Horacio es paramédico y normalmente trabaja en grandes obras de construcción, sin embargo, debido a la pandemia de COVID-19 tuvo que buscar ingresos extra como repartidor de comida en las plataformas digitales. En entrevista con Once Noticias, Horacio contó cómo en esta época de crisis la delincuencia inventa cualquier situación para engañar y estafar, situación en la que lamenta haber caído. Un día recibió una llamada de una persona que se presentó como trabajador de Banco Azteca, en dónde Horacio tiene su cuenta bancaria y esto es lo que con sus propias palabras nos cuenta a continuación: Me llamaron y contesté. Se presentó como empleado del banco y me dijo que habían detectado un intento de retiro por una cantidad sospechosa. La llamada era para preguntarme si había sido yo quien deseaba hacer tal retiro. Su lenguaje y forma de dirigirse hacia mí me hizo pensar que realmente se trataba de un empleado del banco, en ningún momento titubeó o noté que fuera un engaño. Entonces al decirle que no fui yo quien intentó retirar, me preguntó si deseaba que bloquearan la cuenta y el movimiento. Yo le dije que sí y ahí fue donde me equivoqué porque me indicó que me transferiría con un compañero que haría el proceso. Una vez que me contestó la otra persona, quién también se escuchaba como un empleado genuino, me dijo que necesitaba que instalara una aplicación de escritorio remoto en mi teléfono para poder acceder a mi app del banco y realizar el proceso.
“Instalé la aplicación y entonces fue cuando accedieron a mi teléfono por completo, lo secuestraron en mi cara. Me pidieron que abriera la app del banco e ingresara y él haría el resto del proceso”.Una vez que entró a mi teléfono y a la app del banco, seguíamos conversando por teléfono y supuestamente me explicaba el proceso. Desde la app realizó una transferencia a otra cuenta del que me dio y vi el nombre de la persona. Le pregunté que quién era esa persona y me dijo que era la persona que había intentado hacer el retiro por el que me llamaron, pero que lo iban a bloquear. Entonces vi cómo hacían una transferencia y ellos insistieron en que era normal y que ese dinero se iba a ver reflejado de regreso en pocos minutos. Yo estaba desconcertado y ellos se escuchaban tal cual como trabajadores del banco y con una actitud muy amable la cual me dio confianza. Terminaron de hacer la transferencia y me indicaron que me volverían a llamar en cuanto mi dinero estuviera de regreso, pero que ya habían bloqueado el movimiento y la persona que intentó retirar mi dinero. Una vez que colgaron me di cuenta que se había tratado de un engaño, pues mi cuenta ya no tenía dinero, estaba en ceros. Fue entonces cuando supe que habían secuestrado mi teléfono en mi cara, por un error mío, pero se aprovecharon de mi desconcierto y confianza que ellos mismos generaron.
Cada vez hay más ingenio
Y es que, según relata Horacio, después de desinstalar la app, acudió a una sucursal bancaria a reportar el hecho. Ahí solamente le dijeron que ‘ya habían tenido reportes sobre ese tipo de estafa. Cambiaron sus claves, pero no hubo garantía que recuperara el dinero que le habían robado.“Los delincuentes cada vez son más ingeniosos y ya hasta utilizan herramientas tecnológicas para estafar a las personas que trabajamos a diario para sostenernos. Sé que no voy a recuperar mi dinero, pero por lo menos con este testimonio voy a poder ayudar a otras personas para que eviten caer en estos engaños”.Los expertos y las propias instituciones bancarias recomiendan no hacer caso a llamadas o mensajes en dónde se piden datos de las cuentas, y en este caso mucho menos instalar otras aplicaciones u otorgar las claves de acceso pues ellos nunca solicitan dicha información. En caso de sospechar de un mensaje o llamada, lo mejor es acudir directamente a la sucursal para reportarlo.