Reportajes especiales

“Las letras chiquitas de los acuerdos crediticios ante pandemia”

Any ha ido más de 20 veces a la sucursal, donde se niegan a darle el detalle de sus pagos

En marzo de 2020, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) anunció una de las alternativas que se mostraba sobradamente apetecible frente a la postal de una inesperada pandemia sin fecha de caducidad: los usuarios podrían “congelar sus créditos bancarios desde cuatro y, de ser necesario, hasta seis meses debido a las complicaciones financieras provocadas por la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus”. Lo que quedó en “letra pequeña” fue el efecto que causaría dicha tregua crediticia.
“Pedí un préstamo a Banamex en 2019. Ya en 2020, y llegada la pandemia por COVID-19, mi hermana tuvo una urgencia personal. Por mi situación de jubilada, y buen historial crediticio, me otorgaron los 50 mil pesos que había pedido. Después la solicitud fue por 32 mil pesos. En total, la deuda se había convertido en 230 mil pesos que de inmediato tuvimos que sujetar al apoyo anunciado por la CNBV: tomaríamos la prórroga de cuatro meses para no sentirnos tan afectadas”, explica Any, maestra retirada.
Cuando la CNBV anunció las prórrogas de cuatro y hasta seis meses para pago de adeudos, fue clara: aplicaría “a los créditos a la vivienda con garantía hipotecaria, créditos revolventes y no revolventes dirigidos a personas físicas, tales como: crédito automotriz, créditos personales, crédito de nómina, tarjeta de crédito y microcrédito; así como para los créditos comerciales dirigidos a personas morales o personas físicas con actividad empresarial en sus diferentes modalidades, incluidos los agropecuarios”. El de Any era un crédito personal. Cumplía con la regla principal. “Pasados esos cuatro meses, ya a finales de 2020, mi hermana y yo quisimos retomar el pago del adeudo. La sorpresa llegó cuando esa cantidad era mayor: nos habían cobrado una serie de intereses de los que no se nos habló cuando aceptamos el aplazamiento; aceptamos que tampoco leímos las ‘letras chiquitas’, pero creo que nos debieron de haber informado. No habíamos pagado –bajo la presunta prórroga–, junio, julio y agosto. Para septiembre se habían aumentado 21 mil pesos más a lo que debíamos al primer semestre de 2020”. A finales de octubre pasado, la CNBV dio a conocer que las reclamaciones en los créditos personales de los bancos crecieron 96% anual en el primer semestre de este 2021. Además, las principales causas de reclamación habían sido:
  • Cobros no reconocidos de intereses
  • Impuestos y otras comisiones
  • Pago automático mal aplicado, duplicados o no acreditados
  • Errores operativos del banco o cliente, y con una incidencia considerable la suplantación de identidad
El caso de Any representa la historia sistematizada de muchas personas que suelen caer en un círculo crediticio del que es complejo salir: “Cuando pedí los primeros 150 mil pesos, todo marchaba normal. Iba al corriente. Incluso está domiciliada la deuda. Lo descuentan de mi jubilación. Aquel crédito fue a 60 meses. La cuestión aquí es que, cuando mi hermana me pidió el apoyo, la deuda se reestructuró y el plazo para pagarlo todo, en global, se volvió a extender al mismo tiempo. Hasta ahí todo estaba claro para nosotras”.
“El problema empezó cuando me di cuenta de que se abonaba, en automático, la mensualidad correspondiente: $7700.00″.
Pero exactamente al otro día me aparecía el pago que ha de hacerse el siguiente mes, pero con $1000.00 más. Cuando le mostré esto a mi hermana, me reclamó. Me dijo que seguramente yo había pedido o comprado algo más y no le quería decir. Esto me angustió más. El problema ya se hizo familiar”.
“Nos acercamos a Banamex, pero no nos dan respuesta. Literalmente he ido más de 20 veces a tratar de solucionarlo
Me mandan a hablar por teléfono, donde tampoco me aclaran de dónde sale ese adeudo. En la oficina me dan un reporte del mes anterior nada claro –y que además puedo obtener desde internet– y se niegan a dármelo. Me dicen que no lo tienen”, detalla Any. La Comisión Nacional Para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) informó que, de enero a agosto, registraron 8 mil 33 reclamaciones contra crédito personal, un aumento anual de 18.7%, y otras 2 mil 452 reclamaciones en crédito de nómina, 95.8% más en el mismo periodo. “Pienso ir a Condusef a levantar el reclamo. A Banamex puedo estar yendo porque me queda cerca de casa, pero Condusef no. Trabajo como instructora en Pilares. Los turnos que tengo no me permiten ir a la oficina. Ésa es la causa por la que no he podido escalar el caso. Mientras tanto, tengo que seguir dejando que el banco me quite de mi jubilación lo que se les antoje, permitir que la deuda esté estancada, y conformarme con tomar clases de meditación, porque la presión y el estrés que genera esta situación no da para más”, concluye Any.

Condusef aconseja

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