
Ubicado en Ensenada, Baja California, el Valle de Guadalupe es una región vitivinícola en la que se produce 75% del vino mexicano, sin embargo, se encuentra en riesgo debido a la expansión urbana y conciertos masivos.
Ante ello, el colectivo “Rescatemos El Valle”, integrado por vitivinicultores, enólogos, chefs y la comunidad del lugar, lanzó un llamado a los tres niveles de gobierno, para salvar este espacio.
Los integrantes de “Rescatemos El Valle” expresaron que en los últimos cinco años se han construido antros, centros nocturnos y fraccionamientos, además de que se han realizado conciertos masivos y se ha lotificado y vendido la tierra, sin respeto a reglamentos y leyes, motivo por el cual este Valle se urbaniza y con ello se destruye gradualmente su vocación agrícola, mismo que lo ha posicionado como uno de los lugares más icónicos de México.
De acuerdo con los integrantes de este colectivo, durante los últimos cinco años empresas privadas han deforestado al menos mil hectáreas de conservación y producción, que ahora se usan para antros, grandes foros de conciertos y casas privadas.
Del mismo modo, señalaron que entre 2014 y 2019 se perdió 18% de tierra agrícola en este Valle. Al mismo tiempo alertaron que de las 5 mil 445 hectáreas cultivables que había en 2017, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) de Ensenada prevé que quedarán tan solo 2 mil para el año 2027.
Añadieron que el mismo pronóstico estima que para el año 2037 no quedará una sola de esas tierras de cultivo.
“En términos generales se identifica como causa principal de la problemática en el Valle de Guadalupe al crecimiento descontrolado de los asentamientos humanos, que trae como consecuencia efectos directos sobre: el agua, el suelo, la agricultura, la comunidad y el paisaje”, expresaron.
En entrevista con Once Noticias, Ileana Espejel, académica de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), señaló que este suelo pasó de ser explotado con fines agrícolas, para hacer vinicultura, sembrar vid y hacer vino, a tener fines turísticos.
“Recientemente en los últimos cinco años llegó el giro del turismo, la masividad de conciertos y antros, entonces ya hay mucho ruido, los trabajadores de campo no duermen o están cansados, esto está perturbando a la gente del pueblo, a los trabajadores y vinicultores”, denunció.
De acuerdo con los datos compartidos, meses atrás fue clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) el Foro APM debido a que desmontó 16 hectáreas de vegetación en zona agrícola y de conservación.
A pesar de ello, dijeron, recientemente una empresa anunció la apertura de la Arena Valle de Guadalupe, para finales de 2022, que albergará a 9 mil personas. A esto se suma otro negocio que es el Anfiteatro del Valle, con capacidad para 7 mil personas, que organizó un concierto de Francisco Céspedes el pasado 14 de mayo. Además, se han abierto cinco antros.
Los inconformes indicaron que la depredación actual no solo atenta contra el patrimonio cultural y paisajístico de una bioregión única, sino que está perdiendo también la ventaja competitiva de la zona, considerada, según dijeron, como la más importante del país: con 75% de la producción nacional de vino, la cual contribuye con 1% del Producto Interno Bruto Agrícola, que emplea directamente a 4 mil 500 personas e indirectamente a más de 10 mil, además de la participación de mujeres en más de 40% del empleo total generado.
Señalaron además que la derrama económica generada por el enoturismo en Baja California -un tipo de turismo enfocado en las zonas de producción vinícolas- significa un total de 3 mil 600 millones de pesos y una recaudación de impuestos de 165 millones de pesos, como reflejo de un incremento importante del consumo del vino per capita en México.
En ese sentido, propusieron generar una nueva denominación jurídica federal para proteger el patrimonio agrícola del país, una denominación biocultural que proteja al campo y su cultura, tal como la que existe para proteger también a las áreas naturales.
Esto, a decir de los inconformes, permitirá la protección de comunidades rurales y productos agrícolas en todo el país, tal como son el café, el chocolate, la vainilla, los árboles frutales de fruta endémica, el agave y otros productos, y regiones, por medio de esta figura jurídica.
Además de ello, plantearon crear leyes federales que protegen el uso de suelo agrícola con el nombramiento de este Valle como “Zona de belleza natural y cultural”, como lo establece la Ley de Preservación del Patrimonio Cultural del Estado de Baja California en su artículo quinto y, sobre todo, la aplicación de las leyes y reglamentos que actualmente protegen a esta región agrícola, pero que han sido ignorados por autoridades y empresarios.
Ante tal escenario se dijeron esperanzados en encontrar eco en las autoridades a fin de que se presente una iniciativa de protección ante el Congreso local y Federal, para que se constituya dicha figura jurídica a través de la participación de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, y de la Federación, para fortalecer y preservar la vocación agrícola.