Las soluciones para
combatir el cambio climático empiezan por la educación básica y media, por lo que Olli-Pekka Heinonen, director general de la Organización del Bachillerato Internacional, urgió a que en las escuelas se
establezcan programas de enseñanza sobre dicho tema.
El especialista señala que en los colegios, docentes y educadores recae parte de la responsabilidad de educar a los ciudadanos del mañana, que deben ser capaces de participar en la clase de colaboración e intercambio de ideas que se requieren para evitar una
catástrofe climática.
Los educadores, señala Olli-Pekka, deben asumir la responsabilidad al dedicar tiempo a elaborar planes de estudio y el
modelo de evaluación que se necesita para afrontar el desafío, sin embargo, dijo que se les deben brindar las herramientas educativas adecuadas para realizar dicha labor que calificó como de gran responsabilidad.
El experto explica que el aprendizaje interdisciplinario, y el transdisciplinario, es una parte esencial de este conjunto de herramientas, ya que los problemas de esta magnitud sólo pueden resolverse con diversos puntos de vista. Pero la enseñanza y el aprendizaje también deben basarse en un ciclo de
indagación, acción y reflexión en el que la participación activa asuma un papel protagonista.
Agrega que además de eliminar la fragmentación y el aislamiento de las materias escolares, el futuro del diseño curricular debe centrarse en áreas para garantizar que la próxima generación esté preparada para abordar el cambio climático.
“La sostenibilidad debe ser un elemento fundamental de los cursos y disciplinas. Esto incluye, entre otras, las ciencias naturales y asignaturas como Geografía, Tecnología del Diseño, Economía y Gestión Empresarial. Abogamos por un planeta sostenible y pedimos a los alumnos que consideren cómo la relación entre las personas, el planeta y el desarrollo es fundamental para alcanzar la sostenibilidad, así como las conexiones entre asignaturas aisladas”.
“Los currículos del futuro deben fomentar una
relación orgánica entre el aprendizaje en el aula y las acciones sostenibles en la comunidad a fin de que los alumnos puedan contribuir a la sostenibilidad de manera práctica. Deben adaptar el
aprendizaje al contexto del colegio: su tiempo, lugar y comunidad. La
autenticidad del aprendizaje es fundamental pues los alumnos deben comprender cómo puede manifestarse su aprendizaje en el mundo real. Debemos formar jóvenes que sean agentes de cambio”, afirma Olli-Pekka Heinonen.
El experto añade que el plan de estudios, así como el método de enseñanza
deben inspirar a los alumnos a marcar una diferencia y contribuir a la sociedad como ciudadanos globales.
Dice que se debe promover la importancia de la “acción basada en principios”, es decir, la toma de decisiones responsables y explorar la dimensión ética de la decisión de actuar o no actuar.
Asimismo, llamó a fomentar que los
alumnos exploren cuestiones globales y locales de una forma que no se limite a la toma de conciencia, sino que también conlleve un compromiso. Asimismo, dice, se les debe animar a explorar su propia participación, lo que pueden hacer para lograr el cambio que necesitamos.
“La pedagogía y el currículo del futuro deben crear oportunidades para que los alumnos indaguen sobre el futuro de la humanidad y contribuyan a él de forma positiva y activa. Deben permitir que los jóvenes establezcan conexiones entre las asignaturas y las disciplinas, entre sus valores y pasiones y los de las comunidades que los rodean. El objetivo final de la educación debe ser la prosperidad de las generaciones actuales y futuras, para que convivan en armonía con la Tierra y dejen en mejores condiciones para todas las personas que la habiten”, agrega el experto.