En algún momento de nuestra vida, un suceso aterrador o peligroso nos marcó. Hay personas que pueden sobrellevar lo sucedido y seguir viviendo normalmente, porque es parte de nuestro instinto sentir miedo durante y después de una experiencia traumática.
Sin embargo, también es posible que después de experimentar estos sucesos comencemos a presentar síntomas y reacciones que nos lleven a una condición conocida como trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En consecuencia, no es sorpresa que los movimientos telúricos dejen una huella en la salud mental de muchas personas.
Según expertos, tres de cada diez personas que experimentan un sismo presentan trastorno postraumático; al menos dos, ansiedad y uno de cada diez, algún estado depresivo.
“Suceden cambios químicos y reacciones químicas que tienen que ver con algunas sustancias como la noradrenalina que es la encargada de la ansiedad; el cortisol, que es la hormona del estrés y combinada nos dan la adrenalina y pueden detonar un ataques de ansiedad”, explicó Francisco Díaz Amezcua, psicólogo clínico, especialista en ansiedad y depresión.
La réplica de sismo de 6.9 grados registrado la madrugada del pasado 22 de septiembre, dejó dos personas fallecidas por causas no directamente relacionadas al movimiento telúrico. Una de ellas cayó por las escaleras al momento de desalojar el edificio en el que vivía, y la otra persona falleció por un infarto.
“Los infartos relacionados al trastorno de ansiedad no son comunes, no es algo que esté totalmente relacionado, sin embargo, si una persona tiene problemas de colesterol y triglicéridos altos, combinado con que el corazón este irrigando la sangre, probablemente sí está en un sobre esfuerzo el corazón”, detalló Díaz Amezcua.
Reconocer que habitamos una zona sísmica es el primer paso para evitar padecimientos mentales que afectan la salud.
“Tenemos que saber y entender que vamos a seguir teniendo sismos en la Ciudad de México, y por lo tanto, en la medida de que nosotros estamos mejor preparados eso nos resta o disminuye la cantidad de angustia que tenemos cada vez que escuchamos la alerta sísmica”, dijo Myriam Urzúa Venegas, secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Ciudad de México.
Instaurar un plan familiar para reaccionar durante el sismo, reduce riesgos externos de accidentes que pueden resultar fatales.
“Empieza por casa, significa que tenemos que detectar y reducir los peligros que hay tanto al interior como al exterior de la vivienda”, mencionó Urzúa Venegas.
Los síntomas que se observan en personas con TEPT son diversos, De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, se han dividido en cuatro tipos:
- Revisvivencia. Algo le recuerda el trauma y vuelve a experimentar el mismo miedo (flashbacks o recuerdos recurrentes, pesadillas).
- Evasión. Intenta eludir situaciones o personas que desencadenan recuerdos del hecho traumático.
- Hipervigilancia y reactividad. Está muy al pendiente e incluso ve peligro donde no lo hay. También presenta arrebatos de ira, dificultad para dormir y sobresaltos.
- Cognitivos/estado de ánimo. Cambios negativos en creencias y sentimientos. Por ejemplo, hay pensamientos negativos sobre sí mismo y el mundo, sentimiento de culpa, falta de interés en la vida, falta de concentración. Todo lo ve negativo.
Los expertos recomiendan hablar en familia o con otra persona, sobre nuestras emociones.
“Trato de regular mis emociones, ¿cómo las voy a regular? hablando de ello. Hay un proceso, como estamos experimentando sensaciones complicadas es cuando nosotros gestionamos a través de las palabras, de la verbalización”, refirió Francisco Diáz Amezcua, psicólogo clínico, especialista en ansiedad y depresión.
La práctica de la escucha efectiva, además de identificar las zonas segura y de riesgo en el lugar que habitamos, es un proyecto en el que trabajan la Secretaría de Protección Civil capitalina y la Secretaría de Educación Pública federal.
“Estamos trabajando a nivel los niños haciendo guías especiales, para que se incluyan dentro de la preparación de los niños, para ello estamos trabajando con la autoridad educativa federal”, dijo Myriam Urzúa Venegas, secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Ciudad de México.
El proyecto destaca la atención a personas con poca movilidad, a quienes se les dificulta abandonar la vivienda en caso de sismo.
Es importante recordar que no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores.
Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica, la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.
“Tenemos que trabajar mucho más todavía el tema de los simulacros en el sentido de qué pasa en las unidades habitacionales, que pasa en el sentido de cuando tenemos adultos mayores que no se pueden mover o gente con discapacidad”, mencionó Urzúa Venegas