“En términos de proporciones, se trata de un gran aumento”, advirtió el jede del Departamento de salud mental y toxicomanías de la OMS, Brandon Gray.Las mujeres, indicó, se vieron más afectadas que los hombres, en particular en una franja entre 20 y 24 años. En cambio, los datos respecto a suicidios fueron mixtos y no demostraron mayores diferencias en las tasas globales desde el comienzo de la pandemia. Además, señaló que las estadísticas de algunos países muestran tasas de suicidios al alza, pero en otros disminuyeron o permanecieron sin cambios. “No creo que estos resultados deban considerarse como un indicador de que los comportamientos suicidas no sean una preocupación”, señaló Brandon Gray. En su opinión, existe un mayor riesgo de comportamientos suicidas entre la juventud desde el principio de la crisis sanitaria, por lo que el agotamiento, la soledad y los diagnósticos positivos por COVID-19 aumentan la posibilidad de abrigar pensamientos suicidas. También resaltó que las personas que padecían trastornos mentales antes de la pandemia tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades graves. Una razón, sugirió, podría ser que quienes sufren trastornos mentales pueden llevar un estilo de vida menos saludable y activo, con tasas más elevadas de tabaquismo, abuso de sustancias tóxicas y obesidad que el público en general.
“Las dificultades para responder a los desafíos que plantea la salud mental en medio de la pandemia se debieron en buena medida a la falta de inversión constante en tales servicios antes de que se iniciara la pandemia de COVID-19”, dijo Gray.