Si bien el feminicidio es la forma más brutal de agresión cometida por odio en contra de las mujeres, la violencia vicaria también mata en vida. La psicóloga argentina, Sonia Vaccaro, definió este tipo de abuso como: “aquel que utiliza a los hijos para herir y maltratar a la mujeres”.
En entrevista con Once Noticias, Vanessa Klainer, integrante de la organización FemxFem, advierte que la violencia vicaria es un infierno, debido a que fractura el vínculo emocional de las madres con sus hijos.
La feminista detalla que los perpetradores son varones con conductas psicópatas, que, agrega, también son capaces de manipular a las personas de su entorno.
Klainer resalta que existe un modelo de comportamiento identificado, pues los varones que ejercen este tipo de violencia familiar inician sus agresiones hacia sus parejas, con palabras sutiles pero hirientes “no te pongas esa blusa o esa falda, estas gorda, hoy no te peinaste”, entre otras. Realizan un control económico, pues evitan que las mujeres se desempeñen en algún empleo; de manera posterior aíslan a sus parejas, cuando este círculo se complementa, inician un nuevo proceso, arrancar a sus hijos de sus madres.
“Yo digo que los perpetradores son como cobras, animales de sangre fría dispuestos a atacar en el momento menos esperado. Son adictos al conflicto. Sí bien el feminicidio es la forma más brutal de violencia, la violencia vicaria mata en vida”, indicó.
Al hablar de su caso indicó que al inicio de su vida marital, no identifico las primeras señales de agresiones porque se presentaron de manera casi imperceptible, pero “la gota que derramó el vaso” fue cuando por medio de acciones legales su esposo le arrebató a sus hijos.
“No ha logrado quitarme a mis hijos pero los tiene secuestrados emocionalmente, atrapados en una guerra de lealtades entre papá y mamá. Teniendo que ir a juzgados a declarar en contra de su propia madre”, señaló.
Por ello invitó a las mujeres que han percibido este tipo de actuar con sus parejas a acudir de manera inmediata ante las autoridades o con organizaciones de la sociedad civil para buscar apoyo.
“Si tú ves esas amenazas, esos focos rojos, de ‘te voy a quitar a tus hijos’, ‘te voy a pegar donde más te duele’, ya es algo donde tenemos que empezar a actuar por eso es necesario pedir ayuda, decir ‘me quieren quitar a mis hijos, por favor ayúdenme’, porque de otro modo las autoridades no actúan”, dijo.
Vanessa Klainer resalta que la violencia vicaria no se puede entender sin la complicidad de abogados, peritos o miembros de las fiscalías locales, quienes al no contar con un marco legal adecuado actúan de buena o mala fe separando a las madres de sus hijos.
“Los peritos no están profesionalizados, se venden muy fácil, emiten opiniones muy a la ligera de algo que va a cambiar la vida de los niños o adolescentes y los jueces permiten que entren demandas para separar a los hijos de sus madres”, detalla.
Por su parte, Allie Melek, víctima de este tipo de agresiones desde marzo de 2020 a marzo de 2021, añade que la violencia vicaria, se vive como una tortura, como un asesinato y agrega que se encuentra ubicada solo un paso antes del feminicidio “es la antesala a este delito o al infanticidio”.
“Día con día es un desgaste tremendo, sacar fuerzas de donde no las tienes para seguir la lucha por tus hijos. Hay mucha violencia institucional esto es parte también de este tipo de casos, hay mucha desinformación, las instituciones han sido cómplices y son parte fundamental de estos procesos”, señaló
Lo cierto es que ambas madres entrevistadas señalan que existe un vacío legal que impide juzgar y sancionar este tipo de delitos.
“Como es una violencia difícil de comprobar, los órganos judiciales, no hacen caso ni siquiera aceptan las denuncias por violencia porque las mujeres no llegan golpeadas o no llegan destruidas de alguna manera y se minimizan los casos o se pone en duda, lo que una dice, o los guardan en archivos”, apuntó.
Ante tal escenario organizaciones defensoras de mujeres trabajan ya de la mano del Senado de la República en leyes para juzgar, así como penalizar este tipo de delitos y a crear una política integral que respalde a las madres para evitar estos casos.
“La invitación a las autoridades es para que sigan apoyando las iniciativas de ley, permitir que los estados visualicen, cataloguen y tipifiquen este tipo de violencias y una vez que nos apoyen con las iniciativas, además urge la visibilización de estos problemas y apoyo a las mujeres o niños para poder proteger el interés superior de los menores, castigar a los funcionarios corruptos que permiten que este tipo de escenarios sucedan”, concluyó.