La historia de Jennifer es como la de los más de 16 mil 36 reclamos por posible fraude virtual que registró la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en 2020, y que representó un aumento de 25% en comparación con 2019. Según la instancia de protección a usuarios, las principales causas de reclamos fueron: transferencias electrónicas no reconocidas, compras en línea no reconocidas y envío o retiro de dinero por ajenos a la cuenta titular. En estas cifras se incluyen casos de fraudes por llamada, mensaje de texto y correo electrónico. “Era un día como cualquiera. Por seguridad, constantemente reviso la aplicación de BBVA, que es donde tengo mi cuenta de crédito y débito. La app me abrió una especie de catálogo virtual en el que me ofrecían, entre otros servicios, aumentar la línea de mi crédito, lo acepté. Hasta ahí todo iba normal. Poco sospechoso se me hizo que, al salir de la app, recibí una llamada telefónica. Era una mujer, con la forma y discurso de los bancos. Nada parecía falso”, cuenta Jennifer, quien acota su historia a inicios de este 2021. En octubre de 2016, Condusef dio a conocer que usuarios de BBVA Bancomer alertaron sobre el modus operandi de personas que se dedican a obtener datos personales mediante llamadas telefónicas a clientes de las instituciones bancarias para cometer fraudes con sus cuentas. Esta nueva forma de actuar de los estafadores inicia cuando se comunican al teléfono celular del cliente, haciéndose pasar por personal del ‘Sistema de Alertas Bancomer’. “Posteriormente le indican al usuario que se detectó un ‘cargo no reconocido’ en su cuenta y que probablemente su tarjeta ha sido clonada; acto seguido, mencionan la necesidad de verificar sus datos en el ‘área de movimientos no reconocidos’. Los delincuentes utilizan la grabación original de la institución financiera para engañar a los usuarios y convencerles de la autenticidad de la llamada”, detalla Condusef.
El momento
“Todo parecía real. Lo único diferente era que según ellos habían registrado una solicitud de préstamo. Contesté que no, que sí me había dado cuenta de la oferta, pero no lo había aceptado. Tal vez mi error fue haberle explicado que había accedido a la autorización de la línea de crédito. La mujer insistía en que habían intentado sacar un préstamo a mi nombre. Me explicó que el siguiente paso era cancelar la supuesta transacción”.Para Jennifer no parecía algo fuera de lo normal, debido a que momentos antes había realizado operaciones desde su aplicación móvil. “La indicación siguiente fue decirme que bloquearían mi tarjeta para que no intentaran hacer nada más. Por ello, procederían a ese paso, tanto a la tarjeta, como a la aplicación. Para esto último, necesitaban que generara un retiro sin tarjeta. Primero me solicitaron que por 100 pesos, accedí. Después por 5 mil. El motivo supuestamente era que tenía que ser grande el retiro para que la aplicación se bloquease”. Según Wolfgang Erhardt Varela, vocero nacional del Buró de Crédito, los adultos mayores de más de 65 años son los más afectados por estafas telefónicas; mientras que el sector de 25 a 40 años caen principalmente a través de mensajes de texto. Jennifer tiene 27 años. El funcionario afirma que “es muy difícil crear estadísticas, pues muy pocas personas denuncian, y por ende es muy complicado saber qué tan grave es el robo de identidad, sin embargo, el Banco de México el año pasado calculó que México estaba en el octavo lugar a nivel mundial en robo de identidad. Y, según algunas empresas privadas dedicadas a temas de seguridad, se estima que México está en el tercer lugar en robo de identidad en todo el continente americano”. Y es que las tácticas siempre se van actualizando. El caso de Jennifer fue tan cercano a la realidad, que se aseguraron de que no actuara, por miedo a represalias, pues tenían sus datos hasta de domicilio.
“Según los argumentos de la mujer que me estaba llamando, yo les tendría que dar el número de retiro sin tarjeta, para después ellos cancelarlo y hacer lo mismo con la app y la tarjeta; esta última me la entregarían hasta mi casa, por lo que rectificaron mi dirección y número de casa; todo coincidió. Terminando de darles la información, colgamos, le llamé a mi pareja, y sospechó de todo. Me sugirió llamar al banco”.Sin embargo, el banco le confirmó que había caído en una estafa. “El banco no pide ningún dato personal y menos esos números. Los cinco mil pesos estaban perdidos. Registraron la situación como reclamo, pero sí me indicaron que seguramente no procedería. El dinero estaba perdido”, relata Jennifer.
La estafa telefónica tiene nombre
La acción tiene una definición. Para Confusef, vishing es un tipo de estafa que se realiza a través de llamadas telefónicas y busca obtener tus datos bancarios. Para evitar caer, la institución recomienda:- No responder a los mensajes de algún correo sospechoso o remitentes desconocidos.
- Nunca ingresar contraseñas, sobre todo bancarias, a algún sitio que llegó por correo electrónico, chat o mensaje de texto.
- Evitar proporcionar información financiera.
- Llamar directamente a la institución bancaria ante cualquier duda.
- Tomar en cuenta que ni las entidades financieras ni los operadores de tarjetas como VISA o MASTER CARD solicitan datos personales a sus clientes o la verificación de cuentas mediante correo electrónico, mensaje de texto o vía telefónica, a menos que el usuario contactara primero a la institución financiera.
- Acudir a Condusef en caso de enfrentar algún problema con un producto servicio financiero.
Recuerda que si quieres compartirnos tu historia, puedes mandarnos un correo a: cgabrielonce@gmail.com