En Canadá, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, anunció este lunes que esa provincia canadiense abandonará el pasaporte de vacunación contra COVID-19, blanco de protestas desde fines de enero.
Vamos a deshacernos de los pasaportes”, dijo Ford en conferencia de prensa, al afirmar que la gran mayoría de las personas estaban vacunadas y que ya pasó el pico de casos provocado por la variante Ómicron.
El fin de las medidas sanitarias es exigido por un movimiento de protesta que incluyó bloqueos fronterizos y que desde hace más de dos semanas paraliza la capital federal, Ottawa, ubicada en Ontario.
La provincia más poblada de Canadá había vuelto a imponer a fines de diciembre, al igual que otras regiones del país, medidas muy estrictas ante el aumento de los contagios.
Ford dijo estar “listo” para acelerar el plan de reapertura y que a partir del 17 de febrero se eliminaran las medidas, excepto en las salas de conciertos, teatros y eventos deportivos, que tendrán un tope de 50%.
Ottawa paralizada
Se espera que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también recurra a la ley de medidas de emergencia para poner fin a la situación, indicó el canal CBC.
Esa ley puede invocarse en caso de una “crisis nacional” y otorga al Gobierno federal mayores poderes. Trudeau debía discutir el asunto esta jornada con todos los Gobiernos provinciales.
Ottawa ha sido epicentro de las protestas. El sábado, la policía dijo que unos 4 mil manifestantes seguían ocupando el centro de la ciudad, en el tercer fin de semana de la movilización.
El ambiente entre los manifestantes era mayormente festivo, con música, baile y el sonido constante de bocinas, pero el ruido, la obstrucción y, a veces, un comportamiento grosero y agresivo, afecta a los comercios de la zona y enfurece a los residentes.
No obstante las quejas y las molestias, la movilización de los camioneros muestra un importante impacto, pues según un sondeo de opinión, cerca de una tercera parte de los canadienses apoya la protesta.