Valle de México

A un año de desaparición, sin rastro de Marcos y Eduardo pese a detenciones

Marcos González García y Eduardo Ramírez González son tío y sobrino, respectivamente. La última vez que se les vio estaban dentro de un pequeño bar llamado “Zona floow”, en la calle Pólvora número 6, en el Pueblo de Santa Fe, en Ciudad de México.

Los dueños del bar son la familia Aguilera y el negocio lo abrieron apenas hace dos años. Sin embargo el centro nocturno está junto a la Funeraria Aguilera, otro de los negocios de la misma familia que por dentro se unen con una puerta clausurada.

Lo que saben los familiares es que, a las 22:04 horas, Marcos y Eduardo subieron una foto a su ‘Estado’ de WhatsApp, donde se aprecia que están dentro del bar, al que llegaron en un carro Tsuru color gris. En la foto se veían sus bebidas, lucían sonrientes y tranquilos, pero media hora después se registró la última conexión de Marcos.

Lo que algunos testigos declaran es que dentro del bar tuvieron problemas con los dueños y estos dieron la orden de bajar las cortinas y sacar a todos los clientes. Después de eso los testigos sólo escucharon gritos, golpes y hasta detonaciones de arma de fuego, cerca de las once de la noche.

La familia no sabía lo que había pasado. La señora Araceli se dio cuenta que a las seis de la mañana su hijo no había llegado, a esa hora comenzaron a buscar dentro de los ministerios públicos, de cárceles y de hospitales, sin embargo, no lograron dar con su paradero.

Algunos otros familiares se dieron a la tarea de buscar la pared del bar que aparecía en la última foto que subieron. Una pared peculiar pintada con triángulos de colores que identificaron de inmediato dentro del pequeño bar.

El lugar mide 4×4 metros y aunque ya está asegurado aún se ven vasos y embaces vacíos sobre las periqueras del establecimiento.

Para el mediodía, del 21 de septiembre de 2020, la familia ya había localizado el bar, sin embargo nadie les abrió.

Al día siguiente pusieron la denuncia de desaparición con todas las pistas que tenían. Para el día 24 de septiembre la Fiscalía aseguró el bar por el delito de desaparición forzada, en la carpeta de investigación CI-FDMDFDBP/C/ UI2C/D/ 00009/09-2020 DO1.

La familia reclama que no se les aviso sobre la diligencia de cateo y no pudieron ver qué es los que arrojó esa investigación.

Los dos muchachos trabajaban de choferes recorriendo la ruta 46 qué va de Jalalpa-Las Torres-Tacubaya. Los dos empezaron a laborar desde los 19 años en los camiones. Eran vecinos conocidos en el barrio, una familia alegre que cuando festejaban compartían comida y bebida con los demás colonos. Marco y Eduardo tenían dos hijos cada uno, que hasta el momento también piden justicia por sus seres queridos.

Para el 30 de octubre de 2020, la Fiscalía capturó a uno de los dueños del bar; está acusado de desaparición forzada. El 3  de mayo de 2021 capturaron a un segundo responsable, sin embargo, ninguno de los dos ha podido dar información que ayude a localizar a Marcos y Eduardo.

Una de las más grandes alarmas es que dentro de la funeraria vecina al bar hay un horno de cremación. Aunque se realizó un cateo, la familia no supo sobre los indicios y hallazgos que pudieron localizar en el lugar, porque la Fiscalía nunca notificó de esta diligencia a las víctimas.

Araceli y Félix Ramírez, papás de Marcos y tíos de Eduardo, colocaron un enorme altar con veladoras, figuras religiosas y boletines de búsqueda.

La señora Araceli pide a las autoridades que no tiren a la basura su trabajo, pues ella es la encargada de encontrar todas las pruebas.

A un año de su desaparición, la familia organizó una intervención en el bar y la funeraria. Las paredes se llenaron de boletines y lonas con los rostros de Marcos y Eduardo. Llamaron a los vecinos a dar un testimonio anónimo, que pueda llevar al paradero de los jóvenes.

Deja un comentario

Back to top button