La violencia y discriminación hacia la comunidad LGBTIQ+ continúa como un tema relevante y preocupante en el país. Uno de los casos más representativos se dio, el pasado 16 de enero,
cuando la activista trans Natalia Lane fue víctima de un intento de transfeminicidio, con arma punzocortante.
En lo que va de 2022, según la plataforma Visible, se han registrado
39 incidentes de violencia y discriminación cometidos hacia personas LGBTIQ+ a nivel nacional.
El principal rango de edad de las víctimas es de 18 a 25 años (17 casos), no obstante, las agresiones se registran en personas con edades que van desde 12 hasta más de 60 años. Los estados que registraron una mayor cantidad fueron:
Ciudad de México, Jalisco, Puebla y Guanajuato. Las principales violencias fueron verbales, físicas y psicológicas.
Hasta el año pasado, Visible registró 433 agresiones, que ocurrieron mayoritariamente en el
espacio privado (189), espacio público (175) y en redes sociales y medios de comunicación (107).
Por otro lado, el
Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT documentó el año pasado 66 asesinatos y cinco casos de desaparición.
Algunos casos también han cimbrado a las audiencias, por ejemplo, unos días previos al ataque a Natalia Lane, se difundió un video en redes sociales que muestra la agresión de una transeúnte hacia una pareja de mujeres adolescentes que se besaron en vía pública. La atacante argumentó que era un mal ejemplo para su hijo menor de edad.
Ante dicho panorama, Enrique Torre Molina, activista gay, en entrevista con Once Noticias, señaló que la violencia hacia la comunidad LGBTIQ+ persiste.
Pese a la discriminación, agresiones y violencias, Torre Molina, quien también es consultor y cofundador de Colmena 41, precisó que la comunidad se ha organizado para defender los derechos, por lo que se dijo optimista para fortalecer la denuncia:
“Lo que sí veo es que tenemos una comunidad LGBTTTIQ+ cada vez más movilizada, que se organiza. Ante estas agresiones se alza la voz, se denuncia y se pone información en redes sociales. Vemos también cada vez que hay un interés por entender y difundir estos casos en medios de comunicación”.
Los besos en el espacio público: apropiación simbólica
Enrique Torre resaltó que una estrategia simbólica y fundamental es la apropiación del espacio público, por parte de las personas de la comunidad sexodiversa.
El activista reflexionó que las personas de esta comunidad suelen verse interpeladas por el miedo o el rechazo de las personas ante cualquier muestra de afecto o cariño en espacios públicos, ya que aunque han existido cambios sustanciales, y en legislaciones se reconocen los derechos de la comunidad sexodiversa, aún hay desafíos socioculturales que combatir.
“Han habido cambios entre generaciones, hay más comunidad, apertura y muestras de afecto, es algo que veo como avances muy grandes; pero una de las cosas que estamos acostumbrados a mirar es por nuestra propia seguridad, evitar golpes, ataques o de reacciones, a veces somos exagerados en cuidar eso”, lamentó.
Combate a la homofobia y transfobia
El activista enfatizó que para continuar con el combate a la homofobia y transfobia se deben precisar cambios estructurales y fortalecer la cultura de la denuncia.
“Hay que interponer denuncias ante fiscalías. En el país es una pesadilla, tenemos desconfianza en las autoridades, pero hay que hacerlo y exigir que haya seguimiento a las denuncias, exigir que haya procuración de justicia, porque si no esos casos se vuelven una anécdota sin repercusión”, enfatizó Enrique Torre.
Las organizaciones civiles han jugado un papel importante para documentar y monitorear crímenes de odio hacia la comunidad LGBTIQ+, por lo que Enrique urgió a instituciones gubernamentales registrar y difundir datos oficiales sobre las violencias.
Agregó que la población tiene la oportunidad de ser aliada a la comunidad, por lo que invitó a que se preste atención en la educación en las infancias, ya que es fundamental que en la educación básica se hable sin estigmas de la diversidad sexual.
Enrique Torre concluyó que durante muchos años se normalizó que las personas gays, lesbianas o trans vivieran violencia y discriminación, pero que en la actualidad eso no debe ser así, por lo que se dijo orgulloso y esperanzado, para continuar con la lucha.