Salud

El Dióxido de cloro y sus derivados: controversia y la información falsa

Estas sustancias químicas han tomado visibilidad, en el contexto de emergencia sanitaria, debido a la controversia que se ha generado en torno a su uso y prohibición. El mercado informal ha sido uno de los sectores en los que se ofrece bajo la insignia de que “curan el Covid, porque permiten la oxigenación.” Sin embargo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), desde el año pasado se pronunció en contra de la utilización de dichas sustancias. En su informe, presentado el 16 de julio del 2020, recomienda no tomar estos productos “por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación podría ocasionar graves efectos adversos.”

También así, las autoridades sanitarias federales en México, a través de las conferencias de la Secretaría de Salud, han invitado a la población a que no consuma estos productos debido a que no existe evidencia científica que sostengan efectos positivos para tratar ni el Covid, ni ninguna otra enfermedad.

Sin embargo, las sustancias se comercializan a través de páginas de venta en facebook y se suben videos para prepararlo de forma casera, sin que haya un control de este tipo de información. Cabe destacar que estos videos circulan de forma libre por internet, con el objetivo de que las personas puedan ver su uso, acceder a conferencias “científicas” que lo recomiendan y además infografías con los protocolos, para seguir los tratamientos. Hay páginas y grupos privados que tienen hasta 1.6 mil miembros. Sobresale que el origen de estos grupos en facebook, principalmente, son de Italia, México, Uruguay, Perú, Colombia y Bolivia.

El uso y venta de dióxido de cloro “iniciaron en Estados Unidos en el 2006, donde sin ningún sustento clínico, algunos de los vendedores indicaban que curaba la malaria, luego incorporaron el autismo, ébola, gripe H1N1, cáncer, etcétera. Tras un tiempo, su venta se trasladó a Europa y a otros continentes. Ahora, en tiempo de pandemia, sus promotores dicen, sin prueba alguna, que cura el COVID-19,” tal como afirma Ceroni Galloso (2020).

 

El óxido de cloro es gas amarillo rojizo que:

Fue descubierto por Sir Humphrey Davy en 1814 y se comercializa desde los años 20 del siglo pasado como desinfectante. Se trata de un oxidante muy fuerte, muy reactivo e inestable, que incluso puede explotar. Si bien es soluble en agua se descompone por fotólisis, generando especies como el radical hipoclorito, ácido cloroso y ácido clórico que luego se descomponen. Se conoce que reacciona violentamente con mercurio, fósforo, azufre, entre otras sustancias, lo cual es un peligro porque podría originar fuego y explosión. El dióxido de cloro es una sustancia corrosiva cuya inhalación causa tos, dolor de garganta, dificultad respiratoria, entre otros daños. En contacto con la piel causa desde enrojecimiento hasta quemaduras cutáneas graves”. (Ceroni Galloso, 2020).

 

Hildaura Acosta, de la Unidad de Farmacología y Toxicología del Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos de la Universidad de Panamá, a través de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) lo define como un gas amarillo verdoso a naranja, inestable, altamente reactivo (un agente fuertemente oxidante) y explosivo. Se comercializa y transporta como una solución acuosa estabilizada y al 1% p / v (las formas más concentradas son explosivas). Sus sinónimos más conocidos son: óxido de cloro, peróxido de cloro, cloroperoxilo, óxido de cloro (IV) e hidrato de dióxido de cloro.

 

Según información que circula en redes, la creación del CDS se atribuye a Andreas Kalcker, “biofísico e investigador” alemán que reside en Suiza y que “ha registrado varias patentes internacionales que tratan del uso terapéutico del dióxido de cloro, tanto para la hipoxia como para la inflamación, infección, sepsis y coronavirus”.

 

En su página resalta que es creador de la Coalición Mundial Salud y Vida (COMUSAV), una organización “sin fines de lucro formada por personas de espíritu y mente abiertas cuyo único deseo es el de aprender, investigar, y conocer más de cerca las distintas especialidades de salud integrativas.” En su página promueve investigaciones científicas con evidencias de documentos que se acompañan por links rotos y en el que se citan, al menos, todos los libros que ha publicado el mismo Kalcker.

 

Al indagar en las citas científicas de sus documentos, en la página de COMUSAV, se encuentra un enlace a la Asociación Suiza de Biofísica Científica Natural (SVNB, por sus siglás en alemán). Tal asociación “fue fundada para acercar la nueva medicina científica biofísica a las personas, porque las causas de las enfermedades no se conocen suficientemente.” Ofrecen conferencias y funcionan, además, a través de membresías que van de 32 hasta 128 euros. Además, tienen un blog, en el que Kalcker promociona sus videos, conferencias y todo lo relacionado a “la medicina holística.”

 

Y es en esto último en el que radica la duda de los sustentos científicos que aboga Andreas Kalcker para afirmar que el dióxido de cloro y derivados son la cura del Covid-19 u otras enfermedades, ya que existe una discusión detrás del uso de medicinas holísticas-alternativas que ofrecen remedios milagros para curar enfermedades.

 

El caso de Saifer Life

Once Noticias se comunicó a uno de los “laboratorios” que ofrecen dióxido de cloro, por redes sociales. “Jesús”, como prefirió nombrarse por motivos de seguridad, de manera muy amable comenta que ellos comercializan la sustancia a toda la República Mexicana. El dióxido de cloro, envasado en un frasco de 500 ml, tiene un costo de $599 pesos y el envío es gratuito.

 

Al preguntarle sobre la eficacia del líquido para tratar enfermedades, el hombre comenta que “es muy bueno, por ejemplo, para tratar diabetes mellitus o cáncer.” Afirma que hay controversia sobre su uso: “las autoridades dicen que no sirve, pero es todo una maña de los laboratorios. No quieren que nos curemos, no quieren decir que es para curar el virus del Covid. Dicen que no funciona y es peligroso, pero yo llevo usándolo desde hace tiempo y me siento muy bien.”

 

Considera que “no es una sustancia mágica, pero ayuda a la oxigenación. Afirma que mata a los virus porque los oxida. Además, todas las enfermedades son alcalinas, por eso funciona el dióxido. Ayuda a que la sangre se oxigene”. Y es que considera que ahí radica el milagro: el Covid, al tener efectos en la fisiología pulmonar y presentar niveles bajos de oxigenación, el dioxido aparece como una sustancia que ayuda a subir el oxígeno. Sin embargo, como ya han presentado las investigaciones y evidencias científicas, lo que sucede es que son dos tipos de oxigenación distinta.

 

Al cuestionarle a “Jesús” sobre este efecto, menciona que “todo depende de seguir las indicaciones adecuadamente, para seguir los protocolos que dependen del tipo de enfermedad.” Además, menciona que el dióxido no es nuevo. “Ya existía como DNS, sólo que Andreas Kalcker lo cambió a CDS.”

 

Afirma que él usa gotitas diarias, diluidas en agua y que se siente muy bien. Le resulta ‘ilógico’ que lo prohiban cuando sirve para desinfectar superficies. Sin embargo, “Jesús” desconoce que la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) menciona que existen niveles máximos del uso de clorito en agua potable: 1mg/L y 0.8 mg/L, y que existe un límite de exposición a esta sustancia que puede resultar mortífera.

 

La desesperación de las personas por encontrar una cura al SARS-Cov2, que ha asolado al mundo, las conlleva a ingerir sustancias que aparecen como milagrosas. No resulta fortuito que existan personajes que se aprovechen de la histeria social y de la vulnerabilidad psicológica de las personas, para ofrecer productos que no están sometidos a estudios clínicos finales. El uso del dióxido de cloro y sus derivados para curar enfermeddes tiene efectos toxicológicos y tiene enormes riesgos por lo que no se recomienda su uso.

 

“Jesús” finaliza la conversación con Once Noticias al mencionar que “ya me han tumbado la página otras personas, pero nosotros la volvemos a subir, para que se siga vendiendo nuestro producto.”

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