Stefanny Cristino comenzó su carrera deportiva desde los seis años sin saber que sería la discriminación, por ser mujer y con una discapacidad, a quienes enfrentaría día a día.
A sus 26 años Stefanny se ha convertido en una atleta de alto rendimiento que ha participado en competencias internacionales como los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, Río de Janeiro 2016 y el Campeonato Mundial IPC-Swimming México 2017 en la que fue medallista de plata.
Once Noticias platicó con esta atleta Paralímpica sobre su carrera, su vida diaria y los obstáculos que tiene que enfrentar cada día con tal de dedicarse a lo que más le apasiona, que es la natación.
¿Cómo empezó tu carrera, cuándo decidiste dedicarte a la natación profesional?
Empecé muy chiquita a nadar. Compito desde los 10 años y empiezo porque a mis papás les hacen una orden médica y por salud les dicen que la mejor medicina era la natación.
Entonces me inscriben a un curso de verano a los seis años. El que era coordinador estaba haciendo equipo de niños y me invitaron. Yo no sabía, me dijeron que si quería competir, y entonces empecé a competir a los ocho años. A los 12 tuve mi primera paralimpiada, y en 2012 empecé mi proceso de alto rendimiento cuando mis compañeros se iban a los Paralímpicos de Alondras. Fue en 2015 cuando empecé con mi primera competencia internacional, clasifiqué directo a un mundial y quedé en cuarto lugar, eso me dio el pase para Panamericanos y también para Río de Janeiro.
¿Cómo es un día en tu vida como deportista de alto rendimiento?
La natación es muy celosa, la categoría en la que compito es casi convencional, mi discapacidad es porque me hacen falta cuatro dedos de la mano izquierda, tengo que entrenar tres veces al día, dos de agua, uno en gimnasio.
A las 6 de la mañana ya estoy camino y entreno de 7 a 9 el primero de ellos. Desayuno en lo que nos vamos moviendo hacia el gimnasio por San Jerónimo, en donde entreno en colaboración con un laboratorio de Crossfit.
A las 12 regreso a entrenar en agua en la Alberca Olímpica, en Churubusco, y a las 5 de la tarde concluyó mi día de entrenamiento. Muchas veces tengo que salir e irme a sesión de fisioterapia, seguir corriendo en las tardes y en las noches tomo clases de idiomas. Ahora estoy aprendiendo inglés.
Empezaste muy pequeñita, ¿cómo ha sido ese camino, qué dificultades has encontrado?
El deporte da mucho pero quita bastante. Todo ha sido altos y bajos. Una persona con discapacidad todos los días tiene que enfrentarse a una sociedad que discrimina, que no te reconocen o que te ven raro.
Incluso los mismos compañeros me decían que yo no pertenecía a ese grupo de entrenamiento, los mismos entrenadores igual. Cuando me cambié a Paralímpico yo dije no tengo ninguna discapacidad, dije estoy bien.
Pero entré al proceso de discapacidad y me sentía cómoda pero siempre el sistema es complicado, en el sistema Paralímpico he luchado contra un sistema que no me reconoce, que no reconoce a mi entrenador, me ha tocado hacer una lucha sola.
¿Contra qué o contra quién luchas?
Los deportistas mexicanos luchamos contra nuestros propios dirigentes del deporte, deberíamos estar sólo preocupados por entrenar, los deportistas mexicanos estamos adaptados a luchar.
¿Hay apoyo o consideras que no es suficiente para los atletas paralímpicos?
Hay apoyo, sí lo tenemos tal vez como económico sí lo tenemos, no es que ni la Conade ni las autoridades nos tengan desamparados. Pero no es suficiente, por ejemplo hoy (ayer) tengo una reunión porque las becas las redujeron 80%, entonces va quedar como en 2 mil o 3 mil pesos al mes. Nos estaban otorgando entre 20 y 24 mil mensuales si eres atleta que ha participado en Olímpicos. Pero no hay un tabulador que diga a qué eres acreedor, dijeron que se iban a quitar todas las becas y a reducir. A eso nos tenemos que enfrentar.
Sí tenemos un apoyo con uniformes, competencias, pero son personas más abajo de la Conade como en las federaciones, quienes nos meten un poco el pie, muchas veces nos hacen la vida imposible para no llegar a ese apoyo.
¿Qué va a pasar si te reducen la beca?
Me queda aceptarlo, al final tengo que seguir trabajando para obtener una beca mayor cuando la vuelvan a aumentar, lo hacemos por amor al arte pero también les dedicamos nuestra vida a esto. Yo pausé mis estudios y vivo de esto, es muy complicado, mis papás hace mucho no me mantienen y ahora es complicado pedir su ayuda pero no es el tema, al final nosotros vivimos de esto.
¿Qué mensaje enviarías a las personas a cargo?
Me gustaría que a todo mundo lo apoyaran, empezar a trabajar bien para que el dinero empiece a ser repartido en partes iguales, ahora nos estamos viendo afectados por temas de recursos que en otros gobiernos no habíamos tenido, ahorita las medallas de mis compañeros se pagaron muy bajas.
Siento que a mi me gusta mucho apoyar y ser solidaria con las personas y si veo algo que necesita lo doy aunque me quede sin nada.
¿Has sentido una doble discriminación al ser una mujer discapacitada?
Si claro, todos los días lucho. Cuando salgo obviamente me siento insegura en la calle siendo mujer y con una discapacidad, muchas veces lo he pasado.
Todos los días es muy complicado, la discriminación es parte de, estamos acostumbradas y es complicado vivirlo a diario.
¿Qué piensas del movimiento feminista en México?
Curiosamente sólo he asistido a una marcha, la primera que hubo y me sentí muy identificada, iba marchando y llorando y dije es increíble que todo eso pasa en un país.
Creo que todo esto es parte de la libertad de expresión, no estoy en contra ni a favor que la gente se manifieste, cuando lo haces es porque realmente estás exigiendo algo que quieres y que llegas a ese punto para ser escuchado.
Siempre la lucha que hago todos los días es para que las generaciones futuras tengan algo mejor que yo.
¿Qué mensaje le das a quienes están en la búsqueda de cumplir sus objetivos de vida?
Creo que toda persona tenemos sueños en la vida, todos se cumplen, no siempre a la primera, hay que seguir luchando y hay que ponerse un objetivo nuevo con el corazón y sonrisa por delante, siempre agradeciendo a las personas que te ayudan. Les digo que lo apliquen en su día a día, en el trabajo, la escuela, la familia.