plástico se debe cuestionar los procesos que se requieren, el tiempo que requerirá en su degradado y la duración de vida que tendrá entre nosotros, además de cuestionar su utilidad en nuestra cotidianidad.
Con los globos se corre el riesgo de que, en Ciudad de México, lleguen a ríos cercanos y bosques, y que, en estados costeros, hay una probabilidad muy alta de que los globos lleguen a los mares y océanos. Terminarán, con una probabilidad muy alta, en los estómagos de las especies marinas que lo confundan con alimento, señaló el director de la campaña Océanos sin plástico.
Por tal razón agregó que existen alternativas para que niños y niñas envíen sus cartas a los Reyes Magos como el correo, correo electrónico o recuperar la tradición de ponerlas en los zapatos.