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Sedentarismo, otro enemigo a vencer en esta contingencia

Son varios los estudios que afirman que practicar ejercicio físico produce cambios a nivel cerebral. Ahora, un estudio reciente parece indicar que un estilo de vida sedentario también provoca cambios en el cerebro.

La inactividad física y el sedentarismo son los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de diferentes de enfermedades. En las sociedades occidentales, debido al incremento de comodidades en el hogar, el aumento de la tecnología o las largas jornadas laborales en trabajos cada vez más intelectuales, ha provocado que muchas personas lleven un estilo de vida sedentario lo cual es nocivo para la salud y el bienestar.

Los datos publicados por la OMS advierten que al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud. El sedentarismo es el cuarto factor de riesgo para la mortalidad en el mundo, y provoca el 6% de las muertes mundiales.

Estar sentado más de 6 horas al día provoca el 30% de enfermedades cardiovasculares, 23% de cáncer de mama y colon y el 27% de diabetes.

LOS EFECTOS NEGATIVOS:

Obesidad: el metabolismo se ralentiza cuando una persona tiene un estilo de vida sedentario, por lo que es más fácil ganar peso.

Debilitamiento de los huesos: la falta de actividad física provoca el debilitamiento óseo y provoca enfermedades como la osteoporosis.

Fatiga: la baja condición física provoca que una persona se fatigue muy deprisa. Actividades cotidianas como caminar o subir escaleras suponen grandes retos físicos. Además, el colesterol aumenta.

Durante las últimas décadas, los investigadores han estudiado los beneficios psicológicos de practicar ejercicio y han concluido que practicarlo puede mejorar nuestras funciones cognitivas.

Independientemente de la edad o la condición física, dedicar un tiempo para el ejercicio también produce cambios en el cerebro y muchos beneficios para nuestro bienestar mental.

Pero un estudio reciente afirma que no solamente practicar ejercicio físico provoca cambios en el cerebro, sino que, por el contrario, un estilo de vida de inactividad física, puede cambiar la estructura de las neuronas, afectando negativamente a un individuo.

 

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