Este Día del Niño y de la Niña es la perfecta oportunidad no sólo para festejar y recordar la importancia de la niñez para el futuro, tanto de los mexicanos, como de la humanidad misma. También es un espacio para recordar lo que algún día dijo John F. Kennedy: “los niños son el recurso más importante del mundo y la mayor esperanza para el futuro”.
En este sentido, la educación es un factor esencial para alcanzar ese futuro de ensueño.
Para entender el panorama educativo en el que nos encontramos en México, habrá que analizar qué es lo que habría que modificar: ¿el sistema o el modelo educativo? Según Natalia Tieso, directora de Maple Bear Latam y Magister en Educación, “un sistema educativo viene de lo macro. Depende de la Secretaría de Educación Pública. Un modelo educativo tiene características más particulares. Puede estar basado en valores, religión… es decir, que se requiere de capacitación directa y mayor a los docentes”.
Así, Natalia Tieso asegura que, en América Latina, incluido México, habría que trabajar sobre los modelos educativos.
“Hay que entender que en Latinoamérica la enseñanza todavía es muy enciclopédica. Actualmente necesitamos una enseñanza basada en habilidades; que no permitan memorización, sino indagación. Se trata de que prioricen pensamiento crítico e investigación. Internet hoy tiene todas las respuestas. Por eso no debemos crear estudiantes que den respuestas, sino que generen competencias críticas”, asegura la también especialista en administración educativa.
Hacia la formación de líderes
Sobre la cuestión cultural en América Latina, en la que suele ser recurrente que se piense que la enseñanza debe ser llevada, exclusivamente, por los docentes, Natalia Tieso destaca la deserción como resultado de esa incorrecta interpretación de la educación escolar:
“La educación abre puentes. Por eso necesitamos generar modelos de movilidad ascendente que incluyan a la familia como la gran aliada de la escuela. Esto, en el sentido de enseñar a los estudiantes a que el profesor es una figura de respeto. Habrá que darle, entonces, una buena publicidad al estudio. Repensar que, aunque es más sencillo salir a trabajar a temprana edad, el esfuerzo escolar siempre se verá recompensado. Los chicos deben aprender a que lo que cuesta siempre vale”.
En esta línea, la experta enfatiza la importancia de redefinir la enseñanza hacia un camino en el que “cada alumno mejore según sus propias competencias. Las calificaciones estigmatizan al alumno. Lo que se debe hacer, actualmente, es acompañarlo para que se convierta en su mejor versión. El trabajo grupal y colaborativo son fundamentales. Aquí entra también la labor socioemocional que no debe ser ajena”.
Las características anteriores, en voz de Natalia, son parte de las necesidades de jóvenes que en algunas décadas necesitará no sólo México y América Latina, sino todo el mundo.
A estos ‘requerimientos’, dijo, se suma la necesidad de formar a niños bilingües. Es indispensable para tener a esos líderes.
Comentó que según el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el sistema educativo de Canadá se encuentra constantemente entre los mejores del mundo.
“Allí (Maple Bear Latam), nos encargamos de crear alianzas con instituciones para formar niños bilingües desde preescolar. Y de eso se debe tratar. Dirigirnos hacia una generación de niños bilingües que estén caminando hacia el liderazgo que ya empieza a urgir en todo el mundo. Investigaciones recientes aseguran que México se encuentra entre los países con menos dominio de la lengua inglesa. A la preocupación se suma la situación de las mujeres, quienes presentan todavía menor índice que los hombres. Es decir, que las políticas de género en estos términos también tendrán que ser un reto”, puntualizó Natalia Tieso.
¿Qué necesita para formar a los niños del futuro?
· Saber trabajar en equipo
· Educación socioemocional
· Hablar más de un idioma, inglés base como secunda lengua
· Trabajar familia-docentes para apoyar al niño en su desarrollo
· Fomentar el pensamiento crítico y la investigación
· Entender que cada niño posee competencias diferentes