Equipos de rescate trabajan contra el reloj en Turquía y Siria luego del sismo de magnitud 7.8, del pasado 6 de febrero. Son más de 24 mil víctimas mortales y 83 mil personas heridas –hasta ahora registradas-.
En Turquía, la ayuda humanitaria no se ha hecho esperar. Pero en Siria el panorama es diferente: 12 años de conflicto interno y con países de Occidente ha sido determinante para que el apoyo sea lento o prácticamente nulo, en donde habita población árabe y kurda (del lado fronterizo con Turquía).
Esto motivo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a pronunciarse y urgir que la ayuda humanitaria llegue a todos.
El gobierno de Turquía, liderado por Recep Tayyip Erdogan, ha recibido críticas dado que, los ciudadanos consideran, no atendió de forma temprana el desastre; sin embargo, el mandatario turco ha respondido diciendo que no se puede cuestionar el compromiso del Gobierno y que el hecho de que la zona afectada fuera “tan extensa” hizo que la tarea de atención fuera “muy complicada”.
En Siria, el presidente Bachar el Asad se ha desplazado a las zonas afectadas por los fenómenos sísmico y visitó a algunos heridos en el Hospital Universitario de Alepo. Fue el primer viaje del mandatario a las regiones más afectadas por los terremotos.
Respuesta tardía, negocios inmobiliarios y represión en Turquía
Once Noticias platicó con “Dana” (quien pidió resguardar su identidad) es mexicana y lleva seis años radicando en la capital turca, Estambul. Cuenta que, si hay que comparar distancias, Estambul está como a mil 500 km de la frontera con Siria, lo que sería una distancia parecida de Ciudad de México a Cancún, aproximadamente. Ella reside en la frontera con Occidente, la entrada a Europa. El lunes pasado contó que el sismo de 7.8 y la serie de réplicas cimbraron a toda la población.
Durante las primeras horas, ella se enteró de los terremotos a través de las redes sociales, en Twitter –la principal plataforma de comunicación de la población turca–, y por sus amigos.
“Acá en Turquía son muy amplios los parentescos. Las familias son muy grandes, y todos mis conocidos tienen familiares en la zona de desastre”, dijo.
Una de las cosas que más le sorprendió y que critica es que el gobierno turco tardó más de 12 horas en atender el desastre. Relató que fue el gobierno quien no permitía la entrada a las zonas de desastre y en el barrio en el que habita recién escuchaba el movimiento para llevar ayuda, hasta 36 horas después.
En ese momento ya circulaban videos e información de lo ocurrido, se estaba pidiendo auxilio, pero el gobierno no atendía el llamado “era imposible llevar ayuda, porque las carreteras se cerraron, muchas están destruidas. Todo lo tiene controlado el gobierno. Muchos maestros y estudiantes fueron al aeropuerto porque se dio un aviso de que si querían ir a ayudar, pero luego les dijeron que no, luego que sí y así estuvieron esperando”.
Y es que hubo un problema de coordinación en el aeropuerto de Estambul y las autoridades no se ponían de acuerdo dado que pedían entrenamiento AFAD (un entrenamiento para desastres), pero cambiaban de decisión.
“Los maestros y estudiantes voluntarios fueron puestos en autobuses y obligados a esperar durante horas mientras esperaban aviones”, externó.
“Protección civil, que se llama UMKE, se quedaron esperando en hospitales para seguir órdenes, ¿órdenes de qué? ¿Esperar qué? Mientras la gente espera a ser rescatada, bajo los escombros. No hay tiempo que esperar, se congelan, no hay gas, no hay agua, no hay electricidad. Todo está conectado al sistema de calefacción, que se maneja con agua caliente y que nutre unas estructuras de fierro para que las casas tengan calor. Con el terremoto eso se destruyó. La gente se está congelando”, denuncia.
Y es que el invierno ha golpeado a la zona. Un gélido invierno llega a los 3 grados centígrados en Estambul, donde reside Dana, pero en la zona montañosa llegan a -5 o -10 grados: “la gente morirá congelada”.
Dana cuenta que la zona afectada, la provincia de Kahramanmaraş, es donde habita mayoritariamente población árabe y kurda, aunque en Hatay habitan principalmente árabes.
“Conforme te acercas a esa frontera con Siria, es más visible la influencia árabe. Las mujeres usan hiyab. En Turquía no es obligatorio, pero allá las mujeres sí lo usan”, explicó.
Se estima, hasta el año 2019, que la población kurda oscila entre 25 y 35 millones de personas que viven en las llanuras y tierras altas de Mesopotamia, que comprende el sureste de Turquía, noreste de Siria, norte de Irak, noroeste de Irán y suroeste de Armenia.
Esa población suele tener menos importancia para el gobierno turco, según comentó Dana, dado los conflictos históricos que han prevalecido sobre dichas poblaciones.
El pasado 8 de febrero, dos días después del terremoto, el gobierno turco restringió el acceso a Twitter y se detuvieron a 20 personas por presuntamente desinformar en esa red.
Ese bloqueo se produjo cuando Erdogan viajó a dos de las provincias mayormente afectadas, principalmente al epicentro del terremoto en Kahramanmaras. El argumento del gobierno turco fue que Elon Musk no pagaba impuestos suficientes.
“Me quedé sin Twitter. Aquí esa red es la principal, pero hay mucha censura por parte del gobierno. Por ejemplo, hay páginas mexicanas de noticias que yo no puedo leer o visitar desde acá. Mi pareja y yo compramos un VPN y así tenemos acceso, pero sin él sería imposible. Twitter es la principal red social”, dijo Dana al medio en un encuentro virtual.
Dana criticó enfática dos cosas: por un lado, el supuesto impuesto para terremotos –lo pagan los ciudadanos turcos, como su pareja– que se supone se habilitó después del último terremoto de 1999 con el objetivo de que el gobierno invirtiera en la prevención de desastre.
“¿Pero dónde está ese dinero? El presidente dijo que no hay dinero para atender la emergencia, ¿puedes creerlo? Desde 1999 toda la ciudadanía turca paga ese impuesto”, externó.
“Nada ha cambiado”
Otro cuestionamiento es que Turquía es un paraíso para las inmobiliarias, dado que están vinculadas al gobierno actual, no hay planeación urbana y los edificios que se inauguraron en los últimos años están severamente dañados. Incluso, en donde ella vive con su pareja, señala que pronto se cambiarán dado que es un edificio nuevo, y no cumple con normas contra sismos.
“El gobierno otorgó permisos a inmobiliarias sin que hubiera ni una planeación ni los estudios necesarios para saber si había riesgos. También se vio que el gobierno del AKP no tenía un estudio o preparación preliminar”.
En 1999, un gran terremoto cerca de Izmit causó 17 mil muertos y el derrumbe de hasta 20 mil edificios. En 2011, hubo otro terremoto y cientos de personas murieron. En ese entonces Erdogan, culpó a constructoras, gobiernos municipales y a los equipos supervisores. Dijo que fueron negligentes y causaron el elevado número de víctimas mortales.
“Sí te venden un departamento en 5 millones y se cae y mueres algo está mal. En las páginas inmobiliarias, los edificios en venta y renta sostienen que ‘son antisismos y antiterremotos’. Turquía es una mafia de licitaciones. El gobierno en turno se las da a sus amigos”, enfatizó.
Latente ayuda en Siria
En el caso de Siria, reflexionó la entrevistada, es peor la situación dado que el bloqueo que impuso Estados Unidos ha provocado que la ayuda humanitaria no llegué a la zona.
Y es que, desde junio de 2020, Estados Unidos impuso de manera unilateral sanciones extraterritoriales contra Siria bajo el nombre de Ley César, que sanciona a cualquier institución o empresa que comercie con el Estado Sirio, incluso para ayuda humanitaria.
Hasta ayer, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que el primer convoy compuesto de seis camiones con ayuda humanitaria llegó al noroeste de Siria.
“Se trata del primer envío transfronterizo realizado por un miembro del sistema de las Naciones Unidas tras el terremoto. La ayuda consiste en diversos productos como mantas, colchones, tiendas de campaña y material de refugio, así como artículos básicos de socorro y lámparas solares, y está destinada a cubrir las necesidades de al menos cinco mil personas, y cuenta con el apoyo de los socios locales”, informó el Organismo.
Algunos países que han enviado ayuda a Siria son Argelia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Irak, Irán, China, Rusia, India y efectivos libaneses.
De acuerdo con cifras oficiales, hasta este viernes, el número de víctimas mortales en Siria aumentó a 3 mil 377.
El Jefe de la Media Luna Roja Árabe Siria (SARC), una de las organizaciones que se encuentra en terreno sirio, Khaled Hboubati, llamó a levantar el cerco y las sanciones económicas impuestas a Siria para hacer frente a las repercusiones del terremoto, dado que se imposibilita el acceso a los medicamentos, suministros y alimentos.