Mientras varias naciones latinoamericanas prueban vacunas experimentales contra el coronavirus en el mundo y Brasil y México compiten por acuerdos de suministro con las principales farmacéuticas, Cuba tiene ya en camino dos vacunas propias en ensayos clínicos.
Si los esfuerzos de La Habana tienen éxito, la isla caribeña podría convertirse en un importante proveedor para países vecinos que de otro modo podrían tener dificultades para acceder al suministro de vacunas, ya que naciones occidentales ricas se apresuran a asegurar las dosis, dijeron expertos regionales.
El aporte de Cuba con su vacuna podría ser muy importante para ciertos grupos vulnerables de nuestra región como los ancianos o comunidades indígenas remotas”, dijo el doctor José Moya, representante en Cuba de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Si una vacuna cubana resulta segura y eficaz, estará disponible para su compra en la región a través de la OPS, la oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
COVAX, un programa codirigido por la OMS y la Coalición para la Innovación en la Preparación contra Epidemias (CEPI) para garantizar la distribución mundial de vacunas, estaba siguiendo el progreso de las vacunas en Cuba.
Las dos candidatas de Cuba, conocidos como Soberana 01 y Soberana 02, no se encuentran entre las nueve que COVAX ha elegido para su cartera hasta la fecha.
Las vacunas se consideran cruciales para poner fin a una pandemia que ha cobrado más de 1.2 millones de vidas y ha golpeado la economía mundial.
Había 47 vacunas contra el coronavirus en ensayos clínicos aprobados por la OMS hasta el 3 de noviembre, un grupo en las pruebas más avanzadas.
Cuba lleva mucho tiempo exportando vacunas al mundo en desarrollo, incluidas las vacunas contra la meningitis y la Hepatitis B, aunque los datos sobre ventas recientes no son públicos.