Reportajes especiales

Violencia digital contra mujeres periodistas aumenta ante falta de investigación

La violencia hacia las mujeres periodistas ha sido constante, continua y cada vez en aumento. Esto responde no sólo a un contexto preocupante para el ejercicio de la libertad de expresión en el país, sino también que se enmarca en un sistema misógino, patriarcal y machista. Cada día, 11 mujeres son asesinadas.

En el país, el escenario para el ejercicio de la libertad de prensa es poco alentador. Pese a que han existido avances, “continúa hundiéndose en la infernal espiral de la impunidad”, señala Reporteros Sin Frontera.

No obstante, dicho escenario se recrudece en las agresiones a las mujeres periodistas, quienes se enfrentan a un ámbito dominado todavía por varones, dentro y fuera de los espacios de comunicación, por lo que la violencia de género es un componente que busca silenciar y limitar su participación y se presenta en diversas modalidades, una de ellas es la violencia digital.

 

Violencia digital: una violencia diferenciada

En el informe del primer semestre de 2021 de Artículo 19, se documentaron 118 agresiones a mujeres cisgénero y 4 agresiones a mujeres periodistas transgénero. Las principales formas de agresiones fueron intimidaciones y hostigamientos (17 campañas de desprestigio y 15 comunicaciones intimidatorias).

También documentaron casos de amenazas (de muerte y contra su integridad) e incluso violencia sexual o legales. Todas estas ocurren en el espacio digital (a través de redes sociales o mensajería instantánea).

La violencia virtual o digital es un problema que ha ido in crescendo y resulta preocupante, porque suele ser invisibilizada y naturalizada; es una modalidad cada vez más frecuente, porque el mundo digital se ha vuelto parte de la cotidianidad y es una herramienta fundamental para el ejercicio periodístico, así como para la circulación y acceso a la información de las personas.

Lepoldo Maldonado Gutiérrez, director regional de Artículo 19 de Oficina México y Centroamérica, señaló a Once Noticias que la prensa suele ser atacada en línea y que las principales formas son la intimidación, hostigamiento, así como las campañas de desprestigio y el doxxing (que es la vulneración de información privada con el objetivo de exhibir, intimidar o amenazar).

Existen diversas razones que hacen que este tipo de violencia persista, por ejemplo, las condiciones de anonimato y correlato, así como la falta de protocolos de investigación por parte de las autoridades para identificar a los agresores en el ámbito digital”, indicó Lepoldo Maldonado Gutiérrez.

No obstante, esta violencia es cada vez mayor en las mujeres periodistas. Al respecto Leopoldo señaló que de 46 agresiones digitales a mujeres, 30% tiene un componente de género, “es una violencia diferenciada que tiene que ver con ser mujer, el objetivo es inhibir su ejercicio crítico y robusto sobre diversos temas”, señaló el director.

Además, precisó que ante esta violencia persiste la ausencia de mecanismos de protección con una perspectiva de género, por lo que “se necesita un enfoque diferenciado para atenderlo”.

 

Agresores e impactos

Los principales agresores suelen ser agentes del Estado (como funcionarios públicos, fuerzas de seguridad, partidos políticos o crimen organizado), por lo que la violencia hacia las mujeres periodistas “tiene un fuerte distintivo político y echa mano sobre todo del ámbito digital, porque son herramientas que sirven para amedrentarlas e inhibirlas. Eso responde, también a que se concibe desde una cultura machista y patriarcal en donde las mujeres no son merecedoras del espacio público y desde los agentes del Estado y particulares lanzan las agresiones”, enfatizó el director.

Aunado a ello persiste la impunidad que permite que continúe. Esta violencia tiene un objetivo muy claro, tal como expresó Luisa Ortiz Pérez, directora ejecutiva de VitaActiva.org

La violencia en línea contra las mujeres periodistas tiene el objetivo de callarnos. Tiene el objetivo de que nuestras voces no sean escuchadas; si partes de este objetivo (que es patriarcal y súper jodido) entonces de ahí puedes derivar la multiplicidad de manifestaciones o especificidades que toma este fenómeno. Si el principio es callarnos, ¿quién quiere que no hablemos?”.

Y es que además en vez de enfocarse en los perpetradores, en este tipo de violencia suelen revictimizar a las periodistas, porque es una violencia que estigmatiza.

Luisa comparte preocupada y con un evidente nudo en su garganta, que este tipo de violencia es grave y tiene efectos devastadores sobre la salud mental, porque no se trata de un tipo de bullying, sino de una acumulación de violencias.

Que afectan y vulneran nuestras cuerpas digitales, nuestras cuerpas físicas y nuestras cuerpas políticas. Se busca el asesinato digital, político y físico. Se busca acabar con nosotras. ¿Qué especie tan potente somos, que quieren que no existamos? Que increíble especie somos ¿no?, de seres humanas que lo que quieren es erradicarnos de la faz de la tierra”, afirmó Luisa.

Y es que Luisa considera que es algo muy complejo porque con este tipo de violencia “la cuerpa digital es tocada, pero hay una correlación con la cuerpa física”, porque todo está interconectado, por ende los impactos no sólo son en el ámbito laboral sino también en lo físico y psicológico, porque la cuerpa digital es una y se siente en alguna parte del cuerpo.

La periodista radicada en Estados Unidos declaró  a Once Noticias que “las mujeres periodistas víctima de la violencia también vivimos en la interseccionalidad de lo público y lo privado. No hay que olvidar tampoco que los agresores de las mujeres periodistas son personas que conocemos y generalmente también está relacionadas con la vida personal o laboral”, señaló

Luisa participó en el informe que presentó CIJF. Una cuestión fundamental para desmenuzar y comprender el impacto de estas violencias es necesaria la interseccionalidad.

“Te da textura y te ayuda a comprender la pésima manera de cómo las políticas públicas están enunciadas, la pésima forma de cómo se cubre la violencia de genero. Es más, la pésima manera de cómo inclusive nosotras nos explicamos esas violencias a nosotras mismas. Yo quisiera pensar que los lentes de la interseccionalidad sobre todo en este informe fueron acertados para desagregar y comenzar a ver el fenómeno de manera más granular. Considero que no existe la posibilidad de tener soluciones generales, porque casi con cada individua, con cada caso, con cada persona, te enfrentas a algo diferente”, precisó.

Además resaltó que estas violencias también trastocan a la comunidad LGBTTIQ que ejercen el periodismo, “porque también disponen de un riesgo mayor en el mundo digital”.

 

¿Cómo atender la violencia digital?

El director regional de Artículo 19, una organización defensora de los derechos de libertad de expresión, compartió a Once Noticias que es fundamental crear protocolos para atender este tipo de violencia, así como mecanismos desde las propias autoridades e instituciones que colaboren con autoridades de seguridad.

Señaló que desde su organización registran y documentan este tipo de violencia y representan y acompañan ante las instancias de denuncia, además de generar propuestas de política pública, por lo que es un espacio abierto para que las mujeres periodistas víctimas de estas violencias se acerquen.

Por su parte, Luis Ortiz enfatizó que es importante documentar este tipo de agresiones. Señaló que no hay que olvidar los impactos en el cuerpa digital, “Identificar ¿de quién viene? ¿Qué está diciendo? ¿Por qué me lo está diciendo? ¿Por qué me está haciendo sentir rara? Si no te gusta, bloquear y denunciar, además de  distanciarte”.

Ella y su organización que acompañan de manera comunitaria, “nosotras somos periodistas, no solo psicólogas y nosotras seguimos protocolos que sigue la Cruz Roja, que se llaman primeros auxilios psicológicos, es decir, ayudamos a las personas a desmontar la crisis y entender lo que esta pasado, para tomar decisiones informadas, inteligentes y que no les dañen, o que sea más tóxicas para ellas o para elles, estos protocolos son de auxilio inmunitario lo que ayudan es a la gente a serenar el cuerpo y activar los mecanismos naturales que el cuerpo humano tiene para solventar el trauma, el dolor y la violencia. Después encaminamos a la gente al siguiente nivel de atención: medica, psiquiátrica, policiaca, económica, religiosa. Depende de lo que la gente necesite”, concluyó.

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