Se acerca uno de los encuentros más esperadas en este año: la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, COP26.
Es la primera reunión -después de que se anunció la emergencia sanitaria mundial por COVID-19- que congregará a las 197 naciones que conforman a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés). Reunirá a jefes/as de Estado, empresarios/as, investigadores/as, académicos/as, especialistas y activistas para abordar el cambio climático.
La Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés)
se llevará a cabo del 31 de octubre al 12 de noviembre, en la ciudad escocesa de Glasgow, en Reino Unido. Es organizada junto a Italia, país en el que ya se han celebrado eventos previos como la
PreCOP26 y la Youth4Climate, en Milán.
Este año se celebra la edición 26, desde que se hizo la primera en Berlín, Alemania, en el lejano 1995. Desde entonces, anualmente, se reúnen las naciones con
el objetivo de debatir, reflexionar, conocer los avances y proponer acciones que busquen reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), reducir los gases de efecto invernadero y trabajar en conjunto para hacer frente a los impactos del cambio climático.
Sin embargo, cada año los objetivos se vuelven más incisivos a medida que se
aceleran los impactos negativos del cambio climático y que afecta a los países más desfavorecidos.
Objetivos de la COP26
Son cuatro objetivos que se han planteado en esta cumbre:
- Asegurar la reducción a cero de emisiones de carbono, para mediados del siglo, y mantener a 1.5º grados la temperatura.
- Adaptarse para proteger a los hábitats naturales y a las comunidades más afectadas por el cambio climático.
- Movilización financiera: los países desarrollados deberán asegurar al menos 100 mil millones de dólares en financiamiento climático.
- Trabajar de manera conjunta y en colaboración para lograr los objetivos.
Estos objetivos responden al estado crítico en el que se encuentra el planeta: el cambio climático es generalizado, se ha intensificado y se ha acelerado con la actividad humana.
Los cambios no tienen precedentes y los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés), en su informe presentado en agosto, ya urgían a la reducción de las emisiones de CO2 y de gases de efecto invernadero (como el metano), para limitar estos cambios y aminorar el impacto negativo.
En ese informe se sostuvo que existe
evidencia física sobre el efecto que tiene el aumento del calentamiento global y los fenómenos meteorológicos y climáticos asociados. Además enfatizaban que las acciones humanas y las decisiones políticas juegan un papel fundamental para cambiar el rumbo del clima.
El Acuerdo de París, un antecedente importante
Estas cumbres son de relevancia porque de ahí han surgido tratados como el Acuerdo de París (2015) un antecedente importante que suele ser de referencia cuando se habla del tema: es un tratado no vinculante, firmado en Francia, que tiene por objetivo mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados (1.5 grados es la propuesta límite), con respecto a la temperatura de la era preindustrial, y reducir las emisiones de CO2.
En ese acuerdo,
los países se comprometieron a presentar sus planes de acción nacional para cuantificar la reducción de sus emisiones conocidas como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o ‘NDC’, por sus siglas en inglés, y se actualizan cada 5 años, sin embargo, a escasos días de que inicie la Cumbre, algunos países como
China, Arabia Saudita o India no han actualizado sus planes.
Más de 80 países han actualizado formalmente sus objetivos de NDC. El informe también reveló que seis naciones pertenecientes al G20, no cumplieron sus antiguos objetivos:
Estados Unidos, Australia, Canadá, Brasil, México y Corea del Sur.
“Las contribuciones determinadas a nivel nacional nuevas y actualizadas solo evitan un 7.5% de las emisiones previstas para 2030, aunque se necesita una reducción de 55% para cumplir con el objetivo de 1.5°C del Acuerdo de París”, detalla el informe sobre la Brecha de Emisiones 2021, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Entre los principales emisores de CO2 sobresalen Estados Unidos, India y Unión Europea. Estos plantearon compromisos para reducir las emisiones para 2030; en el caso de China, también gran emisor, se comprometió a reducirlas a cero hasta 2060, aunque no está adherido al Acuerdo de París.
El Acuerdo de París es un antecedente importante aunque los compromisos climáticos ya no son suficientes y las posibilidades de alcanzar los objetivos se ven lejanos: PNUMA considera que
los objetivos no son lo suficientemente ambiciosos y ponen al mundo en un camino cuya temperatura aumentará al menos a 2.7°C en este siglo.
¿Qué pasó en la COP25 de Madrid?
Antes de la pandemia, en 2019, se realizó la COP25 Chile-Madrid, aunque fue un evento con múltiples obstáculos. El resultado de aquella cumbre no fue lo esperado: el secretario general de la Organización de las Naciones Unidos (ONU), António Guterres, señaló su decepción por los resultados de la COP25 y dijo que
“la comunidad internacional perdió una importante oportunidad de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y financiación para abordar la crisis climática”.
En ese momento la cumbre no resultó lo esperado ya que uno de los temas a los que no se llegó a un acuerdo fue en el de los mercados de carbono.
¿Qué se espera en Glasglow?
En esta COP26 se espera que los países se sumen a los objetivos planteados para reducir los gases de efecto invernadero para 2030 y que se alcancen las cero emisiones de carbono en 2050.
Sin embargo, según lo expresó Boris Johnson, primer ministro británico, lo principal es incentivar a que todos los países
“no se aparten de las grandes decisiones políticas que son: acabar con la energía del carbón, conseguir una eliminación gradual de vehículos contaminantes, hacer que la agricultura sea más sostenible, disminuir la deforestación y respaldar a los países desfavorecidos con financiación”.
El primer ministro sostuvo que en el caso de Reino Unido, “en los últimos 30 años, distintas administraciones del gobierno británico han hecho crecer nuestra economía en 78% al mismo tiempo que se recortan las emisiones en 44%, lo que demuestra que el crecimiento verde es una realidad”.
No obstante el panorama para otras regiones como
América Latina es distinta, ya que de primera instancia no negocia ante la COP26 como un bloque regional, tal como afirmó María Laura Rojas, directora ejecutiva de Transforma-Colombia.
En el caso de nuestra región los impactos negativos del calentamiento global se han evidenciado con
la deforestación en las selvas, el aumento de las sequías, las inundaciones que afectan zonas urbanas, cambios en los ciclos agrarios que afectan cosechas, etc. Sólo hasta 2020, en la
Amazonía se registró una
sequía severa que no se había dado al menos hace 50 años, además del aumento de incendios forestales.
Giannina Santiago, experta en negociaciones y líder de la Unidad de Apoyo de la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), señaló que en la región no sólo se trata de hablar de adaptación al cambio climático sino de evitar que se incrementen las brechas de desigualdad, por lo que ve en esta COP26 una oportunidad para generar nuevos compromisos.
México rumbo a la COP26
Jorge Villareal, director de Política Climática en la Iniciativa Climática de México (ICM), señaló que en el caso de
México, el emisor que ocupa el número 13 de la lista, no se ha visualizado una agenda a largo plazo. Criticó que en el Presupuesto de Egresos de la Federación aunque hubo un aumento para el sector ambiental, aún no hay herramientas para hacer frente al cambio climático y que no hay mayor penetración de energías renovables.
María Luisa Albores, secretaria de Medio Ambiente de México, presentará ante la COP26 los planes en reforestación, energía solar, hidroeléctrica y geotérmica. Además señaló que México exigirá mayor financiamiento para combatir el cambio climático.
México se propone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 a 22% y el uso de carbono negro a 51%. Además destaca su compromiso de generar energías limpias cuyas metas son: 35.1% de generación eléctrica para 2024, 39.9% para 2030 y 50% para 2050.
Se considera que esta COP26 será decisiva. Además, uno de los temas que sobresaldrán será la
pandemia que ha puesto de relieve los efectos visibles y negativos que ha tenido sobre el mundo, los desafíos en las economías mundiales, la
desigualdad para el acceso a las vacunas que afectan a los países más pobres y la
necesidad de plantear nuevas estrategias integrales para hacer frente a la pandemia.