La primera vacuna generalizada contra el cáncer de pulmón basada en ARN mensajero ya comenzó a ensayarse en seres humanos, en al menos siete países del mundo.
La vacuna, denominada BNT116, fue desarrollada por la empresa biotecnológica alemana BioNTech. Se trata de una innovadora terapia basada en ARN mensajero (ARNm), diseñada específicamente para combatir el cáncer de pulmón no microcítico (de células pequeñas).
Este hito de la medicina podría salvar muchas vidas gracias a su potencial “innovador”, de acuerdo con la comunidad científica.
Esta nueva vacuna de ARNm actúa de manera que el cuerpo busca y destruye las células cancerosas, al mismo tiempo que evita su reaparición.
Cabe recordar que la tecnología de ARNm dio un paso de gigante con el desarrollo de las vacunas contra el COVID-19, aunque el objetivo de los laboratorios que las estaban desarrollando siempre ha sido el cáncer.
El ensayo clínico de fase 1 para la vacuna BNT116, se ha lanzado en 34 centros de investigación de siete países: Estados Unidos, Alemania, España, Reino Unido, Polonia, Hungría y Turquía.
Hasta ahora, ya son 130 los pacientes inscritos para recibir la dosis de la vacuna junto con el tratamiento de inmunoterapia.
¿Cómo se aplica?
Cada antígeno tiene una vacuna propia, es por ello que el paciente recibe seis inyecciones en un plazo de media hora. Cada una de ellas contiene una secuencia distinta de ARN mensajero, cuyo objetivo es llegar a las células y que éstas fabriquen el antígeno, que será reconocido por el sistema inmune y pondrá en marcha sus mecanismos de defensa, atacando el tumor.
Hay que tomar en cuenta que estas vacunas son terapéuticas, y se administran con posterioridad al diagnóstico de cáncer.
La vacuna se puede aplicar por sí sola o en combinación con dos tipos de fármacos: un quimioterápico (docetaxel o la combinación carboplatino más paclitaxel) y una inmunoterapia (cemiplimab).
El cáncer de pulmón sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo, con 1.8 millones de muertes, tan sólo en 2020.
En particular, los ensayos clínicos de vacunas personalizadas basadas en ARN mensajero están mostrando resultados prometedores, particularmente en cánceres difíciles de tratar, como el de páncreas y glioblastoma.
Estas vacunas funcionan estimulando el sistema inmunológico para que ataque células tumorales específicas, aprovechando las mutaciones únicas de cada paciente.