Reportajes especiales

Suspensión del programa “Quédate en México” avizora panorama incierto: especialista

5 mil 700 personas en tránsito fueron afectados el año pasado por la reactivación del programa.

Ha pasado un mes luego de que Joe Biden suspendió, por segunda vez, el Protocolo de Protección a Migrantes (conocido en sus siglas en inglés como MPP) o “Quédate en México”. El 8 de agosto el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó la decisión de la Corte de Distrito estadounidense, a través del juez federal Matthew Kacsmaryk, para apoyar la suspensión de este controversial programa que obligaba a las personas solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras realizaban sus trámites.

El panorama se advierte incierto no sólo para las personas que se encuentran en tránsito por nuestro país sino para todo un sistema migratorio que está desbordado, tal como han advertido especialistas.

Ante esa situación surgen algunas dudas: a quiénes afectará, cómo se verá impactado el sistema migratorio y cuáles serán las posibles consecuencias.

Once Noticias conversó con Natasha Uren, especialista en migración internacional e integrante de la Coalición de Migrantes Mexicanos, para avizorar algunas claves de este escenario.

La suspensión de Quédate en México no garantiza fin a olas migratorias

Para hacer un poco de memoria, el Protocolo de Protección al Migrante es un programa del Gobierno de Estados Unidos que se anunció desde el 20 de diciembre de 2018. Ese mismo día, México autorizó “Quédate en México”. En enero de 2019 se implementó, durante la administración de Donald Trump, con la finalidad de que las personas que solicitaban asilo en ese país, debían esperar la resolución de sus casos en las ciudades fronterizas del territorio mexicano. El proceso podía tardar meses e incluso años.

“Quédate en México” empezó en la entrada de San Ysidro, California, y se aplicaba a las personas que solicitaban asilo en dicho puerto. Luego se expandió a Calexico, El Paso, Laredo, Brownsville y Eagle Pass.

A partir de septiembre de 2019, el programa se amplió para que la administración del gobierno estadounidense pudiera devolver a la mayoría de las personas solicitantes de asilo a México, independientemente del lugar dónde entraron. 

Cuando Joe Biden llegó a la presidencia suspendió las inscripciones en ese programa. Eso permitió que más de 13 mil personas del programa “Quédate en México” continuaran sus casos de asilo en Estados Unidos.

Sin embargo, Texas no tardó en impugnar la decisión y un juez ordenó la restauración del programa, por lo que volvió a instalarse en diciembre de 2021.  Fue un año después que llegó a la Corte Suprema que avaló en junio la decisión del presidente Joe Biden.

Natasha señala que las olas migratorias no se detendrán y que puede llegar a ser un momento complicado para el país.

“Hay un fin del MPP, pero no necesariamente quiere decir que la violación a los derechos humanos cesen, eso es un tema clave”, dijo.

La especialista señaló que hasta la actualidad se contabilizan cinco mil 700 personas que están afectadas con la reactivación del programa, y que fueron devueltos el año pasado a México. Ante tal “no hay un programa para mejorará la situación a corto plazo del lado mexicano”, explicó.

La mayoría de las nacionalidades que conforman a estos afectados son personas de Nicaragua, Cuba, Colombia, Venezuela. También de Centroamérica.

Además la suspensión del programa puede generar expectativas por parte de Centroamérica al pensarse que la situación se desahogará, por lo que la especialista señaló que las olas migratorias no se detendrán y que incluso pueden aumentar dado que se vislumbra una esperanza para cruzar.

Con respecto a los sistemas migratorios dijo que en nuestro país la situación no es menos laxa, dado que será un reto para lograr atender a las personas, en caso de que se adviertan nuevas olas. Además criticó que el sistema también está rebasado con respecto al refugio.

En este último, de acuerdo a datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiado (Comar) hasta el cierre de julio hay 67 mil 103 personas que solicitaron asilo en el país. Esta cifra no rebasa la que hubo en el año 2019, cuando se registraron 70 mil 320 solicitudes. Sin embargo, es cercana.

En datos comparativos, sólo en julio de años anteriores el número ha disminuido: en julio de 2022 es de 8 mil 543; en 2021, la cifra fue de 12 mil 702 y en el año 2020, fueron mil 761 personas.

Natasha Uren recordó, además, que los albergues se han visto rebasados ante la situación de la llegada masiva de las personas, por lo que teme que continúe esa situación.

Se suspende Quédate en México, pero no Título 42

Con respecto a Estados Unidos dijo que no se debe olvidar que la suspensión de MPP no asegura que se elimine el Título 42, que promueve las deportaciones expeditas, “sigue vigente y quien llegue a Estados Unidos, ni siquiera tendrán oportunidad de pedir asilo. Además las agencias gubernamentales están saturadas, por el contexto sanitario de  COVID-19”.

Natasha recordó que las personas que buscan ser asilo huyen, en su mayoría, por la violencia en sus países de origen. Ante esto, el programa Quédate en México obligó a las personas a esperar en ciudades fronterizas, por lo que continúan expuestas a padecer los estragos de la violencia y hostilidad de la que adolece la región de la frontera norte, cuyo contexto se ha enardecido en las últimas semanas por la presencia del crimen organizado en algunas entidades como Baja California, Tamaulipas o Sonora.

Hasta ahora el gobierno estadounidense no ha dado lineamientos para la puesta en marcha de las solicitudes ni de cómo se realizarán los procedimientos para que las personas puedan llevar sus juicios del otro lado.

“No hay claridad sobre lo que pasará con este programa para México, lejos de que sea una solución tenemos que estar preparados para el gran reto que será la migración. Puede continuar aumentado ante la creencia de que será más fácil cruzar. Hay que estar atentos para que no se recrudezcan las tensiones en frontera sur y las deportaciones”,  relató.

La especialista finalizó al señalar que la migración en México representa un desafío para albergues, organizaciones civiles y que debe ser atendida de forma prioritaria por el Estado.

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