En 2013, seis años antes de que emergiera la pandemia por coronavirus, la Asociación Estadounidense de Psiquiatria adoptó formalmente el término “trastorno de ansiedad por enfermedad” para describir a las personas con preocupaciones desproporcionadas y debilitantes sobre su salud.
Si hay algo que coinciden los expertos en salud mental es que la enfermedad de COVID-19, además de afectar físicamente a millones de personas, también generó mucho otros millones de problemas mentales a la población mundial.
Trastorno de ansiedad
El miedo, preocupación, ansiedad y las consultas a los especialistas en general aumentaron de forma alarmante, generalmente caracterizados en un cuadro de estrés, o trastornos de ansiedad. Síntomas mentales de lo que los expertos llaman hipocondría.
La hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad es una afección psiquiátrica en la que una persona tiene ansiedad extrema de tener o desarrollar una enfermedad. Su ansiedad puede aumentar hasta el punto de que afecta la vida y las relaciones cotidianas.
“La mente, el aparato psíquico y el mundo interno de las personas reaccionan a la llegada de esta pandemia con mucha angustia porque se trata objetivamente y realmente de una situación angustiante y preocupante. Entonces reaccionamos con miedo y preocupación, y anormalmente con pánico”, sostuvo en diálogo con Infobae Claudia Borensztejn, miembro y expresidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
En términos simples, el mayor impulso de ansiedad por enfermedad es la intolerancia a la incertidumbre.
Si bien todos nos movemos por la vida con incertidumbre, para muchos de nosotros, esto es manejable.
Para las personas con ansiedad por enfermedades, cuanto más intentan reducir esa incertidumbre, ya sea revisando la cobertura de noticias o duplicando las pautas de salud, peor es la ansiedad.