Según detalla el registro de personas desaparecidas, al desagregarse por rango de edad, las mujeres de entre 10 hasta 24 años, son las principales víctimas de desaparición. Son tres los grupos de edad que concentran estas cifras: de 15 a 19 años (37 mil 533), le sigue de 10 a 14 años (18 mil 739) y de 20 a 24 años (10 mil 452). Es decir, la mayor concentración de desapariciones se da en niñas y adolescentes.
En el caso de hombres, las desapariciones se concentran en el rango de 15 a 19 años (18 mil 032).
Además, 1 de cada 5 desapariciones de niños, niñas y adolescentes se concentran en Estado de México. Según Red por los Derechos de la Infancia en Mexico (REDIM) las principales entidades en las que ocurren son Tamaulipas, Jalisco y Estado de México.
Ante ese panorama el año pasado entró en vigor el Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes (PABNNA). Tal como señala su nombre, es adicional al Homologado y contiene especificidades que se deben considerar cuando las víctimas de desaparición son menores de edad.
En conversación con Tania Ramírez, directora de REDIM, dijo que PANNA tiene un enfoque diferenciado en la niñez y adolescencia, que busca comprender las particularidades de las desapariciones de menores y hace énfasis en las obligaciones del Estado Mexicano para atenderlas. Se elaboró con la participación de organizaciones de la sociedad civil, la Comisión Nacional de Búsqueda y REDIM.
En su diseño participaron activamente menores de edad, que dieron sugerencias y expresaron preocupaciones. Al respecto Tania señaló que “tiene un componente participativo. Hicimos un grupo focal, para plantearse con menores y hubo un dialogo con la Comisionada Karla Quintana y con los niños y niñas.”
¿Qué hacer?
Tania Ramírez precisó que en ese Protocolo se establecen claves importantes sobre lo que debe hacerse si se detecta la desaparición de menores, por ejemplo, se debe reportar y denunciar de inmediato y sin dilación, “cada minuto es vital y no se debe esperar ningún minuto para denunciar ante las autoridades”.
Dijo que también se pueden activar todas las alertas y se deben levantar las denuncias ante todas las instituciones correspondientes como MP, Comisiones de búsqueda y Fiscalías. Enfatizó que debe existir una coordinación entre todas ellas, para evitar la obstaculización de las búsquedas.
Además las familias deben verificar que los reportes se hagan como desaparición y no bajo la categoría de no localizados, porque este segundo término “implica una posible voluntad de ausencia”, señaló Tania al medio.
La directora enfatizó que las autoridades tienen la obligación de presuponer, en el caso de menores, la comisión de un delito: desaparición, trata o feminicidio.
Las familias deben tener presente las características físicas de los menores y de indicadores que sumen para obtener más información. Asimismo tener una bitácora, para reunir toda la información sobre el reporte y denuncia.
Sin embargo, la directora ejecutiva subrayó que es responsabilidad de las autoridades trazar las rutas de búsqueda, de ahí que el análisis de contexto, juegue un papel fundamental, para generar hipótesis y estrategias de búsquedas.
Niños, niñas y adolescentes buscadores (as)
Tania compartió que en REDIM han generado estrategias y campañas en las que los niños, niñas y adolescentes son actores y sujetos políticos, no sólo víctimas de desaparición: también son buscadores (as).
Es así que REDIM difunde el tema de las desapariciones a través de cápsulas con un títere buscador llamado Chucho Cacomixtle. En ellas Chucho lleva de la mano y explica con un lenguaje dirigido a las infancias el fenómeno de las desapariciones y las estrategias que deben seguir niños y niñas en la búsqueda de otras personas.
Tania dijo que esta problemática ha alcanzado a la niñez, por lo que es de suma importancia también involucrarla en este fenómeno. Destacó que espera que las cápsulas de Chucho Cacomixtle sean difundidas como material educativo y formativo en todo el país, para que abone en la prevención y para reconocer la gravedad de las desapariciones de niños, niñas y adolescentes en México.