Reportajes especiales

“Seguimos en pie exigiendo la verdad”: familias de normalistas de Ayotzinapa

Hilda Hernández Rivera es madre de César Manuel González Hernández, uno de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, en septiembre de 2014.

A siete años de la desaparición de su hijo, la señora Hilda sigue buscando y luchando para encontrarlo con justicia y dignidad.

Queremos que la Fiscalía General de la República libere las órdenes de aprehensión contra todas la persona involucradas. Nosotros seguimos en pie, exigiendo su presentación con vida y la verdad de lo que pasó aquel 26 de septiembre”, comentó la buscadora.

El movimiento de los padres fue buscando en los cerros y los pueblos, y en su caminar despertaron poco a poco a todas las familias del país que tenían algún ser querido desaparecido. Así a finales del año 2014 habían brotado colectivos en todos los estados de la República que tomaron los cerros y los campos de exterminio para localizar fosas clandestinas o pequeños restos óseos que pertenecían a su gente.

“No hubiese querido estar en esta situación porque es horrible y no se la deseo a nadie, pero también estamos conscientes de que hay muchísimos desaparecidos y esto no ha parado. Son más de 90 mil personas que no están”.

“Decimos que bueno que somos la voz de muchos más que también caminan y no han sido escuchados, a nosotros nos gustaría que todas esas personas sean escuchadas por el gobierno porque también son parte de una desaparición a manos de un policía  o militares. A veces nos dicen que se fueron a otro lado por su cuenta propia, pero sabemos que siempre está involucrada la policía o los militares.  Le deseo a los compañeros que tengan un ser queridos que ojala los encuentren pronto”, expresó la señora Hilda.

La vida de la señora Hernández cambió abruptamente. Ella no es del estado de Guerrero, sino de Tlaxcala, que está a diez horas de Ayotzinapa, pero cuando supo lo que había pasado en la escuela donde estudiaba su hijo, salió lo más pronto que pudo.

“Viví casi cinco años en la escuela Isidro Burgos. Fue muy difícil estar ahí porque estaba lejos de mi familia y de mi casa. Siete años se dicen fácil, pero cada día que pasa una madre siente el dolor y la angustia al no saber de su hijo. En al actual gobierno vemos que hay voluntad, pero también sabemos que eso no es suficiente, porque no vemos que agilicen el caso. Han avanzado a cuenta gotas, no hay órdenes de aprehensión ni investigaciones”, declaró.

A siete años los padres tenemos la necesidad de salir a las calles porque no podemos estar con las manos cruzadas, todo va muy lento y a pesar de que hay suficientes pruebas no vemos un avance para la búsqueda en los cuarteles militares, y para rematar, la pandemia ya no nos permitió seguir empujando, por eso es necesario insistir y decir que esto apenas es el inicio”, detalló la señora Hilda.

Ahora ya no vive en Ayotzinapa, hace un par de años regresó a Tlaxcala, porque forma parte de la Comisión de Investigación de los Padres de Familia y viajar de Tlaxcala a la capital es más fácil, que hacerlo desde Guerrero.

En estos siete años ya son varios padres de familia que perdieron la vida y eso como grupo nos duele mucho porque tenemos una vida de lucha. Son otra familia ‘ora’ nosotros. Seguiremos buscando a sus hijos pero no porque ya no estén quiere decir que no vamos a seguir buscando, porque también son nuestros hijos y que donde quiera que estén vamos a seguir luchando por los que ya no están”, concluyó la Hilda Hernández.

Este viernes habrá una reunión con el Presidente de la República, en donde, adelantaron a Once Noticias, pedirán saber la mecánica de los hechos cuando localizaron los últimos restos de los estudiantes identificados en la barranca de la Carnicería “porque no queremos otra verdad histórica”, sentenciaron.

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