Se sabe que somos lo que comemos y que la manera en que una persona se alimenta tiene gran injerencia en la manera en que su sistema inmune se defiende de potenciales patógenos.
Ahora, un reciente estudio concluyó que la mitigación basada en la dieta se puede usar de la mano con la vacunación en la lucha contra el COVID-19.
Cada vez más se conocen los vínculos entre las enfermedades relacionadas con la dieta, como la obesidad, y el COVID-19. Ahora nueva evidencia científica intenta comprender por qué el nuevo coronavirus tiene síntomas leves en algunas personas y síntomas mucho más graves en otras.
Y si bien los científicos coinciden en que la vacunación contra el COVID-19 es fundamental y se demostró que las vacunas son seguras y eficaces y deben promoverse como la primera línea de defensa, nuevas corrientes de pensamientos enfatizan en que falta poner atención al efecto preventivo de las mitigaciones relacionadas con la alimentación.
Para ellos, como factor atenuante, el impacto de la dieta en los cuadros de coronavirus debe explorarse cuidadosamente.
Asociación entre la gravedad de los síntomas del COVID-19 y la ingesta habitual de alimentos en pacientes ambulatorios adultos es el nombre de un estudio publicado en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health, que exploró la asociación entre la gravedad de los síntomas del COVID-19 y la ingesta habitual de alimentos en pacientes ambulatorios adultos.
El trabajo liderado por el Centro Universitario de la Costa, Departamento de Ciencias Médicas, Universidad de Guadalajara, Puerto Vallarta, en México, se realizó en 236 pacientes con sospecha de COVID-19, de los cuales 103 fueron positivos para la infección por SARS-CoV-2.
Los investigadores diseñaron un cuestionario de frecuencia alimentaria habitual para recopilar información sobre la ingesta dietética de los adultos durante los tres meses previos a sus pruebas de COVID-19 positivas. Y demostraron que los individuos positivos a SARS-CoV-2 con una mayor ingesta habitual de legumbres, cereales, grupos de alimentos de pan y cereales, habían mostrado una disminución de la gravedad general de los síntomas.