 
 Día de Muertos se ha convertido en una de las tradiciones de mayor celebración en México, llena de color y misticismo.
Para algunas personas, esta fecha se convierte en un apoyo emocional ante la pérdida de un familiar o un ser querido; para otras, impacta negativamente en la salud mental. Pero esto, ¿de qué depende?
En entrevista con Once Noticias Digital, la Dra. María Montero, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refirió que la visión positiva o negativa de esta fecha, depende del desarrollo psicoemocional y el arraigo cultural de cada persona.
Explicó que, si la persona cuenta con una arraigada identidad cultural, la celebración de Día de Muertos ayuda a gestionar la pérdida.
“Ayuda cuando te apegas por identidad cultural. Si pones un altar, uno va diciendo ‘aquí estamos otra vez, estamos juntos, te siento’, y en eso llega la calma, la resignación, la adaptación, cuando te apegas y tienes esa identidad cultural. Cuando no la tienes te sometes a un estrés que, si no lo resuelves con otros recursos, lleva a una depresión que puede ser verdaderamente profunda”, explicó.
Montero destacó que, independientemente de la celebración del Día de Muertos, el ser humano siempre busca significados a fin de darle sentido a su día a día.
Además, afirmó que las personas que están más arraigadas a las tradiciones ancestrales se enfrentan a la muerte con gran resignación y paz.
“Una resignación, a veces hasta paz, con la certeza de que en otra dimensión los seres amados van a estar mejor que acá; eso nos consuela”, añadió.

Altar que ayuda a sanar
La Dra. María Montero destacó que la colocación de un altar y el significado de sus elementos básicos, también ayudan a transitar el duelo por la pérdida de un ser querido, lo que genera bienestar en la salud mental.
Explicó que, de acuerdo a la tradición, debe tener siete niveles, ya que en el séptimo cielo es donde se libera el alma y se funde con la concepción divina. Otros elementos importantes e infaltables son la comida, el agua, las flores y las velas.
“Esa creencia de que vinieron a visitarnos esas almas de las personas a las que amamos, nos reconforta. ¿Cuántas veces hemos dicho ‘cuánto quisiera que mi mami o mi papi, la persona que uno ama, estuviera acá nada más para tomarle de la mano’? Eso alivia la nostalgia”, señaló.
La especialista de la UNAM destacó que las tradiciones, como Día de Muertos, ayudan a aceptar que, aunque hay personas que ya no están físicamente, “están dentro de nuestro corazón”.
