Salud

Importancia del control prenatal en la prevención de la parálisis cerebral

Es posible evitar la parálisis cerebral con un control prenatal adecuado, consumo de ácido fólico, entre otros factores.

La parálisis cerebral es definida como un desorden permanente y no inmutable de la postura y el movimiento, debido a una lesión cerebral. Ocurre como una consecuencia de un defecto del desarrollo por fallo genético o como resultado de una lesión o traumatismo al cerebro fetal o infantil.

Por ello, es primordial para las instituciones de salud pública la atención y prevención de los factores que influyen para desarrollar este desorden.

Con un control prenatal adecuado, consumo de ácido fólico y que la mujer no consuma alcohol ni tabaco, evite el sobrepeso, así como infecciones durante el embarazo, es posible evitar la parálisis cerebral, afirmó la neuróloga pediatra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Yael Caballero Navarro.

La especialista adscrita al Servicio de Neurología Pediátrica del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza expresó que aunque no hay cura para la parálisis cerebral, al momento de sospechar el diagnóstico, las intervenciones deben iniciarse de manera temprana con el objetivo de maximizar las capacidades funcionales del niño y al mismo tiempo, reducir el grado de discapacidad.

Detalló que se trata de la principal causa de discapacidad en la población pediátrica y como tal, no es una enfermedad específica, sino un conjunto de afecciones que conducen a una disfunción motora permanente y quien lo padece, tendrá alteraciones en la postura, movimiento y tono muscular, causando una limitación.

La parálisis cerebral, estableció, tiene causas multifactoriales, entre las que destacan un nacimiento prematuro, bajo peso al nacimiento, infecciones y malformaciones congénitas del sistema nervioso central; “la prevalencia de la parálisis cerebral es en los pequeños y la mayoría tiene su diagnóstico en los primeros 2 años de vida”.

La doctora Caballero Navarro indicó, que las sospechas de este padecimiento inician cuando el neurodesarrollo motor lleva un retraso, por ejemplo, los niños que tienen más de 4 meses y no logran sostener la cabeza, o los niños que a los 9 meses todavía no se pueden sentar sin apoyo.

Al hacer esta detección, afirmó, el diagnóstico clínico se complementa tomando en cuenta factores prenatales y posnatales, se realiza una historia clínica y un examen físico minuciosos, que incluyen medición de tono muscular, postura y coordinación del menor, así como estudios de laboratorio, tomografía y/o resonancia magnética del cerebro, pues no existe una prueba específica que detecte el padecimiento.

 

En el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, que se conmemora el 6 de octubre, la especialista en neurología pediátrica señaló que, al tener los primeros indicios de la enfermedad, es necesario hacer una revisión multidisciplinaria con pediatra, neurólogo, rehabilitador y nutriólogo.

Resaltó que los tratamientos que se ofrecen en el Seguro Social inician con la rehabilitación, con un manejo para los músculos que están tensos o rígidos, a través de fármacos que incluyen la aplicación de toxina botulínica.

Posteriormente se deriva al paciente a la especialidad que necesite, pues se trata de una enfermedad que se acompaña de otras afecciones, entre ellas:

  • Epilepsia
  • Discapacidad intelectual
  • Trastornos de conducta
  • Dificultad para la alimentación,
  • Alteraciones ortopédicas
  • Dolor muscular y problemas respiratorios.
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