En 2009, la vida de Félix se estaba apagando, sus esperanzas eran nulas.
Félix tenía una miocardiopatia dilatada. es una enfermedad terminal’’, aseguró Carlos Riera Kinkel, jefe de Cirugía Cardiotorácica del Centro Médico Nacional del Siglo XXI del IMSS.
Su historial médico comenzó escribiéndose como un cuadro de infección o miocardio-patia en el corazón, que lo llevó a dejar su vida productiva.
Es decir su condición no le permitía realizar sus actividades físicas laborales’’, consideró Carlos Riera Kinkel.
“Tenía una insuficiencia cardíaca, la cual me impedía ya caminar, hacer ejercicio hacer vida cotidiana, ya no podía’’, afirmó Félix el receptor de corazón.
En su caso, tras análisis y estudios, se concluyó que a Félix le urgía un cambio de corazón.
No hay otra solución, si no es mediante un trasplante cardiaco’’, afirmó Carlos Riera Kinkel.
Se inscribió en la lista de espera de trasplantes. Se armó de paciencia para recibir una donación, pero la pandemia atrasó todo, ante ese panorama apareció una luz de vida, de esperanza y de ilusión.
Pues esto no habría sido posible si no hubiera existido el donador, soy una prueba fehaciente ¿no?, de que la donación ayuda muchísimo’’, dijo Félix el receptor de corazón.
Ya con un corazón disponible en donación, por fortuna vino la reapertura de cirugías especializadas y sin más ni más se le trasplantó con éxito en el Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS.
El Instituto Mexicano del Seguro Social ha reactivado todos los servicios de alta especialidad después de la pandemia es porque destacó este caso donde es nuestro caso, después de este período de procedimientos quirúrgicos de alta complejidad’’, afirmó Carlos Riera Kinkel.
Antes de salir del hospital Félix dijo a los médicos que se iba a casa con nuevas fuerzas para seguir luchando.
Muchas gracias. muchas gracias. y que dios siga guiando esas manos que son el artífice de este milagro’’, concluyó Félix el receptor de corazón.