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Se recupera esperanza de vida mundial

Foto: Pixabay.

La esperanza de vida mundial ha regresado a los niveles previos a la pandemia por COVID-19, sin embargo, las muertes entre adolescencias y adultos jóvenes están aumentando de manera inquietante.

De acuerdo con un análisis del Global Burden of Disease, coordinado por el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), tras el golpe demográfico de 2020-2021, donde la tasa de mortandad aumentó 5.1%, ahora la esperanza de vida se recuperó.

Sin embargo, no se trata de algo homogéneo, ya que en países de altos ingresos la esperanza de vida se sitúa por encima de los 80 años, mientras que en África subsahariana aún ronda los 62 años. 

A pesar de la recuperación, las desigualdades regionales en mortalidad, la carga de enfermedades crónicas y los factores de riesgo persistentes comprometen la estabilidad del avance sanitario, por lo que el actual desafío es sostener mejoras de salud en todos los grupos de edad.

¿Por qué mueren más adolescentes y jóvenes?

Aunque la mortalidad retrocede, las juventudes de entre 10 y 29 años enfrentan amenazas distintas: suicidio, consumo de drogas, alcoholismo y violencia interpersonal; estas aparecen como causas crecientes de muerte prematura.

Y es que el riesgo de suicidio y trastornos mentales está estrechamente vinculado con el aumento de ansiedad, depresión, presión social, redes sociales y fenómenos postpandemia, especialmente entre mujeres jóvenes.

Además, las enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes, hipertensión) están migrando hacia edades más tempranas, gracias a estilos de vida sedentarios, mala alimentación, obesidad e inactividad física.

Foto: Unsplash.com.

Problemas sin respuesta

La respuesta de los sistemas de salud ha sido lenta para adaptarse a los requisitos específicos de la población juvenil. Muchos países no integran servicios de salud mental, prevención de riesgo y atención adolescente de forma integral.

Según la Organización Mundial de la Salud, en 2021 más de 1.5 millones de adolescencias y juventudes murieron, y los principales factores fueron lesiones, violencia, suicidio y complicaciones maternas.

¿Qué hacer?

El estudio destaca la necesidad de diseñar sistemas de salud centrados en juventudes. Integrar servicios de salud mental, atención reproductiva, prevención de lesiones y crónicos en un solo modelo integral, dirigido a adolescencias.

La detección temprana de trastornos mentales, programas de prevención de suicidio y acompañamiento psicosocial son esenciales ante el alza de muertes por causas psicosociales.

Foto: Unsplash.com.
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