Varios estados gobernados por los demócratas en Estados Unidos anunciaron que dejarán de exigir el uso de cubrebocas en interiores y colegios ante una caída de los casos de coronavirus.
Ello se enmarca en la tendencia que empieza a considerar a COVID-19 como parte de la vida diaria.
El porte del cubrebocas dio lugar a una batalla política en Estados Unidos entre gobernadores demócratas, que decretaron la obligatoriedad de su uso como medida de protección contra el coronavirus, mientras que las autoridades republicanas de estados como Texas o Florida la rechazaron.
El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció el lunes por la noche que a partir del 15 de febrero las personas vacunadas no tendrán que llevar cubrebocas en interiores.
Los casos en California han caído 65% desde el pico de la ola de Ómicron. Las hospitalizaciones se han estabilizado en el estado”, tuiteó Newsom.
“En cambio, las personas sin vacunar tendrán que llevar cubrebocas en interiores”, señaló.
El anuncio de Newsom se produce después de que el gobernador demócrata de Nueva Jersey, Phil Murphy, anunció que a partir del 7 de marzo dejará de ser obligatorio llevar cubrebocas en colegios tanto para los alumnos como para el personal.
“No es una declaración de victoria sino el reconocimiento de que con responsabilidad, podemos vivir con esto”, dijo Murphy al referirse al coronavirus.
En Connecticut, el gobernador Ned Lamont recomienda a las administraciones de los colegios que dejen de exigir el uso de la mascarilla a partir del 28 de febrero.
El gobernador de Delaware, John Carney, anunció que el viernes se pondrá fin a la obligatoriedad del cubrebocas en interiores, aunque habrá que esperar hasta el 31 de marzo para que los colegios lo implementen.
Estamos en una situación mucho mejor que hace unas semanas”, escribió en Twitter.
En Oregon, la gobernadora Kate Brown tuiteó que “levantará” la obligatoriedad de llevar cubrebocas por tarde el 31 de marzo.
En Nueva York, que fue epicentro de la pandemia en la primavera boreal de 2020, las autoridades todavía no han anunciado ningún plan para que la mascarilla deje de ser obligatoria.
Estados Unidos registra diariamente unos 73 mil casos de COVID-19, frente a 800 mil de principios de enero.