Salud

Dejar de fumar o vapear, una buena opción para prevenir el COVID: Conadic

Todas las personas corremos el riesgo de contraer COVID-19; sin embargo, la enfermedad es particularmente peligrosa para las personas con afecciones subyacentes, como enfermedades cardíacas o pulmonares y aquellas personas con estilos de vida que incluyen factores de riesgo como el uso de tabaco y obesidad.

Es por ello que la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) dio a conocer datos interesantes sobre lo que implica fumar ante una pandemia como la del COVID.

 

Tabaquismo

El tabaquismo es perjudicial para la mayoría de los sistemas del cuerpo humano, principalmente los sistemas respiratorio y cardiovascular y como se ha podido observar el COVID-19 también afecta a ambos sistemas. Los datos del brote epidémico en China muestran que las personas que tenían antecedentes de enfermedades cardiovasculares y respiratorias (muchas de ellas causadas por el consumo de tabaco), tuvieron un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves de COVID-19.

Esta evidencia muestra que la tasa de mortalidad para pacientes con este virus es mucho más alta entre aquellos con enfermedad cardiovascular, diabetes, hipertensión, enfermedad respiratoria crónica o cáncer comparado con aquellos sin condiciones médicas crónicas preexistentes.

El tabaquismo, es el factor de riesgo más importante para desarrollar enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), bronquitis crónica y enfisema pulmonar.

Un estudio en China concluyó que los pacientes diagnosticados con COVID-19 y que además presentaban antecedentes de tabaquismo, tenían hasta 14 veces más probabilidades de desarrollar neumonía, asimismo, información analizada en un reciente meta-análisis corrobora que fumar estaría relacionado con una evolución desfavorable, resultados adversos y un peor pronóstico del COVID-19.

Vapeo

El impacto nocivo del tabaquismo en la salud pulmonar es contundente; sin embargo, recientemente se ha ido demostrando que también el uso de sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN), popularmente conocidos como cigarros electrónicos o vapeadores, disminuye la capacidad de defenderse de las infecciones respiratorias.

Especialistas en adicciones y neumología de diferentes países, han coincidido al afirmar que “debido a que afecta a los pulmones, el coronavirus que causa COVID-19 podría ser una amenaza especialmente grave para aquellos que fuman tabaco o marihuana o vapean”.

Se ha señalado también, que en los usuarios de cigarros combustibles y los productos novedosos y emergentes de tabaco y nicotina (SEAN, productos de tabaco calentado), se debilita el sistema respiratorio, disminuyendo el número de células del sistema inmunológico, así como el mecanismo de defensa muco-ciliar lo cual facilita que los virus y otros microorganismos generen infecciones y se agraven, lo cual es esperable también para el COVID-19.

En una entrevista reciente, Michael Felberbaum, portavoz de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos (país que encabeza el número de contagios por COVID-19 a nivel mundial), afirmó que “en el grupo con mayor riesgo de complicaciones graves de COVID-19 se debe incluir a las personas que fuman y/o vaporizan tabaco o productos que contienen nicotina”, y que los cigarrillos electrónicos pueden dañar las células pulmonares.

Exposición al humo de tabaco ajeno en el hogar

Ante la pandemia de COVID-19 que vive el mundo, y el consecuente aislamiento de la población como medida precautoria durante la cuarentena y el confinamiento, se prevé un aumento en el consumo de productos de tabaco, ya sea combustibles o novedosos y emergentes al interior del hogar, lo cual puede dar lugar a otros riesgos sanitarios como la inhalación de humo de tabaco ajeno.

El humo de tabaco ajeno que también se conoce como “humo de tabaco ambiental” o “humo de segunda mano” se compone de una mezcla de dos tipos de humo que provienen de la combustión del tabaco: el humo que exhala un fumador y el que proviene del extremo de un cigarro encendido, pipa o puro. 

Este humo es el que llena restaurantes, oficina, casas y otros espacios cerrados cuando la gente quema productos de tabaco como cigarros, o pipas de agua y que contiene más de 7 mil productos químicos, de los cuales al menos 250 son nocivos y 69 son cancerígenos (causan cáncer).  

El humo de tercera mano es el humo que queda después de fumar (las toxinas nocivas que quedan en los lugares donde las personas han fumado con anterioridad), en las paredes, cortinas, muebles, en la tapicería e incluso en el cabello de las personas.

Los bebés y los niños son la población más vulnerable, porque ellos respiran y comen las toxinas cuando gatean en el piso, en los asientos del automóvil, o en brazos de adultos donde las toxinas se han acumulado con el tiempo. Las mascotas también están en riesgo debido a que las toxinas quedan impregnadas en su piel o plumas.

Si requiere o busca información especializada respecto del COVID-19, consulte siempre las fuentes y datos oficiales, puede llamar al 800-0044-800 y también puede consultar la siguiente dirección electrónica https://coronavirus.gob.mx/.

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