La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado, sensibilidad en áreas específicas del cuerpo llamadas puntos gatillo, alteraciones en el sueño, fatiga y otros síntomas como dolores de cabeza, problemas en las articulaciones y el colon irritable.
Aunque es una de las enfermedades más comunes en reumatología, sigue siendo poco comprendida por la sociedad en general.
A nivel internacional, afecta entre el 2% y 4% de la población, siendo más prevalente en mujeres y suele diagnosticarse en la cuarta década de la vida, aunque también se ha observado en personas jóvenes.
Se cree que la fibromialgia amplifica las sensaciones dolorosas al afectar la forma en que el cerebro procesa las señales de dolor.
Ante esta condición, los profesionales de la salud recomiendan la práctica de ejercicio de bajo impacto, como el taichí, el yoga, la caminata, o cualquier actividad que no ejerza presión sobre las articulaciones.
En el marco del Día Mundial de la Fibromialgia, que se conmemora cada 12 de mayo, se busca sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad crónica, promoviendo la comprensión y el apoyo a quienes la padecen, así como la investigación para encontrar nuevas formas de diagnóstico y tratamiento.
Los síntomas más comunes incluyen:
– Dolor generalizado en músculos, ligamentos y tendones.
– Fatiga persistente.
– Problemas de sueño, como insomnio o sueño no reparador.
– Rigidez muscular.
– Dificultades cognitivas, conocidas como “niebla cerebral”, que afectan la concentración y la memoria.
– Sensibilidad a estímulos sensoriales como ruidos, luces brillantes o cambios de temperatura.
El tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente, incluyendo medicamentos, terapia física, terapia cognitivo-conductual y estrategias de autocuidado.
Es importante destacar que el tratamiento suele ser multifacético y requerir un enfoque personalizado según las necesidades de cada paciente.