La existencia de relámpagos en Marte ha sido objeto de debate desde que las sondas Viking de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, sigla en inglés) aterrizaron en el planeta y analizaron su delgada atmósfera de dióxido de carbono, en la década de 1970.
En aquel entonces, los investigadores consideraban que los rayos marcianos solo podían generarse cerca de la superficie, donde el aire es más denso y permite la formación de pequeñas descargas eléctricas.
Sin embargo, un equipo de astrónomos franceses acaba de publicar un estudio en el que identificaron señales acústicas y eléctricas de descargas, en grabaciones del Rover Perseverance.
Tras revisar 28 horas de audio recopiladas durante dos años marcianos, los científicos detectaron 55 eventos eléctricos ocurridos durante tormentas de polvo, es decir, vieron relámpagos.