A través de una investigación, reportada en la revista especializada Toxicology Research and Application, científicos de la Escuela Superior de Medicina (ESM) encontraron similitudes estructurales entre las moléculas de la dopamina y el aceite de oliva, por lo que se podría considerar como un protector natural de las neuronas ante la Enfermedad de Parkinson.
Los especialistas Eunice Farfán García, Antonio Abad García, Alberto Alatorre, Teresa Pérez Capistrán y Enrique Querejeta, encabezados por el doctor Marvin Antonio Soriano Ursúa, de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación (SEPI), de la ESM, refirieron en el documento que la exposición del aceite de oliva disminuyó la toxicidad de modelos murinos (ratones) inducidos a parkinsonismo, mediante la neurotoxina MPTP (1-metil-4-fenil, 6-tetrahidropiridina).
Soriano Ursúa, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel II, señaló que desde el primer día de las evaluaciones se observó un progreso notable en los grupos a los que les fue administrado Levodopa (medicamento efectivo) o aceite de oliva, al contrario de los ratones a los que se les dio solución salina o aceite de maíz, que no presentaron ninguna mejora en el rendimiento de su fuerza muscular y en sus alteraciones motoras.
Posteriormente, en los análisis realizados en la corteza cerebral, el cerebelo y en algunos grupos de neuronas que se encuentran en el tallo cerebral, los docentes politécnicos también encontraron diferencias significativas en los grupos de control, pues en el que ingirió aceite de oliva se presentaron daños limitados.
Al realizar un análisis comparativo entre el aceite de oliva y otros aceites, encontramos que el primero contiene tirosol, hidroxitirosol, oleuropeína y oleocantal, moléculas que pudieran tener algún efecto protector contra el parkinsonismo, ya que comparten estructuras químicas muy similares a la dopamina”, indicó el integrante de la American Chemical Society.
El Doctor en Investigación en Medicina explicó que la dopamina es un neurotransmisor central en el control de las emociones, pero también de los movimientos, por ello, cuando el sitio que la genera, ubicado entre la sustancia negra y el cuerpo estriado del cerebro se lesiona, las personas presentan movimientos entorpecidos, bruscos y desordenados, que son algunas señales de Parkinsonismo o EP.
El doctor Marvin Soriano recordó que se han reportado ampliamente otros beneficios que aporta el aceite de oliva, en la absorción de nutrientes, sobre todo calcio, magnesio y zinc, así como el aporte de vitaminas del grupo B, algunos compuestos fenólicos relacionados con neurotransmisores y ácidos grasos Omega 3, 6 y 9, que se consideran potentes antioxidantes y cuya presencia previene la degeneración del tejido nervioso.
Reconocido con la Presea “Lázaro Cárdenas”, Soriano Ursúa detalló que para el estudio actual se realizaron evaluaciones de toxicidad aguda y a corto plazo, por lo que propuso caracterizar cada componente del aceite de oliva y evaluar los efectos a lo largo del tiempo y por vías alternativas de administración, para enriquecer el conocimiento sobre el papel neuroprotector del citado aceite.
- En el artículo, los especialistas politécnicos consideran que para la identificación de compuestos específicos que conduzcan al desarrollo de polifenoles sintéticos estructuralmente relacionados con algunos componentes del aceite, con potencial para disminuir la sintomatología y limitar la progresión del Parkinson, será necesario realizar análisis más profundos, con diferentes dosis y otros modelos de la enfermedad.