El fentanilo es la droga sintética de uso más generalizado que ha invadido el mercado.
Como ocurre con la heroína, la morfina y otras drogas derivadas del opio, el fentanilo actúa al adherirse a los receptores opioides de las células nerviosas del cerebro que controlan el dolor y las emociones.
Es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.
“EL fentanilo es 100 veces más afín por estos receptores neuronales que la propia morfina”, dijo Gabriel Gutiérrez, académico de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN.
Con un consumo frecuente, el cerebro se adapta a la droga causando una adicción similar a otros opioides, y efectos como sedación, somnolencia y náuseas.
“Después de usar de manera continua y desmedida el medicamento, ahora nuestro organismo, nuestro cuerpo, va a necesitar dosis mayores para llegar a sentir los mismos efectos que en una primera dosis inicial”, agregó.
“La adicción es un trabajo de tiempo completo. Te despiertas enfermo para tener que encontrar lo primero que puedas conseguir para poder seguir funcionando durante todo el día”, dijo Emily, persona adicta.
“Es un problema de farmacodependencia que no va a la baja, es un problema a la alza, con un incremento de aproximadamente 110 por ciento anual de casos que se suman por el mal uso y mal consumo de este medicamento”, añadió Gutiérrez.
La sobredosis provoca confusión, sedación, problemas para respirar y pérdida del conocimiento.
Además, reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro: hipoxia, que puede llevar a un estado de coma, causar daños cerebrales y la muerte.
“No se comunican las neuronas que regulan el ritmo respiratorio y el ritmo cardiaco y el paciente intoxicado cae en estado de coma y posteriormente puede generarse un paro cardiorespiratorio”, señaló Gabriel Gutiérrez.
Es fácil caer en una sobredosis con una mínima cantidad ingerida.
“Estamos hablando no de miligramos, sino de microgramos de fentanilo; formalmente las dosis pueden ser de entre 50 a 200 microgramos de fentanilo. La dosis mortal del fentanilo es de 2 miligramos, estoy hablando de 2 gramos de sal”, puntualizó Carlos Rius, académico de la Facultad de Química de la UNAM.
En los casos de sobredosis, es común que el adicto rechace la asistencia médica.
“Estaba consciente cuando llegamos, su familia le tiró agua fría y recuperó la conciencia; por lo tanto, técnicamente no era paro cardiaco. Cuando tienen una sobredosis, se apagan de tal forma que la gente que les rodea ve que están frente a un paro cardiaco. Estaba consciente cuando llegamos y tal como sucede en la mayoría de los casos, rechazó la atención hospital”, dijo paramédica.
La Agencia Federal de Control de Drogas de Estados Unidos, aprobó comercializar lofexidina, medicamento no opiáceo para reducir los síntomas de abstinencia a este opioide.
“Cuando se retira el medicamento, esa baja de dopamina es lo que va a desarrollar el famoso síndrome de abstinencia en estos pacientes adictos al fentanilo”, concluyó Gabriel Gutiérrez.