La pandemia se mira distinto a través del cristal de los años.
Jacaranda lo sabe porque este último le ha pesado más que sus 70 que lleva a cuestas.
Sí me siento triste, en la mañana, en la tarde, me alegro cuando estoy con uno de mis nietos o con mis hijos pero cuando me quedo sola en la recámara o en la casa pues sí me da mucha tristeza, me pongo a llorar’’, dijo Jacaranda de 70 años de edad.
El sentimiento que esconde frente a los suyos, ha provocado que en la intimidad Jacaranda consuma día a día una dosis de pastillas, algunas recetadas, otras las más, sin prescripción médica.
Antes era una ahora son dos, a veces pueden ser tres, o más, y sí pienso que no debemos de excedernos, pero son medicamentos que le dan a uno tranquilidad y a eso recurre uno, para estar tranquilo porque duele el cuerpo, duelen las piernas, la cabeza y por eso es necesario empastillarnos’’, consideró Jacaranda.
Son opioides, drogas de adquisición legal, lo que Jacaranda consume desde hace más de un año.
En un tiempo estuve tomando la aspirina con coca, no era lo correcto, pero ya lo dejé de hacer. Ahora recurro a otros medicamentos que no sea coca con la aspirina, recurro a otros medicamentos que más o menos me apaciguan’’, aseguró Jacaranda.
La historia de esta mujer no es aislada en México ni el mundo. El informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), presentado recientemente, revela que el consumo de sustancias a nivel mundial en población de la tercera edad va en aumento.
Por su parte, Raúl Martín del Campo, integrante de la JIFE, dijo que “hay cada vez más personas mayores de 65 años que están consumiendo y teniendo problemas por su consumo de sustancias, siendo una población con una vulnerabilidad muy particular’’.
En nuestro país la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) reportó que antes de la pandemia ocho mil adultos mayores fueron atendidos en la Red Nacional de Salud por consumo de sustancias.
Solamente una de cada cinco eran mujeres, eso quiere decir que no solamente está el estigma por la edad, está esta situación de genero donde las mujeres pedimos menos ayuda porque es más punitivo el consumo hacia las mujeres’’, consideró Evalinda Barrón Velázquez, directora de vinculación de Conadic.
Del total de los pacientes atendidos el 54% presentaron adicción al alcohol, 31% al tabaco y el resto a otras sustancias, incluyendo las metanfetaminas.
La pandemia obligó a descartar la atención presencial, y es la línea telefónica la que brinda la atención por el momento; sin embargo, el panorama de vislumbra sombrío para estos pacientes.
Esto está relacionado con muchas otras comorbilidades que van sino debidas, asociadas a la edad, las personas que son consumidoras de sustancias de forma problemática o ya con alguna dependencia tanto legales o ilegales, pues hay un aumento en la tasa de suicidios, aumento en las comorbilidades, en enfermedades crónico degenerativas’’, consideró Jacaranda de 70 años de edad’’, aseguró Evalinda Barrón Velázquez.
En tanto pasa la pandemia y los expertos exploran formas efectivas de atención para los adultos mayores en esta situación, Jacaranda pide una llamada telefónica que la haga sentirse bien.
Un médico no puede venir a casa, pero una llamada telefónica sería de mucha ayuda y se evitaría tantas situaciones difíciles que pasa mucha gente sola’’, aseguró Jacaranda.