La nueva oleada de contagios de COVID-19 se expande por el mundo debido a la variante Delta del virus, trayendo un cambio demográfico y social importante. Por ejemplo, la mayoría de los afectados son jóvenes de entre 25 y 39 años.
Además la vacunación parece ser determinante. En Estados Unidos casi la totalidad de los fallecimientos se están dando en personas sin vacunar. Hasta 99% de las muertes, según datos del Departamento de Salud.
En mayo sólo 0.8% de las muertes se dieron en personas vacunadas. Pero en las dos últimas semanas la situación empeoró con un aumento de casi 70%, cerca de 30 mil casos por día. Durante junio, todas las personas que murieron de COVID-19 en Maryland no estaban vacunadas.
Los cinco estados con menor vacunación, son los que tienen un incremento descontrolado en las últimas dos semanas.
A nivel mundial, la situación es similar, los países más vacunados tienen infecciones, pero poca hospitalización y menos muertes.
De acuerdo con datos de la Universidad John Hopkins, los países con poca vacunación sufren más infecciones, hospitalizaciones y muertes. Israel con la mayoría de los jóvenes vacunados tiene un mínimo de muertes e intubados. Solo dos muertos en 15 días, uno de ellos sin vacunar. India, con 1% de su población vacunada, tuvo un incremento cercano a 100% en el último mes.
El problema no terminará con la variante Delta pues todo indica que surgirán nuevas variantes, cuya gravedad no podemos calcular. Las variantes surgen de la mutación del virus, lo que sólo ocurre dentro de las células de las personas.
Mientras el virus siga infectando gente, surgirán variantes. Y el virus sólo dejará de circular cuando ya no encuentre a quién contagiar. Lo que pasará cuando la mayoría de la gente esté vacunada.
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