El mieloma múltiple (MM) es el segundo tipo de cáncer hematológico más frecuente en México, luego del linfoma no Hodgkin y representa 1% de todos los tipos de cáncer y cerca de 2% de las muertes oncológicas, según la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud); por lo tanto, urge la creación de un programa de lineamientos de política pública para su abordaje universal.
Funsalud y el Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina de la UNAM formalizan la integración de un Comité Técnico Científico de Expertos en MMn donde participan médicos hematólogos de las principales instituciones del sector público, con el objetivo de estandarizar los protocolos de atención de la enfermedad y construir un modelo de detección temprana.
La participación interinstitucional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), secretarías de Salud (SSa), Marina (Semar) y Petróleos Mexicanos (Pemex) es uno de los logros más relevantes de este esfuerzo.
¿Cómo nace la idea?
De acuerdo con Marcela Vázquez Coronado, investigadora líder del proyecto y secretaria técnica del Comité Técnico Científico de Especialistas en Mieloma Múltiple (COTCEMM), fue a partir de un diagnóstico hecho en la UNAM, en 2019, cuando se identificaron algunas áreas de oportunidad que buscaban mejoras en el acceso de los pacientes con mieloma múltiple de las distintas instituciones públicas de salud.
“Sabemos que en el país el sistema de salud es fragmentado y gracias a esto las condiciones de acceso no sólo a MM sino a otras intervenciones de salud, son distintas dependiendo la institución a la cual tú dependas”, explica en entrevista con Once Noticias.
De esta forma, la investigadora sostiene que se convocó a mesas de discusión para poder identificar de manera puntual qué estaba pasando en México en este rubro y empezar a construir un marco general en ese sentido. Añade que los aspectos a tomar en cuenta fueron de contribución organizacional, investigación científica y coordinación clínica.
“Por eso decidimos a dos años y medio de trabajo, formalizar la constitución de un Comité Técnico integrado por oncohematólogos de las distintas instituciones del sistema nacional de salud para que podamos trabajar un protocolo de atención médico en los pacientes de MM de manera estandarizada”.
El objetivo, agrega, es buscar un consenso entre los especialistas de las diferentes instituciones para presentarlo a los tomadores de decisiones e implementarlo en la práctica. A esta labor, se unen también el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, que son nosocomios enfocados a dar servicio de alta especialidad a la población que no cuenta con seguridad social.
Añade que el comité tiene como prioridad enfocar sus esfuerzos para hacer un correcto diagnóstico del MM, porque su sintomatología se puede confundir con una falla renal, derivada de una diabetes. Es ahí cuando el médico de primer contacto ignora un probable MM y empiezan a tratar el daño renal como una enfermedad errónea.
Precisa que, para manejar este caso de manera correcta, se creará un consenso entre los especialistas, donde hay una gama en oncohematología para MM de primer nivel, aunque los hay escasamente.
El trabajo en conjunto incluye la colaboración de Roberto Fonseca, especialista mexicano formado en México y que labora en la Clínica Mayo, campus Arizona.
“Queremos llegar a un consenso para determinar el protocolo integral de atención a esos pacientes, que pueda ser implementado de manera progresiva y buscando una política nacional de detección temprana y así ampliar la capacidad de sobrevida y calidad de vida del paciente”.
El COTCEMM comienza a implementarse de manera formal en la primera parte de su protocolo a finales de este año; en cuanto a la estrategia de la fase de detección temprana, será en enero o febrero.
Por su parte, el protocolo de atención al paciente contemplará, estandarizar los criterios clínicos de todos los médicos, porque cada paciente puede responder diferente a otro con su tratamiento.
¿Qué hay de la inversión?
La profesora precisa que la inversión del proyecto se verá reflejada en su presentación hasta enero y febrero, porque aún se está haciendo la evaluación económica.
“Lo interesante no solo es cuánto nos va a salir por paciente, sino ver cómo es que se está invirtiendo en el mejor tratamiento, cuánto se puede ahorrar en atender a pacientes con mayor posibilidad de éxito, en comparación con pacientes en estados avanzados”.
En números:
- Según Funsalud, en México el MM tiene una incidencia de 1.3 pacientes por cada 100 mil habitantes siendo 90% de los casos en pacientes mayores de 50 años.
- Además, representa entre 4 y 8 % de los padecimientos hematoncológicos en el país.
- De acuerdo con datos de Globocan, en nuestro país se diagnosticaron 2 mil 390 casos de MM en 2020 y se registraron más de mil 500 defunciones a causa de esta neoplasia.
- Así mismo, su alta tasa de mortalidad está asociada con el diagnóstico en etapas avanzadas de la enfermedad, hecho que tiene un efecto determinante en la sobrevida de los pacientes.
- Como el MM no presenta síntomas visibles en las primeras etapas, un paciente con este cáncer puede tardar en promedio año y medio en ser diagnosticado, período en el cual la enfermedad avanza y el paciente se agrava de manera considerable.
¿Qué es el mieloma múltiple?
Informes de Funsalud, califican este padecimiento como un tipo de cáncer de la sangre que se presenta cuando cierta variante de glóbulos blancos se multiplica sin control en la médula ósea, es decir, el tejido blando que se encuentra dentro de los huesos.
Algunos de los primeros síntomas suelen ser muy comunes y pueden confundirse con otros padecimientos, como dolor de espalda con osteoporosis y artritis. También podría presentarse cansancio, debilidad y falta de hambre, infecciones recurrentes inexplicables como neumonía o herpes; trastornos del sistema nervioso central y dificultad para respirar o signos de insuficiencia cardiaca o renal.