Canadá anunció este jueves el fin de las restricciones que impedían que hombres homosexuales y bisexuales pudieran donar sangre, con lo que se pondrá fin a una norma que se remontaba a la crisis del VIH/SIDA de los años 80 y 90.
En su lugar, los donantes serán examinados para detectar comportamientos sexuales de alto riesgo, independientemente del género o la orientación sexual.
“Con este nuevo enfoque, los Servicios Canadienses de Sangre introducirán un cuestionario de selección de donantes basado en el comportamiento sexual que se aplicará a todos los donantes de sangre y plasma”, dijo el departamento de Salud en un comunicado.
El cambio de política -que se aplicará desde septiembre- marca “un hito importante hacia un sistema de donación de sangre más inclusivo”, aseguró el organismo.
Esto se enmarca en una serie de cambios en el régimen de donación de sangre que se han aplicado durante la última década, que vio cómo los períodos de espera para las donaciones por parte de los hombres homosexuales se redujeron progresivamente de una prohibición de por vida a tres meses en 2019.
Eso significaba que los hombres que habían tenido relaciones sexuales con hombres, debían mantener abstinencia sexual y sólo podían donar sangre al menos 90 días después.
Con los años, los defensores de las minorías dijeron que la política era discriminatoria y no se basaba en la ciencia.
Una investigación citada por el Ministerio de Sanidad canadiense mostró que el riesgo actual de contraer el VIH a través de una transfusión de sangre, con todas las muestras analizadas, se estimaba “muy bajo”: 1 de cada 20.7 millones.
Asimismo, señaló que en los últimos años no se habían producido donaciones seropositivas.
La prohibición total de que los hombres homosexuales donen sangre se introdujo en 1992 tras un evento por sangre contaminada que hizo que miles de canadienses se infectaran con el VIH tras recibir transfusiones.
La Cruz Roja Canadiense, que gestionaba las donaciones de sangre en aquel momento, no había analizado ni examinado adecuadamente a los donantes.
Hasta 8 mil canadienses murieron, según una investigación pública. Los medios de comunicación canadienses informaron en su momento de que personas de Japón, Alemania y Reino Unido también se habían infectado por sangre o plasma enviados al extranjero.
Francia, España, Italia, Israel y Reino Unido han adoptado recientemente medidas similares para relajar las restricciones a las donaciones de sangre.