Reportajes especiales

“Tenía miedo a los estigmas, pero he aprendido a vivir con esquizofrenia”

Ileana Pescador tiene 30 años. Desde los 18 años fue diagnosticada con esquizofrenia. Es estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y actualmente estudia el tercer semestre de la carrera de Educación Indígena. Uno de sus sueños es trabajar con las comunidades zapatistas, porque está convencida de la lucha y el compromiso social con los pueblos indígenas.

La esquizofrenia es un trastorno mental grave (TMG) y tiene un origen multifactorial, aunque existen detonadores ambientales y sociales, así como predisposición genética. Puede causar discapacidad y está relacionada con hospitalizaciones recurrentes, pérdida de la productividad, necesidad del apoyo comunitario y tiene efectos sobre las tasas de desempleo.

Para Ileana fue en la secundaria cuando se detonó la esquizofrenia, porque fue víctima de acoso escolar y bullying.

“La esquizofrenia la traes desde el nacimiento, pero se detona en la adolescencia por un factor que te impacta mucho como la muerte o eventos de violencia”, compartió.

Ileana empezó a escuchar voces de personas que no veía y sentía que la perseguían. Pensaba que era algo normal, por lo que no consideró necesario compartirlo. Así estuvo durante tres años.

Durante este tiempo su mamá Elizabeth Garibay empezó a notar que Ileana estaba muy callada, ausente, aislada y no quería relacionarse con las personas.

Acudimos al Centro de Salud Mental (CISAME) y ahí la vio una psiquiatra y la medicaron, pero los medicamentos le hicieron efectos secundarios y se puso peor, por eso nos mandaron al Instituto Nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente”, explicó Elizabeth.

Ileana fue internada y el primer tratamiento que recibió fue la terapia electroconvulsiva “esa terapia hace que tus recuerdos feos se te olviden. Me los dieron en dos sesiones de 10, creo. Es una vez cada año en un plazo de dos años”, dijo a Once Noticias.

Recuerda que cuando fue diagnosticada tuvo mucho miedo:

Yo tenía mucho miedo porque hay muchos estigmas. Tengo miedo de que piensen que estoy loca, no sólo mi familia sino las demás personas en la escuela y así. Que piensen que soy agresiva, pero no es así, soy muy pasiva. Es algo con lo que he aprendido a vivir. Si tomo mis medicamentos no pasa nada. Si no me los tomo me siento ansiosa, pero no sobrepasa algún límite de que quiera lastimarme o de que quiera hacerle daño a alguien, pues no. Las personas que me conocen hasta investigan de lo que se trata la enfermedad, eso me ha ayudado mucho”.

Durante los constantes internamientos a lo largo de 12 años, Ileana ha hecho amistades que la han dejado marcada.

“Tengo una amiga también con esquizofrenia, pero ella ya vive en su mundo, porque no fue atendida a tiempo y eso es un problema. Ellos vienen de una comunidad indígena. Tiene dos hermanos también con la misma enfermedad, pero a ellos los tenía amarrados por la ignorancia en su lugar natal, decían que estaban locos y por eso los amarraban. Tengo otra amiga que su mamá negaba la enfermedad y la llevó a exorcizar”, recordó.

Lamentó que prevalecen los estigmas sobre esta enfermedad, aunque reconoció que es fundamental el apoyo familiar. En su caso cuando su familia se enteró que padecía esquizofrenia “se juntaron para apoyarme y eso me ha ayudado mucho”.

Según un estudio que realizó un panel de expertos en México, sobre el tratamiento de esquizofrenia afirma que “alrededor de tres cuartas partes de las personas a las que se les ha diagnosticado esquizofrenia experimentarán una recaída y una quinta parte tendrá síntomas a largo plazo y discapacidad. También afecta la calidad de vida, que se reduce en 15-20 años, en comparación con aquellas sin enfermedad mental grave”.

En 2018, la OMS estimó que había casi 21 millones de personas que padecían esquizofrenia y afectaba a 1 de cada 100 personas en el mundo. En México, tal como detalla la Secretaría de Salud, se estima que esta enfermedad afecta a más de un millón de personas y es una de las seis principales causas de discapacidad en el país, con una tendencia a la alza.

Las personas requieren de un tratamiento temprano e integral con el fin de mejorar el pronóstico y su calidad de vida, así como aliviar la carga económica, porque los tratamientos suelen tener altos costos, lo que se presenta una barrera económica para las familias y para las personas que lo padecen.

 

Brechas en salud mental

En Ciudad de México existen tres centros especializados para la atención de enfermedades mentales: el Instituto Nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente Muñiz, el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro y el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, ubicados al sur.

En el país, existen 33 hospitales psiquiátricos. Al menos en cada entidad hay una unidad hospitalaria. No obstante, sólo en Ciudad de México y Estados de México cuentan con tres hospitales para brindar atención psiquiátrica, respectivamente.

Los institutos tienen un trato diferente porque estudian los casos de forma individual, no es como el hospital. El Fray Bernardino atiende a todas las enfermedades mentales. Es una opción para las personas que no tienen dinero y ahí los atienden, aunque ahí los revuelven y en el Instituto los tienen separados, para evitar que se agraven, porque los síntomas dependen de estar en un ambiente favorable”, señaló la señora Elizabeth Garibay.

Una brecha importante es la cuestión económica. Ileana toma más de 10 medicamentos distintos al día. Su mamá acude al ISSSTE con unas cartas que informan que su hija es atendida en el Instituto, pero que necesita apoyo con los medicamentos.

Nos enfrentamos a otro problema porque el ISSSTE no cuenta con todos los medicamentos psiquiátricos. Tiene muy pocos y a ella le generan reacciones. Ellos me surten 4 medicamentos y los demás los adquirimos por fuera. Es un gasto fuerte, hay medicamentos que llegan a costar hasta 3 mil pesos y alcanzan para 10 días. Una caja al mes son 10 mil pesos”.

Un estudio publicado sobre las “necesidades de atención en salud mental y uso de servicios en población mexicana con trastornos mentales graves” (Salud Pública de México, 2019), afirma que para abatir las brechas de atención de salud mental, se necesita favorecer el acceso y la atención primaria, incrementar los presupuestos para proveer servicios, así como favorecer el apoyo para tener más personal de salud especializado en atención psiquiátrica.

En el Presupuesto de Egresos de 2022 aumentó el presupuesto asignado a Unidades Responsables en Salud Mental, fue significativo en algunos rubros, con respecto a 2021, por ejemplo:

– 136.1% en el Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental  

– 13.8% para el Instituto Juan Ramón de la Fuente

– 0.2% en Servicios de Atención Psiquiátrica

Aunque sobresale el aumento de 0.04% al programa Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, el programa que reemplazó al Seguro Popular en 2020. Sin embargo, se debe considerar el presupuesto a otras unidades como los centros de adicciones que están relacionadas también a trastornos mentales.

Uno de los problemas que se detectaban desde la administración pasada es que el presupuesto fiscal para atender problemas de salud mental era de 2% y los recursos estaban mal distribuidos.

La OMS recomienda cinco acciones clave para aumentar la disponibilidad de los servicios de salud mental:

  1. Incluir a la salud mental en los programas de salud pública
  2. Mejorar la organización de los servicios de salud mental
  3. Integrar la salud mental a la atención primaria
  4. Aumentar los recursos humanos para la atención de salud mental
  5. Generar política pública de largo plazo en salud mental pública

Mientras tanto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) comunicó que la brecha de tratamiento para trastornos de salud mental en las Américas es de 73.5% en total: en América del Norte 4.2% y 77.9% en América Latina y el Caribe. La brecha para la esquizofrenia en América Latina es de 56.9%.

Sugirió que el gasto público mediano en salud mental en toda la región era apenas de 2% del presupuesto de salud, y más de 60% de ese dinero se destina a hospitales psiquiátricos, por lo que sugirió que los recursos financieros necesarios para aumentar los servicios eran relativamente modestos: entre 3 y 4 dólares per cápita en países de ingresos medios, como México.

La señora Elizabeth Garibay subrayó que a nivel individual o familiar también es complicado adquirir un seguro de gastos médicos, porque no aceptan enfermedades mentales, “hay personas que he visto que han querido comprar gastos médicos, pero no se puede porque ellos consideran que es una cuestión de ánimo, no una enfermedad”.

 

¿Cómo combatir los estigmas?

Al vivir de cerca la esquizofrenia, Elizabeth Garibay consideró que aún no se comprenden las enfermedades mentales, porque no son visibles y todos piensan que los pacientes son agresivos, “pero no es así, sino que son muy vulnerables a que sean víctimas de violencia”.

Los derechos humanos de las personas con enfermedades mentales no son protegidos, señaló Elizabeth, además prevalecen algunas cuestiones que considera pendientes, por ejemplo, la desinformación en los estados y que la atención psiquiátrica no es suficiente por lo que muchas familias se ven obligadas a desplazarse hasta Ciudad de México.

 Creo que el Estado debería poner más atención, porque todavía se cree que la salud mental es cuestión de echarle ganas, pero no. En el Instituto Juan Ramón de la Fuente nos dan cursos para enseñarnos sobre la enfermedad. Es algo normal, es como tener cualquier otra enfermedad y creo que debería haber más información. Creo que debe haber más información y respeto total. Lo que pasa en la tele no es real. Nos hacen creer que las personas con enfermedades mentales son de cierta forma, pero no. Son estereotipos”, aseveró.

Ileana, en coincidencia con su mamá, dijo que es necesaria la información, para combatir los estigmas hacia las personas que padecen alguna enfermedad mental.

“Somos personas normales sólo tenemos una enfermedad crónica que se controla con medicación adecuada”.

Con su compromiso combativo, Ileana hizo un llamado a las autoridades para crear más institutos, que la información, los servicios y la atención lleguen a las zonas más lejanas del país, así como que se apoye con medicamentos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button